049

4.5K 251 20
                                    

Paulo

El viernes después del almuerzo volvimos a Turín, estaba claro que con lo que había pasado Sofía se volvería a Argentina mucho antes de lo previsto y aunque sonará egoísta, no quería que lo hiciera. Supongo que una parte de mi sabía que sería difícil el separarnos de nuevo y que el amor a distancia no era algo tan simple como lo pintaban en las películas de romance.

Apesar de todo puedo decir que mi novia no estaba tan mal cómo creí que estaría, o por lo menos no lo demostraba en ningún momento cuando estaba conmigo. Traté de mimarla un poco más cuando llegamos a nuestro departamento, comprandole el helado que tanto le gustaba y viendo sus series en compañía de nuestro "hijito" cómo le decia ella al perro.

Con respecto a nuestras proyecciones de vida y deseo de ser padres, yo me estaba muriendo. Era cómo jugar a la quiniela y tener que esperar para saber si ganaste los millones o no. Los dos sabíamos lo que implicaba eso, incluso siendo conscientes de que estaríamos lejos del otro por mucho tiempo, pero intentariamos dar todo de nosotros para que las cosas funcionarán.

- Sofía. -murmuré llamando su atención.
- ¿Qué pasa? -preguntó despegando la vista de la televisión para mirarme a mi.
- Que raro vos. -dije riendo al verla con helado de chocolate en el mentón.

Me acerqué lentamente hasta su cara para pasar la punta de mi lengua justo dónde tenía helado y ella se alejó al instante riendo. Me reí con ella y le dejé un sonoro beso en la mejilla.

- ¿Qué me ibas a decir? -preguntó girandose en el sillón para quedar cara a cara.
- Ah.. me había olvidado ¿No te sentís rara? -pregunté haciéndola reír.
- Pasó un día, Dybala. -respondió mirándome con ternura mientras acariciaba mi nuca con su mano.
- Habría que preguntarle a Antonella el truco para tanta fertilidad. -dije haciéndola reír nuevamente.
- Vamos a ver si tu esperma es mágico. -respondí con gracia.

Me quedé con ella en el sillón viendo El stand de los besos una vez más, aunque la anterior me había quedado dormido a la mitad de la película. Mi novia se iría a eso de las ocho de la noche, por lo que intentaba pasar mucho tiempo con ella y disfrutar del mismo siendo consciente de lo que sufririamos después.

Su papá la había llamado esa mañana para decirle que no hacía falta que volviera, pero yo no podía ser egoísta y decirle que se quedará, necesitaba arreglar las cosas con sus padres antes de que se arrepintiera de haberse peleado con ellos.

- ¿Me tengo que quedar con este pulgoso? -pregunté señalando al perro.
- Sí, se porta muy bien. -respondió subiendo al animal al sillón.
- Sobretodo cuando me rompe los calzoncillos y caga en el piso de la cocina. -respondí recordándole aquello.
- Cualquiera puede mandarse sus mocos, hasta vos te mandas los tuyos. -murmuró mirándome con seriedad y yo no pude decir que no, tenía razón.

Cuando se hizo la hora de irnos para el aeropuerto, la ayudé a bajar las valijas hasta la planta baja del edificio y las subí al auto una vez que estuvimos en la calle. Le abrí la puerta del acompañante con caballerosidad y ella se sentó en su asiento riendo. Rodee el auto para imitar su acción, poniéndome el cinturon y arrancando el vehículo.

Durante el viaje en el auto solamente se escuchaba la radio, ninguno de los dos decía nada y ella más que nada miraba por la ventanilla completamente distraída.

"You, you love it how I move you
You love it how I touch you
My one, when all is said and done
You'll believe God is a woman"

Cantó casi en un susurro, haciéndome sonreír sin despegar mi mirada de la calle.

- La próxima Ariana Grande. -murmuré ganandome su atención y provocando que se girará para mirarme.
- Con tonada cordobesa y folklore en las venas. -respondió riendo.
- Me encanta que seas así. -confesé sorprendiendola.- Sos tan vos y.. no sé, la luché como un culiado para tenerte de nuevo.
- Porque yo nunca quise tu fama, buscaba tu amor. -respondió con vergüenza.
- Y lo lograste, estoy hasta las manos. -dije, a lo que ella se estiró un poco para poder dejarme un beso en mi mejilla.

Bastaron unos cuantos minutos y kilómetros más para finalmente llegar al aeropuerto, últimamente odiaba aquel lugar. Bajé las valijas de Sofía, ofreciendome a llevarlas mientras ella iba agarrada de mi brazo y caminaba a mi lado con cierta lentitud.

Antes de que la llamaran para tomar el vuelo, la acompañé a comprar unas cuantas cosas en un bar de ahí ya que a ella no le gustaban las cosas que daban en el avión y a veces se moría de hambre.

Mientras esperabamos, ella puso música en su celular y compartimos los auriculares. "Te amo" de Makano empezó a sonar y la miré riendo, tiempazos. Me tuve que aguantar las ganas de cantar como un tarado porque estaba lleno de gente mirándonos, pero estaba cebadisimo.

Justo cuando la canción terminó, llamaron por los altavoces a las personas del vuelo con destino a Argentina y Sofía acomodó sus cosas en el bolso. Caminamos unos cuantos metros juntos y nos frenamos en seco cuando nos dimos cuenta de que teníamos que despedirnos una vez más.

- Te voy a extrañar un montón. -dije provocando que a ella se le escapará una sonrisa.
- Yo también, bebé. -respondió mirándome fijamente.

La abracé por la cintura, apoyandome en su hombro y rozando la punta de mi nariz ahí. Era tan chiquita y delicicada que no quería soltarla nunca, pero tenía que hacerlo en ese momento.

- Cuando vuelvas vas a tener un regalo allá. -dije mientras apoyaba mis manos en sus mejillas.
- ¿Qué? -preguntó sin entender. - Te amo. -murmuré sin pensar mucho, ignorando su pregunta.
- Te amo tonto. -respondió haciéndome reír.- Cuidalo a mi hijito.
- Vos también cuídate, mucho. -le dije, a lo que ella asintió.- Y mandale saludos a mi suegro, decile que no me mate porque va a dejar a sus nietos sin papá.
- Le va a dar un infarto si le digo eso. -respondió y reímos los dos.- Bueno, me tengo que ir.

Le di un último beso, apoyando una mano en su mejilla y la otra en su cintura para mantener nuestros cuerpos juntos. Ella se separó con apuro, escuchando como la volvían a llamar por los altavoces. Comenzó a caminar lejos de mi con las valijas en mano y se giró para despedirse de mi, agitando su mano desde unos metros de distancia.

"Si tú supieras cuanto yo a ti te amo, y estar contigo es lo que me hace más feliz."

Córdoba sin ti {Paulo Dybala} Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon