Capítulo 62 - ¿El fin de todo?

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—A ti no te conozco, pero tu presencia es similar a aquel quien me derrotó en el Ragnarok —habló el gran Surtur con su voz profunda y demoníaca, mientras voltea a ver a Kratos, quien se encuentra unos cuantos metros mas atrás de Naruto.

—Entonces tú debes de ser Surtur, el demonio de fuego y rey de Muspelheim, responsable de la destrucción de Asgard y de crear el Ragnarok. ¿O me equivoco? —Naruto reconoció a su enemigo apenas le dio esa anterior descripción.

—Estás en lo correcto, mortal. ¡Ahora que se me ha dado otra oportunidad, esta vez no quedará nada mas que fuego en este mundo! ¡Yo soy el destructor de dioses!

—¡Adivina que! ¡Yo también lo soy, y tu no serás la excepción!

Mientras que el gran demonio comenzó a cargar un ataque en forma vertical y descendente, el espartano corrió hacia él y envió a varios clones a que lo atacaran por todos lados. El ataque de Surtur descendió y chocó con el suelo, provocando una colosal explosión, la cual hizo que el piso se abriera como si un terremoto hubiera arrasado con el firmamento, lo cual obligó a las fuerzas shinobis a moverse de lugar para no caer al vacío. 

La mayoría de los clones fueron disipados por ese ataque, pero hubieron algunos que comenzaron a golpear sin cesar el filo de la espada en un intento de quebrarla. Pero fue inútil, el arma no recibió ni un daño, y en cambio, al golpearla, los clones fueron recibidos por una explosión que los hizo disipar inmediatamente. 

—¿Que crees que haces, mocoso? Mi espada es indestructible, ni siquiera el imbécil de Thor hubiera podido destruirla con el Mjolnir al máximo poder. Esta arma fue forjada por mi para traer la destrucción de toda la creación. Cualquier cosa que haga contacto con su filo provoca destrucción.

—Mierda, no es tan fácil de atacar como a los titanes. ¿Que debo hacer? —pensaba con rapidez el moreno, intentando no caer presa del pánico.

En eso, el ojiazul volteó a ver al capitán Kenpachi, quien en seguida entendió lo que tenia que hacer, por lo que se retiró su parche que suprimía su poder total. Al hacerlo liberó una columna de energía palpable, lo cual llamó la atención de Surtur, quien volteó a ver quien era el causante. Pero al distraerse, Naruto le dio un buen golpe en la mandíbula con sus cestos, lo cual lo aturdió unos cuantos segundos, tiempo que aprovechó el capitán de la espada congelada para congelar la parte alta del brazo derecho del demonio, lo cual evitaba que de momento pudiera mover su espada.

Naruto decidió terminar el encuentro de la forma mas rápida posible, así que haciendo uso de las Garras de Hades las encajó en el pecho de Surtur e intentó arrancarle su alma. Pero el gigante de fuego era muy fuerte, así que logró resistirse al proceso y mandó a volar al rubio. El demonio ígneo con su brazo izquierdo golpeó de lleno a Kenpachi, quien fue propulsado hacia otro lado, con gran parte de sus ropas quemadas, y en todo su torso se dibujaba una quemadura horrible que lo dejó fuera de combate.

Rápidamente, la capitana Erza fue con el capitán caído para intentar curar las heridas de este.

—Mierda, Kenpachi fue derrotado de un solo golpe. Debo tener cuidado con este monstruo. —piensa el peliblanco con cautela, pues esta era la primera vez que se enfrentaba a un ser destinado a matar dioses con facilidad—. ¡Nikai!

Al liberar una gran cantidad del peso que lo contenía, adquirió una velocidad inhumana a la par de un usuario de las Puertas Internas. A continuación comenzó a moverse alrededor de Surtur, quien notó como varios Narutos aparecieron al mismo tiempo, algo que los pocos Uchihas que quedaban les recordó al legendario prodigio Shisui del Cuerpo Parpadeante.

Surtur lanzó un corte vertical para romper el circulo de clones, pero el ataque pareció solo pasar a través de ellos, como si no fueran sólidos. Uno de los espejismos del lado opuesto saltó y le propinó otro golpe en la mandíbula mientras estaba distraído. La entidad nórdica sintió que su adversario se estaba burlando de él, y comenzó a emanar cantidades gigantescas de vapor, las cuales lograron provocarle unas cuantas quemaduras superficiales en los brazos al espartano tatuado menor, obligandolo a deshacer la técnica semejante al Cuerpo Parpadeante. 

El Último Espartano - IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora