Capítulo 54 - Jomaegakure

615 41 43
                                    

Con las fuerzas militares de cada aldea, combinado con el liderazgo y excelentes estrategias de los capitanes de Esparta lograron retomar los territorios de Oto, Getsu, Tsuki y Taki. Todo esto en menos de un mes de continuas y arduas batallas que redujeron mas de dos quintos de las fuerzas de cada aldea. 

Ahora solo quedaban las tres aldeas que rodeaban a Amegakure, siendo estas Kusagakure, Jomaegakure, y Takumi no Sato. Estos eran los territorios guardianes que protegían el portal de donde provenían los demonios. Y de cada territorio guardián habían conseguido información en los enemigos. 

Jomaegakure era protegida por un jinete obscuro gigante que era escoltado siempre por veinte legiones demoníacas. Él fue el responsable de conquistar Otogakure. Kusagakure era resguardada por un poderoso demonio que compartía estatus con la primera jerarquía demoníaca, que involucra a Lucifer. 

Y por ultimo, Takumi no Sato era vigilada por uno de los demonios mas poderosos que también compartía rango de poder con Lucifer.

Conforme pasaron los días, los capitanes fueron informados sobre que posiciones debían tomar. Los capitanes en Iwagakure y Sunagakure fueron asignados para retomar Jomaegakure y derrotar al jinete maligno. Los de Kirigakure y Kumogakure se les dio la importante misión de derrotar al gran duque del infierno en Kusagakure y de retomar el territorio perdido. Y por ultimo, los de Konoha se encargarían de derrotar al mas fuerte de los tres demonios, guardián del territorio mas grande, Takumi no Sato.

Jomaegakure

Era de noche, el cielo estaba nublado y dejando caer al suelo una lluvia ruidosa junto con algunos relámpagos tronando a lo lejos.

—Manténganse alertas, ese jinete demoníaco no debe estar lejos de aquí —alerta Ryuzaki a sus camaradas.

—Este lugar me da escalofríos —dice Mikasa.

—Dímelo a mi —responde Teach.

—Aguarden. Creo que eso de allá es la aldea. Ahí debe de estar nuestro enemigo —dice Bartholomew dándose cuenta primero con su perspicaz mirada.

—Enviaré a unos clones para que reconozcan el lugar y el terreno. —Teach cruza los dedos como cierto espartano que todos ya conocen.

El capitán mas joven envió unos doce clones que fueron hacia los alrededores de la fortaleza. A los cinco minutos la información llegó a Teach.

—Hay una sola entrada. Dos guardias en la puerta, y otros cuatro patrullando encima del muro. Logré matar a un demonio y copiar su apariencia. Yo podría matar a uno de los tres restantes, pero los otros guardias se darán cuenta. Debemos matarlos a todos al mismo tiempo. —Teach explicó los detalles de este territorio desconocido. En respuesta, de un pergamino, el capitán genio invocó cuatro artefactos nunca antes vistos.

—Tomen esto. Son dispositivos que pueden disparar senbons de metal a alta velocidad. Tenemos que hacer esto de la forma mas silenciosa posible hasta que ya no queden muchos enemigos. Teach, tu clon deberá matar primero, después nosotros lo haremos al mismo tiempo. Primero eliminemos a los de arriba, después nos encargaremos de los de abajo. ¿Alguna duda?

—Si. ¿Como se usa esta cosa? —dice Mikasa inspeccionando esta nueva arma.

—El dispositivo ya tiene veinte senbons cargadas. Solo aprietas el gatillo en la parte de abajo con el dedo. En la parte de arriba tiene un lente para visualizar objetivos a larga distancia.

El Último Espartano - IWhere stories live. Discover now