064

3.9K 257 55
                                    

Sofía
Sevilla, España

Iba a ser la primera vez que pisaba un escenario y los nervios me mataban. Me dolía el estómago, las piernas me temblaban y no podía dejar de respirar profundo para intentar actuar natural.

Federico, mi nuevo mánager, fue quién hizo hasta lo imposible para que yo pudiera estar en dónde estaba y siempre iba a estar agradecida por eso. Era una persona increíble, aunque siempre que lo veía me acordaba de Paulo.

— ¿Estás lista? Ya salís. —avisó Federico entrando al camarin, a lo que yo asentí repetidas veces.

En cuanto salí de aquel cuarto, varias personas se me acercaron para preparar el equipo de retorno y entregarme el micrófono. Fue en ese momento cuando me di cuenta de que esto no era algo normal para mi, ¿cuanto me costaría acostumbrarme?

Cuando todo estuvo listo, casi me sacan a los empujones al escenario y mi corazón empezó a latir descomunalmente.

"Tengo tu mentira atragantada y una noche larga desafiandome."

Fue inevitable no pensar en él. La canté con tanta emoción que por un momento me olvidé de dónde estaba y cuando volví a la realidad me dio cierta vergüenza.

Estuve sobre el escenario unos cuantos minutos más hasta que tuve que despedirme del público y volver con mi equipo. Me di una sorpresa bastante grande cuando vi tras bastidores a ese hombre que me había estado volviendo loca.

— ¿Qué haces acá? Pensé que no ibas a poder venir. —dije sorprendida.
— Pero bueno.. acá me tenés. —respondió sonriendome.
— Sos lo más, Gio.
— Lo sé. —dijo haciéndome reír.

Me abrazó con dulzura y al separarnos, sus manos se quedaron quietas en mi cintura. Las mías estaban sobre su pecho y mi mirada estaba clavada en la suya, sin sentir ni una pizca de vergüenza. Me encantaban sus ojos, su pelo, sus labios.

Poco a poco se fue acercando a mi cara hasta finalmente tocar mis labios, besandome dulcemente mientras llevaba una de sus manos a mi mejilla y acariciaba la misma con su pulgar.

Una tos falsa nos hizo separar, era Federico.

— Tenemos que hablar de unas cosas.. —dijo y yo asentí.
— Esperame, no te vayas. —le dije a Giovani.
— No me voy a ir a ningún lado. —respondió riendo.

Antes de que pudiera irme con mi mánager, Gio me dejó un casto beso en los labios y me alejé viendo su sonrisa.

***

Paulo
Turín, Italia

Estaba viendo tranquilamente la televisión cuando en la pantalla aparecieron Sofía y Giovani abrazados, realmente no supe como sentirme en ese momento. Con él no eramos amigos, pero si compartimos muchos momentos y lo consideraba como alguien de total confianza. Nunca me imaginé que saldría con mi ex y la mamá de mi hijo.

— ¡All by myseeeeeelf! —"cantó" Antonella entrando a living.

Dios santo, por lo menos Sofía tenía afinación.

— ¿Qué haces? —preguntó sentándose a mi lado en el sillón.
— Nada ¿vos que estabas haciendo? —respondí dejando mi celular y mirándola.
— Te hacía un postre para esta noche.

Postre y Antonella no iban en una misma oración, no sabía ni hacer fideos hervidos.

En la televisión nombraron a Sofía y la relacionaron con Giovani, provocando que mi novia actual se volteara a mirar la noticia. No dijo nada, se quedó prestandole mucha atención hasta que cambiaron de tema y ella rió.

— Más botinera no podía ser. —comentó como crítica.

Supongo que esperaba una respuesta de mi parte, pero solamente me quedé callado y eso le molestó un poco. No pensaba igual que ella y por eso no quería hablar sobre el tema, seguramente terminariamos peleando.

Segundos después, ella se sentó sobre mis piernas y de un momento a otro la tenía dándome besos en el cuello.

— El postre se adelantó. —murmuró en mi oído.
— Yo quería flan. —respondí con gracia para esconder mi incomodidad.

Era la primera vez que ignoraba algo así.

— ¿Es por ella? —preguntó enojada, levantándose de mis piernas.
— No sé, no tengo ganas..
— Me roba el novio y me caga la vida, es una..
— Ella no tiene nada que ver, todo es mi culpa. —interrumpí.— Te dejé a vos por ella por MI culpa.
— Pero..
— Pero nada, Antonella. Deja de hablar mal de ella.
— ¿Te molesta? —preguntó enojada.
— Sí, demasiado. —respondí levantandome del sillón y dejandola sola en el living.

Fui hasta el cuarto, sacando mi celular del bolsillo del pantalón y busqué entre los contactos el nombre Sofía. Llamé con la esperanza de que me atendiera, pero no fue así. Tuve que intentar unas cuantas veces más hasta que finalmente me atendió, pero no precisamente ella.

— ¿Hola? —preguntó Lo Celso.
— ¿Podes hacerme el favor de pasarme con Sofía? —pregunté tratando de no alterarme.
— Hola. —murmuró ella segundos después.
— ¿Podemos hablar?
— ¿De qué? —preguntó.
— De nosotros. —respondí al instante.

La quería de nuevo conmigo, costará lo que costará.

Córdoba sin ti {Paulo Dybala} Where stories live. Discover now