Capítulo 48 - Suna

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La Perla Negra, siendo la nave mas veloz y la primera en zarpar llegó en menos de veinte minutos al puerto, donde Naruto comenzó a preparar los sellos para viajar hacia los otros sellos tele-transportadores. El rubio volteó a ver la isla lejana de la antigua Uzugakure, la cual era protegida por un potente genjutsu que daba la ilusión de que la isla no estaba habitada, y en medio de esa vista se veían a lo lejos las embarcaciones que parecían aparecer de la nada, gracias a esa barrera de protección.

Naruto abrió un pergamino, del cual salieron otros diez mas que estaban iluminados en cinco diferentes colores en pares. El moreno guió a su escuadrón hacia el otro lado del puente, donde activó los diez pergaminos, los cuales dejaron en el piso un sello de tres metros de diámetro cada uno. Y como ya se había mencionado, cada dos pergaminos con su sello estaban iluminados de un color diferente.

—Muy bien, esta es la situación. Los sellos de color rojo llevan hacia algún área cerca de Konoha, los verdes llevan hacia Suna, los azules hacia el puerto que lleva a Kiri, los amarillos hacia Kumo, y los marrones llevan hacia Iwa. Esperen aquí hasta que lleguen los tres generales, ellos repartirán a los escuadrones. Yo me adelantaré e iré a Suna, son el país mas vulnerable. ¿Está claro?

—¡Hai! —respondió ese pequeño batallón.

Su comandante se fue por uno de los sellos de color verde, el cual se iluminó un poco mas a la hora de tele-transportarlo. Apareció en medio del desierto, debajo de una gran formación de roca, la cual le proporciona sombra y escondía muy bien el sello de la vista de cualquier enemigo.

—Muy buen lugar para este sello, seguro fue obra de Ryuzaki. Conociendo a Teach, lo habrá puesto en algún lugar mas expuesto. Si mi orientación no me falla, Suna debe quedar hacia el oeste. Solo espero que Ryuzaki y Teach estén controlando la situación.

Mientras tanto

Hordas y hordas de enemigos llegaban como si no tuvieran fin, mientras que los ninjas de Suna acompañados de su Kazekage defendían la puerta principal a toda costa. Habían cráteres por todos lados a las afueras de la aldea, esto debido a unas trampas con sellos explosivos que el capitán Ryuzaki puso debajo de la arena junto con la ayuda de Teach, convirtiendo todo ese lugar en un campo minado. 

Aun faltaba mucho para que los enemigos cruzaran ese campo minado, aunque todos ellos sabían de que tarde o temprano lo harían, por lo que Gaara y sus hermanos junto con Ryuzaki y Teach estaban elaborando una estrategia para hacer el mayor daño posible a las lineas enemigas.

—No falta mucho para que todas las bombas sean detonadas. Tenemos que crear algún ataque masivo para repeler a los muertos —dice Kankuro.

—Podría usar la arena del piso para frenarlos, pero en algún momento mi chakra se agotará —dice Gaara. El silencio reinó por unos momentos, mas allá del sonido de las explosiones allá abajo a lo lejos. Y antes de que Ryuzaki Lawliet pudiera idear un plan, el castaño Teach Yosa se levantó.

—Tengo una idea, pero no sé si funcione. Y tal vez pierda la consciencia.

—Espera. No me digas que... —El espartano genio ya tenia una idea de lo que haría su compañero.

—Si, tendré que utilizarla. Solo así podre frenarlos para darles tiempo a ustedes. —Esas fueron las ultimas palabras del joven capitán antes de saltar de la muralla.

—¿Qué hará? ¿Porque habría de perder la consciencia? —pregunta Temari al espartano presente.

—El capitán Teach tiene un as bajo la manga que no suele utilizar. Es algo que él inventó con su conocimiento en medicina. Le permite aumentar drásticamente su poder, pero suele perder toda la razón al hacerlo. Con ello empieza a atacar a todo aquel que se interponga en su camino, amigo o enemigo. En las ultimas semanas ha demostrado poder controlar un poco mejor ese poder, pero incluso él no asegura que pueda hacerlo esta vez. Pocos son los que pueden controlarlo una vez en ese estado.

El Último Espartano - INơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