Capitulo 68 - El Adiós

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La fiesta continuó hasta el amanecer, los aldeanos no tenían intenciones de dormir, al igual que los dioses y demás invitados, como si algún tipo de energía incomprensible los mantuviera despiertos. Eran las diez de la mañana, dos horas antes de que Naruto diera a conocer su decisión, y la fiesta aun seguía dándose, aunque ahora de forma mas relajada y tranquila, así como cuando comenzó. 

Muchos aun estaban bajo los efectos del alcohol, algunos otros tuvieron la suerte de hacer el amor con su pareja después de cuatro o cinco copas, los niños seguían jugando con tanta de esa energía que uno no sabe de donde la consiguen. Una segunda barra de comida fue puesta en el área central de la ciudad, por lo que mucha gente ahora estaba reunida ahí.

Dentro de la conmoción natural que se formó con las platicas y voces de todo mundo estando juntas en un solo lugar, la pareja recién casada junto a su pequeño hijo se lograron zafar de ahí, y fueron a un lugar mucho mas tranquilo, siendo este el puerto de Esparta. Las olas del mar azotaban suavemente las paredes del anillo que rodea la parte interna del puerto. El cielo estaba pintado de azul con algunos toques blancos de nubes. El sol estaba acercándose a su punto mas alto, dando una sensación cálida que se hacía presente en la suave brisa que brindaba el mar.

—Que hermoso dia, ¿no crees? —dice Karin iniciando la plática.

—Así es. —respondió Naruto algo desganado. Karin suspiró.

—Esta decisión no es nada fácil para ti, ¿verdad? —dijo ella con empatía.

—Lo he estado pensando demasiado desde que regresé, pero no encuentro una manera de que todos seamos beneficiados. Si me quedo aquí, podré ver a nuestro hijo crecer, y enseñarle todo lo que sabemos. Pero de ser así, la existencia estaría en peligro por nuevos seres como lo fueron Lucifer. En cambio, si acepto tomar el trono podré proteger a todo el universo, pero mis labores no me permitirán estar con ustedes, al menos no por mucho tiempo. No sé que hacer, Karin-chan. —Naruto miró a sus propias manos, mientras las cerraba en forma de puños, denotando su frustración.

—Lo sé... —Las palabras no eran suficiente para aliviar esta situación, pero Karin aun así lo intentó—. Escucha, cualquiera que sea tu decisión, yo te apoyaré. No importa si decides aceptar, no pondré objeción alguna. Nuestro pequeño estará en buenas manos, después de todo, recuerda que él es tu sangre. Estoy seguro que crecerá para ser alguien tan fuerte como tú.

Mientras ambos recién casados platicaban sobre toda esta situación que se iba a desenvolver en unas horas, el pequeño Deimos se despertó, y al ver a su padre, extendió sus brazos para que Naruto lo cargara. El peliblanco marcado sonrió ante ese gesto, y lo tomó con cuidado, pero a la vez con entusiasmo, levantándolo frente a él para verlo de frente.

—Este es mi hijo, y algún dia se convertirá en el nuevo guardián de la Tierra... Cuando llegue el momento, serás alguien muy fuerte que seguirá llevando la Voluntad de Fuego. De eso estoy seguro.

Naruto acercó hacia su cuerpo al bebé, quien lo tomó de una de sus mejillas, concretamente sus marcas de bigotes que lo han acompañado desde su nacimiento, cosa que hizo reír a ambos padres.

—Muy bien. Ya lo he decidido... —El semblante de Naruto había cambiado totalmente. Aquel brillo de esperanza que tenia en antaño había regresado, cosa que alegró a su amada Karin.

Mientras esta escena se producía en el tranquilo puerto de la ciudad, tres figuras muy reconocidas veían esta escena con aprobación en sus rostros.

—El chico ha tomado su decisión. —dijo la primer sombra de Konoha, Hashirama Senju.

—Y parece ser que su hijo será un guerrero admirable, igual que su padre. —complementó la segunda sombra de la ya mencionada aldea, Tobirama Senju.

El Último Espartano - IOnde histórias criam vida. Descubra agora