Aterriza el avión. Aterrizan los sentimientos.

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Esos 10 días habían pasado volando e Irene e Inés aterrizaron en Madrid sabiendo que todo había cambiado a cuando montaron en ese avión hacía 10 días. Ahora volvían dejando el miedo atrás y agarradas de la mano, con un compromiso juntas que estaban dispuestas a defender ante el mundo, porque ambas querían seguir con sus carreras políticas y con ese amor que sentían desde hace mucho y hasta ahora no habían sido capaces de aceptar.

Era un cambio tan grande para ellas que en parecía que había pasado mucho más tiempo desde que se fueron, pero no solo habían pasado 10 días. Volvían siendo pareja, agarradas de la mano y dispuestas a ir construyendo poco a poco vida juntas.

El avión pisó Madrid e Irene abrió los ojos. Se habían pasado ambas durmiendo todo el viaje ya que la última noche en la isla se la pasaron entre esas sabanas blanca disfrutándose una a la otra y sellando su amor entre besos y gemidos ahogados.

Irene miro a Inés que estaba abrazada a ella con su carita apoyada en su pecho mientras dormía, la jerezana se había tomado varias pastillas y estaba un poco drogui.

-Inés cariño...- le susurro quitándole los pechones de pelo de la cara.

Inés se removió pero no hizo ningún amago de levantarse ni de despertarse.

-Pequeña...-susurró ya más cerca de su boca y le beso los labios primero suave y luego fue subiendo.

Inés sonrió al sentir el beso de Irene y abrió muy despacito los ojos. Tenía una mirada preciosa que brillaba de felicidad.

-Buenos días carinyet...-dijo Inés con la voz tomada de recién levantada.

Irene sonrió y se puso a mirarla y a colocarle el pelo bien. Cada día se enamoraba un poquito más de Inés. Lo mismo le pasaba a Inés, nunca antes el corazón le había latido así de fuerte por alguien.

Mientras esperaban las maletas en esa cinta, Inés empezó a sentir eso que sabía que sentiría cuando pisase España: miedo. Miedo a que no aceptasen que quería a Irene, miedo a que las pillaran, miedo al qué dirán, miedo a la prensa, miedo a perder su trabajado, miedo a que les sacaran fotos en ese momento esperando las maletas y ser portada de todas las revistas. Eso ya era Madrid no una isla paradisiaca. Empezó a sentir calor y el sudor empezó a notarlo en su frente.

Irene en cambio llevaba rato pensando en que iban a hace ahora, no habían hablado si una iría a la casa de la otra esa noche o si dormirían juntas. La verdad le costaba mucho separarse de Inés después de tantos días.

-Inés, amor, ¿qué vamos a hacer? Podrías venirte a casa a dormir...

Inés parecía no escucharla, estaba demasiado nerviosa. Irene lo notó la conocía de sobra.

Las maletas de ambas aparecieron haciendo que Inés no tuviese que responder a esa pregunta. Comenzaron a arrastrarla y antes de que saliesen fuera donde estaba la gente esperando a sus familiares Inés se paró y miró a Irene.

Le cogió las dos manos a Irene con fuerza. Irene se tensó esa cara no le gustaba.

-Amor meu...- dijo nerviosa mirando un poco al suelo pero volvió a subir la vista a los ojos de Irene.

-Es mejor que salgamos separadas de aquí y que cada una duerma en su casa hoy- Inés iba a seguir pero Irene la interrumpió.

-¿Separadas por qué?- Irene fruncio el ceño ese tan característico de ella cuando algo le molestaba. –Si no quieres que durmamos juntas vale, lo entiendo que quieras ir a tu casa y estar sola, pero ¿separadas?.

Inés agitó la cabeza nerviosa como señal de que no quería decir eso pero que sabía que no iban a entenderse.

-Amor meu, no, no es eso, claro que quiero dormir contigo, es lo que más deseo, me muero por dormir contigo carinyet, por despertar contigo cada día pero acabamos de llegar todo es nuevo para mí, mi vida por favor necesito que tengas paciencia conmigo.- Inés la miraba con ojos de corderito.

