Renacer

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SEIS MESES DESPUÉS...

V.O IRENE

Irene movía su café en esa barra de cocina americana que desde hacía seis meses se había convertido en su casa, la casa de Ione, ni en mil vidas podría agradecerle a esa rubia con ojos azules todo lo que había hecho por ella en esos meses desde que Inés decidió sacarla de su vida sin ninguna explicación.

Los cuatro primeros meses fueron los peores, tuvo que cogerse incluso alguna baja de semanas ya que se le hacía demasiado cuesta arriba volver a entrar al Congreso, al hemiciclo, a los baños a todos esos sitios que había compartido con Inés y que ya solo formarían parte de los recuerdos. Poco a poco y con ayuda de Marta su psicóloga fue superando baches, y ahora se sentía bastante más fuerte y tenía ganas de vivir, la verdad se lo merecía, ya había sufrido demasiado por Inés. La herida estaba y la marca siempre iba a estar pero tenía que pensar en ella y avanzar. Todas sus amigas habían estado apoyándola en esos meses tan duros sobre todo Ione y Lidia pero si no hubiera sido por la profesionalidad de Marta jamás podría haber salido de ese túnel tan oscuro. Llevaba ya un mes viviendo en su nuevo apartamento ya que el otro le traía demasiados recuerdos. Ione llevaba demasiado tiempo soportándola y ella ya se sentía fuerte aunque alguna noche como la de ayer y estaba más bajita llamaba a su amiga y dormían juntas.

Ione entró en el salón súper dormida, habían estado hasta las tantas con el vino y se les hizo tarde.

-Buenos días guapa- dijo Irene sonriendo.

-Buenos días Irenilla- dijo estirando los brazos y haciéndose un café.

-Te apetece que nos vayamos a La Latina y comamos por ahí? Llamamos a Isa y a estas si quieres y que venga Lidia.

Irene sonrió picara cuando sonreía así algo pasaba.

Ione abrió los ojos

-eh eh eh, ¿que me he perdido? Hacía mucho que no te veía esa mirada- dijo Ione sonriendo.

Irene sonreía mirando al suelo demostrando la vergüenza que le daba hablar de eso.

-Marta me ha invitado a comer hoy juntas- dijo Irene sin mirar a su amiga

-¿QUÉ?? QUÉ ESE PIVÓN DE MUJER TE HA INVITADO A COMER POR AHÍ?- Ione empezó a saltar graciosa como de emoción, sabía lo que Irene necesitaba volver a sentirse viva, a sentirse querida.

-Sí justo ayer me dio el alta del tratamiento y antes de salir de la consulta me dijo lo de comer juntas- dijo sonriendo.

-AHHHHHH- dijo Ione corriendo hacia ella y abrazándola.

Irene sonrió y disfruto del abrazo de su amiga. Había decidido dejar atrás a Inés y dejar de sufrir por alguien que nunca la quiso, o al menos eso pensaba ella en ese momento. Había decidido ser feliz.

V.O INÉS

El bote de ansiolíticos se había vuelto en su única compañía en esos meses. Cada noche después de la noche cero, de la noche del callejón, de la noche de Xavi, de la noche dónde debía haber comenzado su nueva vida con Irene, desde aquella noche todas las demás fueron una tortura, pensó que después de aquella noche ninguna podría ser peor pero sin duda se equivocaba.

Todas las noches que vinieron después fueron una verdadera tortura, las noches de ansiedad donde cuando intentaba dormir las imagines de aquel callejón se le venían a la cabeza sin parar, las manos de Xavi tocando sus pechos, agarrándole sus nalgas, besándola sin su consentimiento, desnudándola sin su consentimiento hasta que una vecina sale al balcón y ahí acaba su tortura, su pesadilla, ahí despierta con un ataque de ansiedad recordando que aquello fue real y que si la vecina hubiera tardado 10 minutos más igual la historia seria otra.

Unidas escribamos historia juntasWhere stories live. Discover now