Piques de novias

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Inés colocaba todos sus conjuntos en el armario con una sonrisa de oreja a oreja y con esos ojitos achinados cuando sonreía mucho sin parar. La tienda en la que le habían estado comprando le había gustado mucho y había podido encontrar esa ropa que necesitaba para disfrutar de los días que le quedaban con Irene en ese lugar tan mágico y que ninguna de las dos iba a olvidar jamás, ya que ese lugar había sido testigo del comienzo de su historia, de ese paso hacía delante de Inés para comenzar una nueva vida juntas, de la mano.

Irene salió del baño y la rodeo por la cintura abrazándola desde atrás, y metiendo su nariz en el cuello de Inés para olerla. Inés tenía un olor tan particular, un olor que podría reconocer entre todos los olores del mundo, era un olor tan de Inés. Le empezó a dar besitos juguetones sin parar a Inés en el cuello. Inés empezó a reírse a carcajadas por culpa de los besos de Irene y cada vez achinaba más los ojos provocando la sonrisa de Irene también, ya que no había cosa que hiciese más feliz a Irene y le encogiese tanto el corazón que escuchar la risa de Inés.

La jerezana se acabo girando para rodear el cuello de Irene y darle un tierno beso y así parar ese ataque de besos en su cuello que le estaba provocando un ataque de risa.

-mmm que rico, otro-dijo Irene mirándola enamorada con voz de bebé.

Inés sonrió con los ojos brillándole de felicidad y le dio otro beso en los labios a Irene.

Irene alargo ese beso haciendo que sus lenguas empezarán a jugar una en la boca de la otra sin parar. Se separó suave de la boca de Inés que aún tenía los ojos cerrados cuando Irene se separó de su boca. Inés la miro y volvió a acercar su boca a la de Irene para seguir con el beso, no entendía porque lo había cortado ella quería seguir besándola. Irene dio un paso hacía atrás evitando ese beso con Inés.

Inés levanto la ceja y la miro-¿Qué haces Irene?- dijo acercándose y agarrándole el cuello para mantenerla quieta y besarla. Acercó su boca empezando a besársela a Irene pero esta se la quito suave.

-Pequeña...tengo que ir a hacer unas cosas, y si empezamos con los besitos nos liamos y no salimos de aquí en todo el día, ya nos conocemos- dijo sonriendo pegada a su boca.

-Estamos de vacaciones, no hay nada que tengas que hacer. No hay ningún problema en que nos quedemos aquí todo el día besándonos, sin ropa...- Inés volvió a su boca.

Irene intentaba mantenerse firme, de verdad tenía que irse y prepararle esa sorpresa a Inés, necesitaba organizar varias cosas y no podía quedarse en la habitación, pero resistirse a los besos de Inés era bastante complicado.

-Mi amor por favor...-Dijo casi sin voz porque los besos de Inés le hacían perder la cordura.- Tengo que irme de verdad a hacer unas cosas, vuelvo en seguida- dijo separándose ya bastante de Inés porque si no sabía que no se iba.

Inés la miro como una niña pequeña indignada- ¿Esas cosas son más importantes que yo?.

Irene sonrió- no seas bobita cariño, claro que no pero tengo que hacerlas de verdad.- le dio un pico.

-Pues espera un momento que acabe esto y voy contigo- Inés también le costaba mucho separarse de Irene.

Irene no sabía cómo decirle que no podía venir- No pequeña, no hace falta, mientras tu guardas eso voy yo a hacerlas y luego nos vamos a cenar vale?- Irene se acercó y le fue a dar otro pico pero Inés le quito la cara.

La miró extrañada, ya le parecía raro que Irene tuviese algo que hacer en un lugar como ese, donde lo único que hay que hacer es tumbarse a tomar el sol, pero que encima no la dejase ir con ella, eso ya puso en pie todas sus alarmas.

-¿Dónde tienes que ir que no puedo ir yo contigo?, además no sé que tienes que hacer aquí que estamos de vacaciones.-dijo Inés seria.

-Ay cariño por favor, son unas cosas que quiero comprar, venga me voy- Irene necesitaba salir de allí ya.

