Capítulo 22 - La caída de un dios

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—Que bueno que ideé estos sellos —pensó Naruto.

Flashback no Jutsu xD

Pasó un año desde que Kratos se despidió de su alumno rubio, quien regresó a sus labores de mercenario/justiciero, y se ganó una gran fama por ser un ninja clase S, por lo que en el libro bingo se escribió en su recompensa el escapar si le es visto, o mínimo no enfrentarlo solo. El ojiazul se interesó bastante en el arte del fuuinjutsu, recolectando libros y pergaminos en varias aldeas y pueblos. Un dia, en un pueblo antiguo conoció a un anciano, quien según sus palabras, fue de los pocos sobrevivientes del exterminio Uzumaki de hace muchos años. 

Esto intrigó mucho al rubio, quien charló con el viejo, de nombre Makino Uzumaki. Por horas y horas, el Uzumaki de cabellos ya blancos le contaba maravillas sobre el glorioso pasado de Uzugakure. En algún momento mencionó la antigua leyenda de una cámara secreta que contenía la mas grande biblioteca de fuuinjutsu en todo el mundo. Esto captó el total interés del espartano, quien le preguntó a Makino la forma de llegar ahí. El anciano le advirtió sobre las defensas naturales que protegen a la isla, no quería que ese joven talento fuera tragado por el mar. Después de darle un pago en forma de sake al viejo por su tiempo, se lo agradeció, y se marchó dirigiéndose hacia la isla abandonada.

El mercenario tomó un bote que lo llevaría hasta la mitad del camino, y después de agradecerle a quien lo llevó, cruzó con cuidado los remolinos que rodeaban la isla. Cuando llegó a tierra firme, comenzó a explorar el lugar y fue a lo que en otros tiempos fue una gran biblioteca, demasiado grande, de hecho. Vio algunos libros por aquí y por allá que no tenían información nueva para él. Por un momento, Naruto se había decepcionado por encontrar poca cosa, pero en eso recordó la descripción que le dio Makino. Sin embargo, siguió inspeccionando los libros que aun permanecían. Al mover el ultimo libro, este activó un mecanismo que abrió un pasadizo subterráneo en el centro del edificio. 

Bajó por las largas escaleras en espiral que no parecían tener fin, iluminadas por velas a los costados. Llegó a una gran puerta de piedra con el símbolo del remolino tallado en rojo, el ninja intentó abrirla pero no tuvo éxito. Golpeó la gran roca, causando una pequeña grieta, para su incredulidad, misma que comenzó a reconstruirse. Pero después se dio cuenta que en las orillas de la puerta había sellos escritos, los cuales Naruto vio que correspondían a un sello de sangre, así que se mordió el pulgar, puso sangre en el centro del sello y la gran puerta de piedra se hizo a un lado, dándole el paso al visitante quien caminó y caminó hasta llegar a un gran cuarto. Antorchas se iban prendiendo una por una hasta dejar ver que era una gran biblioteca repleta de libros de todo tipo, miles y miles de ellos. Los que más le interesaron fueron los de fuuinjutsu, por lo que hizo varios clones para que sacaran los libros, y estudiarlos en la superficie.

Lo único relativamente intacto que aun permanecía en la isla, era un gran palacio al fondo. Ahí decidió refugiarse de momento, hasta que terminara su entrenamiento de fuuinjutsu. Exploró varias de las recamaras y salas en su interior, y notó que a diferencia de las demás edificaciones en la isla, esta no tenia rastros de destrucción ni de abandono, el lugar estaba impecable. ¿Como era eso posible? Nadie había vivido en esa isla en décadas.

Al estar explorando el segundo piso, siendo el palacio conformado por tres pisos, sin contar el "medio piso" que daba paso a la azotea del palacio, llegó a lo que en otros tiempos fue una gran oficina, con repisas de libros por aquí, y cuadros de pinturas por allá, y una gran mesa redonda en el centro, sin contar la que estaba al fondo, pero esta era semi-circular. La primer mesa tenia una especie de cristal o material de similares características, el cual estaba incrustado en el centro de la mesa.

El Último Espartano - IKde žijí příběhy. Začni objevovat