69. Je vais le regretter

36.7K 8.1K 4.7K
                                    


Perdón que hasta ahora. Los lectores de Crónicas del circo de la muerte me tenían secuestrada 7u7

Pero bueno; no olviden -y lo repito porque algunos continúan confundiéndose- que el capítulo siempre termina con mi nota de autora. Si les sale incompleto; cierren sesión y ábranla de nuevo, o saquen y vuelvan a meter el libro a sus respectivas bibliotecas c:


---------

69. Je vais le regretter.

IVANNA

—No te estás concentrando —musito a Luca al ver que intenta contener su risa.

—Tú tampoco por estar mirándome a mí.

Cierro el ojo derecho, pero dejo abierto el izquierdo para observar a la instructora de yoga.

—¿Se supone que esto nos tiene que relajar? —Llevamos más de quince minutos repitiendo posiciones estúpidas—. Ya me puso de mal humor pasar tanto tiempo sentada en una esterilla.

Luca se muestra de acuerdo:

—Para relajarme prefiero dibujar.

—Y yo... —«¿Qué prefiero hacer yo para relajarme?». Lo pienso y enumero con mis dedos diferentes opciones—. Conducir el Maserati... ejercicio... limpieza... sexo...

Disimulando una sonrisa, Luca asiente.

—Hacer sentir miserables a los demás —agrega y aprovechando que lo tengo a mi alcance le empujo el hombro.

Y así, mientras el resto de los participantes se concentra en la clase, nosotros, dejando de poner por completo atención, nos empujamos las manos y los codos.

—La pareja de la cuarta fila, por favor —nos llama la atención la instructora y más participantes de igual forma nos dirigen gestos de fastidio—. Si siguen así voy a tener que pasar a uno de los dos al frente —continúa bromeando.

Pero enseguida me giro hacia Luca revelando mi sonrisa más radiante.

—Ivanna, no —me advierte y, alzando la barbilla, me vuelvo a girar hacia la instructora.

Él sabe lo que voy a hacer.

—A Luca le encanta pasar al frente —digo en voz alta y la instructora le indica que se acerque.

Luca hace girar sus ojos y maldiciendo en voz baja se apresura a hacer lo que se le pide.

—No poníamos atención porque teníamos dudas —digo por último a modo de disculpa.

—¿Qué tipo de dudas tienen? —le pregunta la instructora a Luca tan pronto como él se instala junto a ella.

Entonces Luca, estirando sus labios besucones en una sonrisa imperceptible para cualquiera que no lo conozca, me contempla fijamente y arquea la ceja izquierda antes de contestar:

—Mi jefa quería saber cuáles posiciones nos pueden servir para mejorar nuestro rendimiento en la cama.

Las miradas de gran número de participantes se vuelven hacia mí.

«Lo va a pagar caro», pienso, en tanto tampoco dejo de sonreírle. Pese a la atención de la gente, los dos comenzamos un juego de miradas sucias en lo que la instructora nos felicita por hacer preguntas que nadie más se atreve.

Lo que sigue, con Luca como principal entretenimiento de la mayoría, es una serie de ejercicios que facilitan el estiramiento de piernas, flexibilidad de la cadera y a su vez despejan la mente.

El asistente ©Where stories live. Discover now