Inés la agarró del brazo y la gira- ¿Me estás mintiendo?- Irene le quito la mirada porque no sabía mentir y menos a Inés.

-Ves me estas mintiendo Irene, lo estás haciendo. ¿Qué es lo que pasa?- Inés necesitaba controlarlo todo y saberlo todo no podía dejar nada fuera de su control era superior a ella.

Irene empezó a ponerse nerviosa, no sabía que decir y ya conocía a Inés cuando se ponía seria. – Bueno cariño que me voy-dijo atropelladamente saliendo por la puerta de la habitación.

Inés abrió la boca y los ojos como platos, sin dar crédito a esa situación.

-¿AH QUE TE VAS? GENIAL- Dijo en un tono de voz alto ya que Irene ya había salido por la puerta y tenía intención de que la escuchase.

Cogió el teléfono desesperada porque Inés era así muy visceral y marco el teléfono de Irene, pero le salía apagado. ''Encima había apagado el teléfono'' pensaba.

Irene vio la llamada de Inés  y decidió apagarlo, porque la conocía sabía que se iba a poner a montársela por el teléfono y necesitaba estar concentrada en esa sorpresa especial que quería prepararle para pedirle que fuese su pareja, su novia.

Irene se pasó toda la tarde fuera comprando todo lo que necesitaba y hablando con los del hotel para que la ayudasen a llevar a cabo la sorpresa a Inés. Sabía que Inés estaría enfadada, así que prefirió hacerlo todo de golpe aunque pasase toda la tarde fuera puesto que ya Inés estaba enfadada, así que mejor hacerlo todo ese día que hacerla enfadar otro día más.

Inés de cara para fuera se hacía la dura, la fuerte, la indestructible, pero dentro era lo más sensible y vulnerable del mundo. Sus sentimientos eran tan reales, tan de verdad que cuando se enamoraba de alguien no tenía medida, y todo lo que tuviera que ver con esa persona le afectaba demasiado. Eso mismo le pasaba con Irene, estaba hasta las trancas por ella, y aunque a ella no se lo dijese, o se pudiese hacer la dura en algunos momentos, para Inés ahora mismo Irene era todo su mundo, su tierra firme, el corazón le iba a mil por hora cuando la tenía cerca. Todo eso provocaba que cualquier cosa se la tomase muy a la tremenda.

Inés se había pasado toda la tarde en la cama llorando como una niña pequeña, con el nórdico tapándose hasta arriba y mojando la almohada del disgusto que tenía. Había bajado todas las persianas y llevaba allí a oscuras horas. Irene se había ido, la había dejado sola y encima sabía que le había mentido. No entendía que tenía que hacer más importante que ellas, que su viaje juntas. Lo pensaba y no paraba de llorar. Irene había pasado olímpicamente de ella toda la tarde y hasta apago el teléfono.  Su cerebro no dejaba de funcionar pensando todo tipo de ideas.

¿Y si estaba con otra mujer? ¿ Y sí ya no la quería?. Volvía a llorar más fuerte.

A las 9 de la noche Irene volvía a la habitación la verdad había echado mucho de menos a Inés, pero estaba segura que esa sorpresa merecería la pena. Entró y se encontró toda la habitación a oscuras. Observo la habitación y vio un bulto echo ovillo en la cama y tapado hasta arriba y supo que era Inés. Se acercó despacio y se quito los zapatos tumbándose en la cama detrás de Inés, la abrazó como pudo desde atrás pegándola a su cuerpo.

Inés se levantó dando un bote de la cama y cogió su ropa para vestirse en el baño. Irene se dio cuenta que ni si quiera quería cambiarse delante de ella.

-Inés cariño, por favor mi amor..- dijo Irene levantándose y siguiéndola pero Inés le dio con la puerta del baño en las narices.

ESPERO QUE OS GUSTE. GRACIAS SIEMPRE POR LEERME Y ESCRIBIRE. ESPERO VUESTROS COMENTARIOS CON VUESTRAS OPINIONES SOBRE EL CAPÍTULO, ES SIEMPRE LO QUE ANIMA A SEGUIR Y ME ENCANTA LEEROS.

Unidas escribamos historia juntasWhere stories live. Discover now