27. Ahora tengo una amiga especial

61.1K 9.6K 7.5K
                                    

Capítulo dedicado a Dreamslovepasion. ¡Gracias por siempre llenar cada capítulo de comentarios!

Ey y perdón si hay muchos errores de tipeo, no he estado en casa y apenas he alcanzado a editar. 

De antemano MIL MIL MIL gracias por votar y comentar. 
-----


27. Ahora tengo una amiga especial

Despierto de golpe,  de repente recordando que no me encuentro en casa; y es que, por mucho que quisiera acostumbrarme, mi habitación cabe tres veces aquí y esta cama es el triple de tamaño que la mía.

Estoy en territorio Rojo.

«No lo soñé», es lo tercero que pasa por mi mente a pesar de que pronto advierto que ella no está aquí; tampoco su ropa y sus cosas; pero si lo estoy yo, y desnudo, junto a la botella de vino a medio terminar. Aun así, soy consciente de que anoche no me embriagué. No hay manera de que esto no haya ocurrido.

—Estuve en una cama con Ivanna —digo, pasando ambas manos sobre mi cabello—. No lo soñé.

¿Cuántas veces tendré que decirlo hasta creérmelo? Porque ni siquiera repitiéndolo en voz alta puedo asimilarlo del todo. Es... sencillamente increíble.

De mi ropa solo veo el saco, sin embargo en lugar de lo demás está el pantalón de chándal, la camiseta y las pantuflas que utilicé la primera vez que vine. Ivanna debió tomar mi ropa para llevarla otra vez a la lavandería.

¿Por qué no deja que lo haga yo?

«¡Mamá!», recuerdo, rápido. De nuevo no le llamé para avisarle que llegaría tarde... o que no llegaría. Me estiro para alcanzar mi saco y busco dentro mi teléfono. Está apagado. ¿Por qué está apagado? «Ivanna me pidió apagarlo en caso llamara el señor Rodwell», recuerdo y en medio de un bostezo me apresuro a encenderlo.

El reloj del teléfono marca las 09:03 a. m.

—¿En serio? 

No puedo creerlo. Apenas recuerdo la última vez que desperté tan tarde. No soy del tipo «Me quedo en la cama hasta que yo quiera». Siempre he tenido responsabilidades. Ni jugando en línea con Alex y Roy me desvelo tanto. Aun así, al rememorar lo sucedido anoche, poco importan las consecuencias.

Podría ganarme la peor llamada de atención por parte de mamá o el señor Rodwell y no cambiaría nada. Lo que pasó aquí valió enteramente la pena.

Seguro de eso, listo para volver al «mundo real» reviso mis mensajes. Hay dos de mamá, tres de Clarissa y 2,619 en el grupo que tengo con Alex y Roy.

Primero leo los de mamá:

Cielo, ¿todo bien? Son más de las 11.

El siguiente es dos horas después: 

No hay problema. Ya Alex me platicó sobre la niña trapecista que salvaste de ser arrollada. Te veo mañana.

—¿Qué niña trapecista que salvé de ser arrollada? —Debo preguntarme.

Luego voy con Clarissa:

¿Dónde estás? Ya es tarde. ¿Todo bien con Ivanna?

Ni creas que yo me voy a tragar lo de la niña trapecista.

—Claro que no —musito.

Preocupado, finalmente abro la conversación de Alex y Roy.

Alex: La mamá de Luca me escribió. Ve la hora. No ha llegado a su casa.

El asistente ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora