Capítulo 63 - Lucifer

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Ahí estaba frente a ellos el rey de las tinieblas. El primordial caído. El innombrable. La bestia del averno sin fin. Aquel quien no pudo ser aprisionado por sus hermanos celestiales, y ahora ha salido de su eterna prisión en el infierno para destruir a quienes se opusieron a sus deseos.

El tamaño y poder de esta bestia era abismalmente superior al diez colas junto a todos los titanes y dioses que los shinobis han presenciado. Todos, incluyendo al Fantasma de Esparta junto a su alumno estaban petrificados, ¿como se supone que debían enfrentar algo de esas proporciones? 

—¡JAJAJAJA! ¿Pero que ha sucedido de repente? Todo ese vigor, toda esa esa energía. Tanto odio y rencor solo para que te quedes quieto como un cobarde. — La poderosa voz de Lucifer retumbó por todos lados.

—Es... imposible... —dice Naruto, viendo con temor a eso que estaba frente a todos.

—No creí... que existiera... alguien así... —dice Riku, cayendo al suelo.

—Debemos mantener la calma... todo enemigo tiene una debilidad. Es fuerte, pero no invencible —dice Kratos, quien por un momento se petrificó, pero recobró su compostura.

—Invocaré a los titanes. Veamos que tan fuerte es este monstruo. ¡Titanes de la Gran Guerra, yo los libero de las Fosas del Tartaro! ¡Destruyan a nuestro enemigo!

Al igual que en la Cuarta Guerra Shinobi, Naruto clavó la Espada del Olimpo al suelo y generó alrededor de si mismo un torbellino, del que salieron otros doce torbellinos mas grandes. Al disiparse, se veían a los doce titanes griegos en todo su esplendor. Incluso Atlas ya se había recuperado del ataque devastador del Juubi.

Las doce deidades de la Época Dorada fueron corriendo hacia la bestia frente a ellos, la cual ni se inmutó por la presencia de los nuevos oponentes, y simplemente con un aleteo los tumbó al suelo. Muchos de los shinobis salieron volando por ese movimiento, el cual fue seguido de un gran temblor por la caída de los titanes.

Tornados arrasando con todo, relámpagos tronando, terremotos destruyendo el firmamento, volcanes explotando por todos lados. Los vientos de Lucifer estaban afectando a todo el continente sin esfuerzo. La dificultad de esta batalla se había elevado a la décima potencia.

Los doce colosos se levantaron, y procedieron a cambiar su estrategia, por lo que ahora estaban arrancando montañas enteras para lanzarlas hacia Lucifer. Este movió sus serpientes, las cuales atraparon con su boca los proyectiles, y los destruyeron.

La gran bestia decidió terminar con los juegos y escupió de su boca un meteorito que impactó en las deidades primitivas, las cuales fueron aniquiladas como si de cucarachas se tratasen. Y nuevamente un gran y violento temblor sacudió al continente entero. Los que permanecieron en sus aldeas estaban atemorizados por el caos que estaba destruyendo los cimientos de la Tierra. La onda de choque que le siguió fue una que inevitablemente mató a la mayoría de los heridos de la ultima batalla, reduciendo aun mas los números de los humanos.

Quien sabe si de este apocalípsis iban a salir con vida. El comandante de Esparta ya no lo podía creer. Una de sus mejores cartas de triunfo había sido derrotada en un solo ataque.

—Mierda, esto no está funcionando. ¿Que vamos a hacer? —Ahora Naruto ya estaba cayendo presa del pánico, y esto comenzó a preocupar a sus capitanes y soldados.

—Niño, mantén la calma. Debemos pelear con todo mientras aun tenemos fuerza. Un espartano no deja que su espalda toque el suelo —dice Kratos rememorando las palabras de su hermano Deimos.

—Sensei... ¡tiene razón! —Piensa titubeando el ojiazul por un momento, pero luego recobra el valor con las palabras de Kratos. Naruto tomó una resolución de la que no habría marcha atrás—. ¡Capitanes de Esparta! ¡Si hemos de morir este dia, será con honor, luchando hasta el final! ¡Si esta va a ser nuestra ultima batalla, entonces solo puedo decirles que ha sido un honor ser su comandante! ¡Dejemos que la furia de Esparta caiga sobre nuestro enemigo! —Por supuesto que Naruto tenia mucho miedo, pero ahora mas que nunca necesitaba a sus capitanes junto con él.

El Último Espartano - IWhere stories live. Discover now