Irene no pudo evitar poner esa cara que se le ponía sacando morritos del enfado que tenía.

-¿Tiempo para qué Inés para qué? Se supone que eres mi novia no? O ya no lo soy? Porque no entiendo nada..- dijo Irene soltándose de las manos de Inés.

-¡Claro que eres mi novia, claro que lo eres!- dijo Inés gritando pero en susurro.

- Lo soy pero no quieres salir conmigo no vaya a ser que alguien se entere que estás con Irene Montero- dijo Irene cada vez más molesta.

- ¿Pero qué dices Irene qué dices? No te puedes poner en mi lugar un momento?. Claro que eres mi novia y quiero estar contigo y estoy loca por ti jode Irene, pero dame un poco de tiempo para ir contándolo para asimilar que mi realidad a cambiado.

- Para follar toda la noche no necesitas tiempo pero para salir normal como dos personas normales de un aeropuerto no claro, que tampoco iba a cogerte de la mano.- Irene no pensó porque estaba bastante molesta.

Inés abrió la boca y los ojos. Se quedó perpleja ante la respuesta de Irene y antes de que pudiese abrir la boca para responder Irene ya había salido arrastrando su maleta.

Irene llegó a su casa bastante cabreada. Inés decía que quería estar con ella, que eran pareja, que estaba loca por ella pero luego no podían salir ni del aeropuerto juntas no vaya a ser que alguien las pille. ¿Iba a ser así todo el tiempo?. Sentía que Inés siempre pensaba en ella misma antes que en ellas dos como pareja. No solo cambiaba la situación de Inés, la suya también para ella tampoco era fácil.

Sacaba toda la ropa de mala manera encima de la cama vaciando la maleta. Irene cuando se cabreaba era así tenía mucho genio y no podía evitarlo. Dejaba la ropa sucia en la cesta y lo demás lo colocaba en su sitio. Fue con el cesto a la lavadora para ponerla y tenderla.

A las 8 de la tarde Ione escribió un mensaje a Irene:

-¿Nena ya has vuelto? ¿Una caña y me cuentas?

-Te recojo en media hora y nos vamos por ahí- dijo Irene.

Se fue de cañas por ahí con su amiga, la verdad tenía ganas de verla y de tener esos ratitos de ella. Ione era una pieza muy importante para ella, siempre estaba ahí enlos momentos difíciles. Le contaba con alguna cerveza de más lo que había pasado con Inés. Se lo contaba cabreada pero sin poder quitar esa cara de enamorada a la vez cuando hablaba de Inés.

-Bueno Ire cariño, dale un pelín de tiempo, no te digo mucho, pero al menos un poco de paciencia. No me quiero imaginar ser lo pija y repipi que es ella y tener que decir que esta con una perroflauta como tú y que encima está enamorada.- Ione rio a carcajadas provocando que Irene riera con ella por su ocurrencia.

Irene le estuvo contando todo lo que había pasado, el viaje, las noches de amor, como era Inés con ella, todo. Irene recibió un whatsap.

-Hola amor meu... te echo mucho de menos, supongo que lo que has dicho antes de follar lo has dicho sin pensar, porque estabas enfadada...-escribió Inés junto con un selfie que se había hecho a ella misma en la cama ya con el pijama. Se podía ver a Inés sonriendo para Irene tumbada en la cama con una camiseta blanca de tirantes donde sus pezones se marcaban ya que no llevaba sujetador.

Inés estaba en plan niña pequeña total, si en vez de escribir hubiera hablado por audio su voz habría sido la de un bebé de 3 años diciéndole eso. Miraba nerviosa la pantalla esperando una respuesta de Irene que estaba en línea pero pronto dejó de estarlo sin contestar, la había dejado en visto.

HOLA A TODAS. ESPERO QUE OS GUSTE MUCHO EL CAPÍTULO. PERDONAD LA TARDANZA EN ESCRIBIR... ESTOY DESEANDO LEEROS, ME HACEN MUCHA ILUSIÓN VUESTROS COMENTARIOS, SI NO FUERA POR ELLOS ESTO NO TENDRÍA SENTIDO. 

Unidas escribamos historia juntasWhere stories live. Discover now