Capítulo 52 - Konoha

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La situación en el País del Fuego podría ser mejor, pero también podría ser peor, ya que de momento la pelea estaba muy reñida. Ningún bando parecía obtener ventaja sobre el otro. Teniendo a ninjas de élite como lo son Kakashi Hatake y Minato Namikaze, o tener el apoyo de clanes poderosos como el Uchiha y los Hyuga definitivamente ayudaba bastante. Y no fue hasta que llegaron los tres alumnos del Mensajero de la Muerte cuando las cartas jugaron a favor de los de Konoha. 

El estilo de pelea de Riku, la nueva arma mortífera de Ryu, mas el ninjutsu medico y habilidades de Rin resultaban en un genocidio masivo de demonios. La recién adquirida guadaña de Ryu parecía tener alguna conexión con el asesinato de condenados, pues entre mas aumentaba su lista de bajas, mas fuerte se hacía su arma. Y ademas también provocaba que un compartimiento transparente en medio de la guadaña se fuera llenando poco a poco de una sustancia gris que brillaba. 

Riku estaba teniendo la experiencia de su vida, ya que sus habilidades como espadachín eran incomparables, era casi como ver la humillación que efectuó Madara en la guerra contra la cuarta división de la alianza shinobi, incluso los demonios de mayor rango no podían contra él. 

Rin por su parte descargaba toda su furia contra sus enemigos, cortándolos como si fueran hechos de papel, haciendo uso solo de sus bisturís de chakra. Y si llegara a ser herida, se podría curar fácilmente al implementarse en si misma un jutsu parecido a la regeneración del Shodaime Hokage. 

—¡Enton: Susanoo Kagutsuschi! —Sasuke se encontraba dentro de su espectro morado.

—¡Bijuudama! —El manto de chakra con la forma de Kurama contenía en su interior a Menma.

—¡Rasen Shuriken! —Mito al ya no ser una jinchuuriki utilizaba el máximo potencial del senjutsu de los sapos.

El trío de héroes de Konoha utilizaba sus jutsus de mayor capacidad destructiva, lo cual dio mucha ventaja a los ninjas. Minato por su parte decidió utilizar la misma estrategia que utilizó contra los ninjas de Iwagakure hace muchos años atrás, por lo que comenzó a repartir sus kunais de tres puntas entre los shinobis, quienes solo los lanzaban hacia los enemigos, tal como les instruía su kage. El yondaime se tele-transportaba por todo el campo de batalla, matando a sus enemigos quienes no veían venir el ataque.

Aunque esta clara ventaja no les duraría por mucho, ya que en el campo comenzaron a aparecer enemigos con dos cabezas. Una de las cabezas era un condenado del sexto circulo, el cual le decía a su otra cabeza que controlaba el cuerpo como y donde atacar, ya que como dijo el sannin traidor en el infierno, los condenados de ese circulo podían ver el futuro, aunque nunca podrían conocer el presente. Tanto Ryu como Riku se dieron cuenta de esto, así que esparcieron el mensaje entre los shinobis, quienes no hallaban una forma de contrarrestar eso.

—¡Joder! Si uno le dice al otro lo que vamos a hacer, ¿como podremos vencerlos? —Kiba estaba enojado por como todo mundo perdió la ventaja en cuestión de minutos. Ryu estaba pensativo, buscando en sus recuerdos alguna pista sobre como vencer a estos nuevos enemigos.

—De nada les servirá saber lo que haremos si no lo pueden evitar... —Riku es el primero en descubrir la debilidad de los demonios.

—Veo que tienes un plan, ¿que tienes en mente? —pregunta Minato.

—Utilicen ataques rápidos, o que sean de daño masivo de área. Si hacemos eso, no podrán evitar su muerte aunque puedan ver el futuro.

—Es un buen plan. —dice Shino.

—Concurro con tu estrategia. —secunda Neji.

—¿Y que estamos esperando? Akamaru, es hora de patear traseros.

El Último Espartano - IWhere stories live. Discover now