Capítulo 46 - Regreso a casa

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—¿Guerra? Recién nos estamos recuperando de una —dice preocupado Minato.

—Lo sé, y es por eso que se los estoy avisando ahora para que se preparen lo mas rápido posible. Lucifer no dijo por donde atacará, así que la mejor opción será que todos se queden en la aldea. Solo salgan si lo ven necesario. Esto se pondrá sangriento.

—¿Y que hay de ti? —pregunta su madre pelirroja.

—Regresaré a mi aldea de Esparta. Tenemos que actuar rápido, o mucha gente morirá en un solo parpadeo. Kenpachi, reúnete con el capitán mas cercano e informale sobre la situación. De ahí dependerá del escuadrón de capitanes en que les avisen a las demás naciones elementales. ¿Quedó claro?

—Hai.

—Iré contigo, hermano. —Su hermana menor se dispone a ayudar, pero es frenada en corto.

—No, hermanita. La aldea los necesita a ti, a Menma y a Sasuke mas que nunca, así como mi pueblo me necesita. Los demás, sujetense de mi.

—Adiós, Naruto... te quiero. —Minato se despide de su primogénito.

—Prométeme que nos volveremos a ver, Naru-chan. —Le dice Kushina a su hijo mayor.

—Lo prometo...

El mismo sello volvió a aparecer en el piso, y al brillar, desaparecieron en un destello todos los espartanos, dejando con mucho trabajo a los de la hoja, quienes inmediatamente pusieron en marcha todos los preparativos. En Esparta, concretamente en el gran puerto de la isla, aparecieron en un destello Naruto y compañía.

La linea defensiva de genins hizo lo que les habían dicho desde la partida de los Yari y gran parte de los Shirdo hacia la Cuarta Guerra Mundial Shinobi

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La linea defensiva de genins hizo lo que les habían dicho desde la partida de los Yari y gran parte de los Shirdo hacia la Cuarta Guerra Mundial Shinobi. Nada fuera de lo normal había sucedido en los últimos días, al menos no desde la erupción de los volcanes de la isla. Imaginarán la sorpresa de uno de los genins que estaba haciendo su patrullaje diario cuando vio un brillante destello aparecer en frente suyo, así que se puso de inmediato en guardia. Cuando la luz cesó se dio cuenta de quienes eran.

—Identifiq... ¡comandante Naruto! ¿Sus nuevos acompañantes son amigos suyos?

—Si. De momento pueden dejar su labor de proteger la isla hasta nuevo aviso, avisen a sus camaradas espartanos. ¡Es una orden!

—¡Hai!

El genin desapareció de un salto, dándole paso al grupo de Naruto. Al entrar a la gran aldea -casi megapolis de Esparta- fueron recibidos alegremente y con fervor por los ciudadanos, quienes estaban festejando el regreso de su comandante. La madre de Riku, de nombre Akeno Uzumaki, le salio una lagrima de nostalgia por volver a su isla natal, pero también quedó impresionada al ver el progreso tanto cultural como arquitectónico de la población de Esparta.

La gente era muy amable, servicial, amigable, a donde quiera que iban eran saludados por los ciudadanos. Las edificaciones tenían en su mayoría pilares de mármol o de piedra caliza, paredes de ladrillo sin cocer, y los techos eran de madera. Una combinación de materiales que encajaba a la perfección, y que hacía de cualquier edificio una obra de arte. Constantemente estaba la presencia de ornamentos hechos de terracota, con detalles decorativos de metales, en especial de bronce.

El Último Espartano - IWhere stories live. Discover now