Una carta inesperada

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Irene llevaba un rato buscando a Inés, después de es encontronazo con Ione. La verdad Inés le había demostrado que quería estar con ella, y ella llevaba deseándolo meses, ya estaba bien de hacerse la dura, quería estar con Inés, y ahora por un gesto tonto de Ione había desaparecido.

Pasó por una cafetería con cristalera, esa en las que en otras ocasiones había tenido más de un encontronazo con Inés. Sonrió recordándolo y miró dentro de la cafetería, entonces la vio, tan pequeñita, con uno de esos mechones ondulado en su cara, agarrando la taza con las dos manos, la verdad era preciosa, era la mujer más bonita que había visto jamás.

Cerró los ojos antes de entrar y un montón de recuerdos con Inés se sucedieron en su cabeza, como empezó todo y el último recuerdo en su despacho, con Inés haciéndole el amor en ese sillón, con la voz de la jerezana en su cuello llamándola ''Carinyet'' mientras la llevaba al éxtasis más absoluto.

Respiro hondo y cruzo la puerta de esa cafetería sentándose directamente en la silla de enfrente de la jerezana.

Inés la miro y volvió a evitarle la mirada. Llevaba meses muy duros, para ella todo eso no era nada fácil y encima que por fin decidió apostar por Irene, parecía que ella no quería.

-Inés...-Irene quito la vista del café y centro su mirada en los ojos castaños de Inés.

-Gracias por todo lo que has hecho esta semana Inés, la verdad, lo necesitaba, necesitaba ver a esa Inés. Igual no me comporté de la mejor manera, pero necesitaba tanto sentirte cerca, sentir que no era la única a la que se le acelera el corazón cuando tiene a la otra cerca.-Irene trago saliva y tocó la mano de Inés, le hubiera encantado poder cogérselas pero estaban en un sitio publico y no podían.

Irene continuo;

-Ione solo es una amiga, una buena amiga que me quiere y sabe lo que siento, lo que siento por ti Inés, por eso me pellizco, para que espabilase, dejara de hacerme la dura y empezásemos a disfrutar de una vez de esto juntas.- Irene la miraba.

Inés trago saliva para no llorar, ya no quería llorar más. Los nervios en ella eran palpables ya que movía ese café con la cucharilla mientras le temblaba la mano.

-Tus amigas te tocan el culo.. No sé no lo creo Irene. Da igual, somos muy diferentes, me he dejado llevar demasiado y yo no puedo permitirme esto, dejarme llevar así, realmente tú has sido más sensata que yo negándome esto.

Una lágrima cayó por la cara de Inés.

-Inés por favor no me digas eso, por favor te lo pido- A Irene se le empezó a tomar la voz porque estaba a punto de llorar- No me digas esto otra vez, no me rechaces, no me digas que no puedes permitírtelo. ¿No puedes permitirte querer Inés?

-Me tengo que ir Irene- Inés dejo dos euros y se fue.

Inés abrió su taquilla ese lunes después de todo lo que había pasado con Irene más rara de lo normal. Se encontró una nota y la leyó:

Hacer el amor contigo es lo mejor que me ha pasado jamás... Irene

Inés cerró los ojos abrazando esa nota con nostalgia y tristeza, se la guardo y volvió al trabajo.

Llegó a su despacho ya que tenía reuniones ese día y se encontró un ramo de flores enorme y una nota.

Levantarse cada mañana en estos meses ha merecido la pena por llegar al Congreso y ver tu sonrisa pequeña. Te quiero. Irene.

Inés puso el ramo en agua y se guardó la nota.

Ese Lunes fue agotador en el Congreso y llegó a casa a las 20.00h, tocaron el timbre y fue a abrir pensando en que sería la comida a domicilio que había pedido, pero vio que no era eso. Un mensajero le entrego un sobre grande y le hizo firmar.

Entro en su casa descalza y con esa camiseta de publicidad ancha mientras abría el sobre. Se sentó en el sofá como los indios y vio que dentro había dos billetes de avión a Las Maldivas y una carta, donde reconoció la letra de Irene al instante. Empezó a leer con el corazón acelerado:

Hola pequeña, la verdad no sé cómo empezar a escribir esta carta, ni que decirte. Quiero decirte tantas cosas y no sé cómo decirlas, soy incapaz de ordenar mis ideas cuando se trata de ti y de mí.

Desde que llegaste a Madrid, has sido como un soplo de aire fresco en mi vida, ese que tanto necesitaba pero que nunca pensé que me daría Inés Arrimadas. Este tiempo compartiendo comidas, cafés, risas, confidencias, han llenado de vida mi vida Inés, porque tu risa me llena de vida. Todo se empezó a complicar cuando fuimos incapaces de seguir negando lo que nos estaba pasando, cuando nuestras miradas hablaban solas y nuestros cuerpos se buscaban sin nosotros poder hacer nada para evitar que pasase lo que pasa cuando dos personas se gustan. Inés lo que siento por ti es mucho más que química, es amor, creo que ya es hora de llamar a las cosas por su nombre y no quiero arrepentirme de no haberlo dicho por miedo o vergüenza, al menos quiero que lo sepas Inés, que lo tengas claro, estoy enamorada de ti.

Nuestros miedos nos han hecho separarnos y juntarnos muchas veces en este tiempo y nos hemos hecho mucho daño Inés, pero creo que tenemos que dar un paso al frente y avanzar, ojalá quieras que lo hagamos juntas.

He comprado dos billetes a Las Maldivas para pasar una semana juntas allí sin que nadie nos conozca ni nos moleste. El sábado a las 9 de la mañana te estaré esperando en la T2 para coger ese avión juntas, si quieres estar conmigo. Solo una cosa Inés, tomate el tiempo que necesites, en estos días no te molestaré ni te preguntaré nada, pero quiero que si coges ese avión sea porque de verdad estas segura de esto, porque quieres apostar por ello, si crees que no estás segura, que dentro de unas semanas te arrepentirás, no quiero que cojas ese avión aunque a mi me dolerá muchísimo, prefiero saber la verdad y avanzar. Deseo con todos mis fuerzas que tomes ese avión conmigo y que juntas dejemos todo los miedos atrás, y olvidemos el daño que nos hemos hecho para empezar juntas una historia, la nuestra. Solo voy a pedirte una cosa, si decides no cogerlo, por favor, olvídate de mi, déjame avanzar y avanza tú, si no cogemos ese avión juntas, no quiero que nunca más vuelvas. Inés ambas necesitamos que esto avance o se termine, no podemos seguir así, no es justo para ninguna. Por favor piénsalo y si decides no venir, por favor respeta mi decisión.

Ojalá decidas coger ese avión y poder empezar a escribir juntas nuestras historia pequeña. Te querré siempre. Irene.

Inés lloraba como una niña pequeña abrazada a esa carta, esos cuatro días iban a ser el principio o el final de algo.

CHICAS ESPERO QUE OS GUSTE, LA VERDAD NO ESTABA MUY MOTIVADA HOY PARA ESCRIBIR, PERO NO QUERÍA DEJAROS OTRO DÍA MÁS SIN CAPÍTULO. PROMETO QUE EL SIGUIENTE SERÁ MEJOR. GRACIAS A TODAS.

Unidas escribamos historia juntasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora