Capítulo 35 - Jinchuurikis

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—¡Deidades de la Época Dorada, destruyan a mis enemigos que también son suyos!

Los doce titanes reaccionan al comando del guerrero, y se lanzan a atacar a la gran bestia que -comparada a ellos- era mas pequeña, pero eso no quitaba su nivel de peligrosidad. Seis de ellos lo atacan cuerpo a cuerpo mientras que los otros seis comienzan a arrancar pedazos de montaña y se los lanzan a la gran bestia. El Juubi se defiende destruyendo los proyectiles con sus colas justo a tiempo para atacar con estas mismas a sus enemigos quienes quieren atacar de cerca.

Logra derribar a cuatro de ellos, pero los otros dos, siendo estos Atlas y Cronos le propinan varios golpes que el Juubi en verdad siente y lanza alaridos del dolor. Dadas las circunstancias, el monstruo de diez colas decide separar pequeñas partes de si mismo que toman vida y se suben a los rostros de los titanes para comenzar a atacar sus ojos, cosa que logran de forma exitosa, así obligándolos a retroceder para quitarse a esas pestes de sus rostros. El Juubi forma una gran juubidama que lanza al estomago de Atlas, y este sale disparado por la fuerza del ataque una gran distancia y explota. La explosión lo dejó muy malherido, así que se vio obligado a regresar a las Fosas del Tártaro, tal cual como una invocación ninja lo haría.

—Esto no está resultando como planeaba. A este paso, esas bestias derrotaran al Juubi. Tendré que convertirme en su jinchuuriki y adelantar los planes —pensaba con frustración Obito, quien en todo momento se ha mantenido encima del Juubi, evitando daños con su intangibilidad.

Obito rápidamente hace una secuencia extraña de sellos y choca la palma encima de la bestia, la cual comienza a retorcerse de forma grotesca y en espiral hacia un solo lugar y toma la forma de una cúpula blanca flotando en el aire. Segundos después la esfera comienza a quebrarse poco a poco como si de un huevo se tratase, y al terminar, se ve como esa persona a quien conocían como Obito Uchiha había cambiado drasticamente. 

Su piel se tornó de un color blanco con algunos patrones en la piel que se asemejaban a escamas. Cabello totalmente blanco también, con cinco protuberancias raras detrás de sus hombros y cuello, y nueve magatamas de color negro tatuadas en su espalda debajo de un símbolo de un circulo anillado. Viendo mas de cerca, este circulo parecía representar el Rinnegan.

—¡Detente, Obito! —Le exige Kakashi a su renacido viejo amigo de equipo

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—¡Detente, Obito! —Le exige Kakashi a su renacido viejo amigo de equipo.

—¿O.. bi.. to?

Mientras tanto

—Muchas gracias, jovencita. Sin ti y ese jutsu medico tuyo no habría podido salvar a los kages. Tu discípula también es muy buena —dice Tsunade, quien también había sido enviada a ayudar. A Erza se le ponen los ojos como estrellas por recibir un cumplido de la sannin de las babosas.

—No hay de que, Tsunade-sama. Después de todo, casi todo mi conocimiento en medicina se lo debo a usted. Gracias a sus descubrimientos fue como Naruto-sensei aprendió ninjutsu médico y después me lo enseñó a mi —dice Rin atrayendo la atención de los kages con eso ultimo que dijo.

El Último Espartano - IDonde viven las historias. Descúbrelo ahora