Búscame entre los políticos

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Inés estuvo llorando unos 10 minutos sobre el hombro de su amiga, mientras sentía ese abrazo por parte de Irene que tanto le gustaba, que tanto necesita, pero que a la vez tanto le perturbaba.

Cuando sintió que estaba más calmada se separo suave y acabo secandose las lagrimas con sus manos, mientras miraba a Irene a los ojos, ella le correspondía la mirada. Por un instante pensó que iba a confesarle lo que realmente había pasado aquel día, el motivo por el que salió huyendo de su casa, por el que le habló mal en el congreso, y por el que había tomado tierra de por medio, pero no fue capaz de hacerlo. En realidad ni ella misma había asimilado lo que sentía y decidió olvidarse de aquello, había sido una tonteria, y nada más.

Irene le sonrio mirandola a los ojos, con esa mirada tranquilizadora que solo ella era capaz de darle.

-Estas mejor pijilla?-dijo sonriendo

-Sí,gracias de verdad- dijo Inés

Inés continúo- Quería pedirte perdón por todo, por como me he comportado estos días de verdad, sabes que te quiero- enseguida se ruborizó al decir eso, sus mejillas se pusieron rojas.

-Como amiga, ya sabes- dijo rapidamente y algo nerviosa. Irene sonrió levemente, le hacía gracia el nerviosismo de Inés.

-Tranquila Inés, nunca podría enfadarme contigo. Sabes que soy yo no? Irene, que cuando quieras contarme algo puedes hacerlo, yo nunca voy a traicionarte- dijo tocandole la mano suave y sonriendole.

Inés la quito como si le hubiera dado un calambrazo. -Si lo sé. Siento mi comportamiento estos días, yo no quiero perderte, eres mi amiga y nada de lo que dije lo sentía de verdad, pagué contigo mis nervios por tantos cambios.

Irene sonrió. Ambas sabían que había algo que Inés se guardaba, pero ambas consideraron que era mejor dejarlo así. Ambas sabían que una amiga no besa a otra amiga y ambas se le eriza la piel, en el fondo lo sabían pero demasiado al fonod aún para ser capaces de reconocer ese sentimiento tanto interior como exteriormente y sobre todo porque ninguna de las dos quería romper esa amistad que las unía.

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Era la primera intervención de Inés el congreso, estaba tan nerviosa que le temblaban las piernas y tenía unas ganas de vomitar horrorosas. Ella era una mujer extremadamente perfeccionista, no era fácil ser mujer, todo lo que tenía se lo había ganado trabajando el doble y no quería hacerlo mal, le había costado mucho llegar donde estaba. Ella jamás se mostraba débil, al revés, siempre se mostraba fuerte aunque por dentro le temblasen las piernas, pero con Irene era diferente, era Irene, y con Irene no sabía por qué le salía ser esa Inés que nadie conocía, esa Inés que tenía miedo e inseguridades.

Entró al baño con unas nauseas alucinantes y se encerró en el váter, se sento en el mismo y con la cara llena de lágrimas y las piernas temblandole marcó su tlf ''Llamando Perroflauta'' salía reflejado en el telefono. 

Irene cruzaba el semáforo que estaba justo enfrente del congreso y le vibró el telefono. Miro y en su pantalla salía reflejado: ''Pija''. Una sonrisa se le dibujo sin querer.

Lo cogió cruzando la carretera. -Dime pija- dijo cariñosamente.

-Irene- susurro una voz muy bajito y sollozando

Irene se paró en seco, oírla mal la ponía mal. 

-Ey.. Inés que pasa?- dijo preocupada Irene.

-Ven por favor ven- ya rompió  a llorar

Irene miraba a todos lados con el telefono en su oreja super preocupada como intentando encontrarla entre la gente.

-Claro que voy , dime donde estas- dijo una Irene acelerada y nerviosa.

-En los baños del congreso, no tardes por favor- Inés colgo y siguió llorando.

Irene subió las escaleras del congreso literalmente corriendo, entró por esas enormes puertas ante la mirada de Sánchez que la saludo. -Buenos días Irene- dijo acercandose, pero Irene ni le vió siguió corriendo, en ese momento solo le preocupaba Inés. Sánchez se quedo mirando como corría a lo largo del pasillo estupefacto porque ni le había dicho hola.

Entro al baño como un elefante en una cacharrería que no se tragó la puerta de puro milagro.

Inés!!- susurró pero como alterada y la puerta de uno de los baños se abrió sola. Irene fue rapidamente hacía allí, entró dejando la puerta tras de sí y echando el pestillo.

Se encontró a una Inés Arrimadas sentada en la taza del váter con los ojos rojos de llorar y mirandola directamente a los ojos. Unos ojos que enseguida le quitaron la mirada por vergüenza y pasaron  a ser tapados por sus manos. Irene se agacho instintivamente se puso de cuclillas frente a ella e intentaba meter su cabeza entre las manos de Irene para poder mirarla a la cara directamente. Le quito las manos del rostro con mucho cariño y metió su carita debajo de la de Irene como buscando mirarla de una vez. Por fin sus miradas se cruzaron e Irene le sonrió como solo ella sabía hacer, provocando que Inés también sonriese un poco aun con lagrimas en los ojos.

Irene se las seco con sus pulgares desde esa misma posición  y le puso la cara recta cogiendola de la barbilla. Quedando así Inés sentada y ella en cuclillas frente a ella mirandose. Irene le agarro las manos, se las cogió las dos.

-¿Por qué está llorando mi pija favorita?- dijo sonriendo la de podemos

Ines se le tensó la mandivula de nuevo, eso significaba que se aguantaba las ganas de llorar. 

-Que lo llevo fatal, el discurso, que lo voy a hacer de pena y es la primera vez y no puedo Irene, no puedo...-decía otra vez llorando como una niña pequeña.

Irene le levanto la cara de nuevo cogiendola de la barbilla- Ey no digas eso ni de broma me has oido? Tú eres la hostia, lo has sido siempre y lo vas a seguir siendo siempre y te los vas a comer vivos a todos, me oyes?- dijo diciendoselo muy en serio mientras la miraba a los ojos.

Inés la miro, como esa mujer era capaz de hacer que se sintiera un poco menos pequeña con tan solo una frase, con ella se sentía segura.

-Ellos llevan aqui mucho mas que yo y todo el mundo va a estar mirandome con lupa porque es mi primera intervención. Lo llevo fatal...-decía nerviosa pero sin llorar.

-Te los vas a comer vivos a todos Inés, a todos, menos a mi claro- rió ella solo quería hacerla reir y lo consiguió, Inés sonrió también.

-Vamos a hacer una cosa, mira cuando ponga mis puños así- Irene cerro sus puños y los junto el uno con el otro poniendolos pegados a sus labios y mirandola- cuando haga esto significa que estoy ahí contigo, que lo estás haciendo genial y que solo tienes que respirar y seguir vale? No vas a sentir miedo pero si lo sientes buscame entre todos que ahí estaré con este gesto- volvio a hacer el gesto- Sonrio.

Inés se sintió más tranquila, saber que Irene estaba ahí apoyandola le daba fuerza y seguridad. Realmente era asombroso para ambas que las máximas contrincantes políticas fueran a la vez el mayor apoyo la una para la otra, pero eso era algo entre ellas y que lo hacía aún más bonito, porque a pesar de sus diferencias lo primero era esa amistad.

Siento haber tartado en actualizar he estado fuera el finde y no he podido. ESpero que os guste mucho y espero como siempre vuestros comentarios, quiero saber si os gusta. GRACIAS

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Unidas escribamos historia juntasWhere stories live. Discover now