extra

4.5K 253 36
                                    

26 de Octubre del 2019
Turín, Italia

Paulo Dybala

Después de varios meses de organizar cosas, finalmente estaba casado con Sofía. Ni por un partido  con la selección me había puesto tan nervioso y no es de sanatero, realmente lo viví así.

— Hijo, te llama Sofi para cortar la torta. —dijo mi mamá, ganándose mi atención.
— ¿Está en la mesa? —pregunté, a lo que ella asintió.— Ahora voy.

Mi mamá tenía a Benicio dormido en sus brazos, el bebé de la familia tenía un esmoquin de su tamaño y eso generaba ternura. Le di un beso en su cachete y sonrió mirándome con sus ojos verdes.

Fui hasta la mesa principal en busca de mi esposa, quién me esperaba con una cuchilla en mano y jugó con la misma amenazandome con gracia. Riendo  me paré atrás suyo, dejando una de mis manos en su cintura y apoyando la otra sobre la mano de Sofía para ambos tener la cuchilla.

Fue ella quién acercó aquel utensilio filoso hasta la torta, ejerciendo presión y finalmente cortandola. En ese momento mi esposa se giró para mirarme con una sonrisa en los labios y no tardé ni dos segundos en dejar un beso en los mismos.

— Estás hermosa. —murmuré antes de besar dulcemente su hombro.
— Sos un bombón. —dijo riendo con cierta vergüenza al tener todas las miradas encima.

Partimos dos porciones de aquella torta, para después servirles las mismas a nuestras madres. Del resto de los cortes se encargaba la gente del catering.

Los invitados se sentaron en sus respectivas mesas mientras nosotros pasabamos tiempo con Benicio en la nuestra, incluso Sofía tuvo que ingeniarselas para poder darle el pecho.

No podía dejar de mirarla, admirarla y querer tenerla toda la vida. Era hermosa de la cabeza a los pies, su sonrisa me alegraba los días y hacerla reír me hacía sentir realizado. Estaba enamorado.

Benicio se quedó dormido en los brazos de Sofía y ella lo dejó en el coche, para que un ratito después mi mamá se lo llevará ofrenciendose a cuidarlo.

Sofía se levantó diciendo que ya volvía y yo simplemente me quedé ahí. El Pipa, Douglas y Rodrigo se acercaron hasta la mesa.

— El muñequito de torta. —jodió Gonzalo.
— Clavó trajesuli. —murmuró Douglas haciéndonos reír.
— ¿Qué onda? ¿Qué se siente estar casado? —preguntó Rodrigo.
— Es como estar castrado para las minas que no sean Sofía. —respondí elevando los hombros.

Escuché mi nombre sonar en los parlantes del salón, por lo que miré a los chicos un poco confundido y sin entender que pasaba. Ellos me dijeron que fuera hasta la pista de baile y entre jodas de su parte me fui de la mesa.

En el centro de la pista estaba Sofía con su vestido blanco y pareciendo una princesa de las que aparecían en las típicas peliculas de Disney. Estiró su mano hasta mi, agarrando la mía y acercándome a su cuerpo. Me dejó un casto beso en los labios y después me pidió que me sentará en la silla que estaba a unos pocos metros de nosotros, así que eso hice.

— No puedo creer que estemos casados, parece como si hubiera sido apenas ayer cuando te metias a escondidas por mi ventana y manteniamos nuestro amor en secreto. —murmuró provocando que su mamá me mirará boquiabierta, a lo que le sonreí mientras levantaba las manos en señal de inocencia.

— Me va a matar tu mamá. —murmuré haciendo reír a Sofía y al resto de los presentes.

— Soy una persona que asimila todo con la música y espero que esta canción te llevé a un recuerdo muy lindo, te amo. —dijo haciendo que la gente empezará a murmurar y yo la miré con atención desde mi silla.

"El vino es mejor en tu boca, te amo es más tierno en tu voz. La noche en tu cuerpo es más corta, me estoy enfermando de amor. "

Luis Miguel ¿Se acuerdan? La noche que me metí por su balcón, cuando miramos la serie y de un momento a otro pasó lo impensable.

Le sonreí asintiendo al recordar todo detalladamente y ella se acercó para agarrar una de mis manos con fuerza, a lo que yo me quedé en mi lugar admirandola desde esa altura. Me invitó a pararme y al hacerlo apoyé mis manos en su cintura, acercandola a mi cuerpo.

Le comí la boca enfrente de cientos de personas, me había estado aguantando las ganas desde que la fiesta había empezado. Sus labios sabían a frutilla por el labial que tenía puesto y nos separamos riendo por eso.

De repente la música cambió completamente, dejando escuchar "Cómo olvidarla" de Rodrigo. Una de las primeras personas que se acercó a la pista fue Dolores, seguida por Lautaro y el resto de mi familia.

Bailé con Sofía hasta que aparecieron Lautaro y mi mamá, a lo que yo saqué a bailar a mi progenitora mientras mi sobrino bailaba con mi esposa.

Me encantaba ver a mi mamá tan contenta, aunque no era tan rápida con los movimientos ella intentaba ser lo más fluida posible. Bailaba con una sonrisa de oreja a oreja.

— ¡Cómo olvidarla, si ella fue lo mejor del amoooor! —canté haciéndola dar una vueltita y le dejé un beso en el cachete que la hizo reír.

Unos cuantos minutos más tarde, yo ya estaba sin saco y con la corbata en la frente. Nuevamente tenía a Sofía en mis brazos, mientras nos moviamos al ritmo del cuarteto que el dj se encargaba de poner.

Mis amigos estaban en su salsa, tomando y tirando pasos de los cuáles ellos mismos se reían. Se mezclaron entre amigos de Córdoba con los de Italia, conociéndose y entrando en confianza al estarse viendo por primera vez.

— Gracias amigo, hoy la pongo. —me gritó el Pipa mientras bailaba abrazado a su mujer.
— De nada amigo, yo también. —grité en respuesta, ganandome un manotazo por parte de Sofía que se reía.

Vi a Lautaro a lo lejos estar bailando muy pegado con una chica, se podía decir que estaban apretando pero decidí no joderlo para no hacerlo pasar vergüenza.

— Mira a Lautaro, está con una mina. —le murmuré a Sofía en el oído y ella se giró para mirarlo.
— ¡Es mi prima! —dijo mirando con atención, haciéndome carcajear.

La hice dar una vueltita, dejando su espalda apoyada en mi pecho y apoyé mi mentón en su hombro izquierdo. Le dejé unos cuantos besos ahí, haciéndola estremecer en mis brazos y manteniendo mis manos firmes en su cintura.

No podía pedir más nada en ese momento, lo tenía todo. Y me preguntaba que hubiera sido Córdoba sin ella. Que hubiera sido Córdoba sin vos, Sofía.

Córdoba sin ti {Paulo Dybala} Donde viven las historias. Descúbrelo ahora