Capítulo 11: Castigo

8.8K 318 5
                                    

Adam estaba con ropa suelta, muy sexy la verdad.

Se adentró a mi habitación mientras me sujetaba con sus brazos son sumo cuidado.

-Voy a quitar mi mano y necesito que no hagas ruido- ¿Quién se cree que es para entrar como si nada a mi habitación? Después de ignorarme toda una semana se digna a hablarme.

-¿Qué haces aquí? No es nada educado entrar a la ligera al cuarto de una dama- Pregunte molesta en cuanto me soltó.

-Tenemos que hablar- Suspire.

-¿Sobre qué?- Cruce mis brazos a modo de enojo-¿Sobre como me ignoraste después de...- Fue entonces que Adam posicionó sus manos en mi rostro mientras lo observaba con detenimiento.

-No fue mi intención pequeña. Estos últimos días el trabajo ha sido agotador- Es verdad, mi padre no pega un ojo en la noche por su trabajo.

-Pensé que te estabas evitandome- Dije mientras hacía un puchero y desviaba mi mirada al suelo. Ser dulce es muy fácil.

-Eso jamás- Sujeto mi mentón y elevó mi rostro para fijar su mirada en mi. Primero su expresión fue tierna y después de confusión -¿Qué pasa realmente entre tú y ese chico rubio?

-¿Estas celoso señor Adam?- Pregunte en tono sexy y juguetón. Empecé a jugar con mi pelo aun mojado.

-Necesito que seas sincera- Espero que Adam tomé lo de aquella noche como símbolo de una relación -Vístete y hablemos en paz.

-Por si no lo recuerdas, estas en mi habitación- Dije con cara de "Duh"

-Espero afuera.

-No es necesario. Después de todo no hay nada que no hayas visto antes- Sin decir una palabra más empecé a vestirme bajo la atenta mirada de Adam.

Primero mis braguitas blancas y después una enorme sudadera azul cielo que me llegaba hasta los muslos junto con un par de calcetas blancas que me llegaban hasta la rodilla.

- Entonces tú haces las preguntas y yo las responderé- Ruego para que no piense que lo nuestro es una relación. Si eso pasa significa que la diversión se termina.

-¿Es cierto que ese chico es tu "pareja"?- Su rostro estaba neutro. Vamos Marian piensa en algo rápido.

-S-si- Adam transformo su rostro neutro a uno de total furia.

-¡Estas con ese niñato que te dejo el brazo morado!- Empezó a dar vueltas por mi habitación- Me dijiste que no regresarías con él.

-Espera...- Rodee su nuca con mis brazos y junte nuestros labios en un beso- Te explicaré todo- Lo tomé de la mano para sentarnos juntos en mi cama.

-Te escucho- Asentí y procedí a hablar.

-Que haya vuelto con Nathaniel tiene una explicación- Di un falso suspiro- El padre de Nath es dueño de las empresas Allen.

-Su apellido me sonó familiar cuando tu padre lo mencionó.

-Exacto. Por toda su carrera mi padre ha tratado de juntas las empresas- Había parte de verdad en todo esto, mi padre si buscaba crear un vínculo con las empresas Allen pero no a costa de tener una relación con Nathaniel. De hecho le daba un poco igual si yo estaba con Nath o no, después de todo mi padre sabe que mi felicidad es primero.

-¿Tu padre te obligó a estar con ese chico?- Lo preguntaba con incredulidad, ya que sabe que mi padre no es ese tipo de personas que obliga a su hija a casarse con cualquier chico millonario con tal de tener el futuro asegurado.

-¡No!- Respondí algo molesta- Es solo que quiero hacer esto por mi padre. Después de todo yo le debo mucho.

-Eso no es justificación para estar con alguien a quien no amas y además te golpea- Estaba bastante alterado y molesto.

-Solo sera temporal. Mientras su vínculo se crea estaré con Nathaniel- Adam se levantó de mi cama hecho furias y se dirigió a la puerta dispuesto a salir.

Abraze a Adam por la espalda y paro en seco.

-No voy a ser tu amante Marian- ¿Ah no? Probemoslo.

-Me encanta cuando estas enojado- Susurre cerca de su oído y empecé a deslizar mis manos por sus torso.

-Eres una niña mala- Regresó a mi dirección y me dio un beso que poco a poco fue subiendo de intensidad e hizo que retrocediera.

Paramos un momento por falta de aire.

-Tendrás un castigo pequeña- Levanto lentamente mi gran sudadera dejándome expuesta ante él.

Empezó a masajear mis senos y yo solo tiraba mi cabeza hacia atrás a modo de disfrutar más sus caricias.

Después de algunos minutos me recostó en mi cama mientras él estaba encima de mi, pero sin aplastarme. Con su mano derecha siguió con mis senos y con la izquierda ejercía presión sobre mi zona íntima.

-Creo que es hora de tu castigo- Su voz era más ronca de lo normal y eso me prendía.

-He sido muy mala- Ahora yo le seguía el juego.

Retiró mis bragas e introdujo tres dedos, continuo con un ritmo bastante placentero.

Estaba a punto de llegar a mi límite que cuando abrí mis ojos Adam ya se estaba levantando de la cama.

-¿A dónde vas?- Pregunte con mi respiración agitada.

-Este es tu castigo- Será cabrón.

-¿Piensas dejarme así?- Se reacomodo su ropa dándome a entender que no le importaba si llegaba o no al maldito orgasmo- Vete entonces. Puedo hacerlo yo misma- Ahora era yo quien se estaba vistiendo.

-Es noche deberías dormir- Ahora resulta que le importa que yo me duerma temprano.

-Eso no es de tu incumbencia- Estaba llorando muy leve. Estaba molesta, triste, excitada y bastante hormonal, porque si, en breve tendría mi periodo.

-¿Estas llorando?- Pregunto algo preocupado.

-Esto es tu culpa- Me acerque a él y hundí mi cabeza en su hombro- Estoy muy sensible.

-Vamos pequeña- Trató de darme ánimos mientas recorría mi rostro con sus manos- Tengo que irme.

-Vete de una vez- Me separé y me acosté en mi cama al mismo tiempo que me cubría con el edredón.

-Te ves hermosa cuando te molestas niña- Salió de mi habitación cerrando la puerta detrás de él.

-Esta me la pagas Adam- Murmure para mi misma quedándome minutos después profundamente dormida.

Mi Pequeño PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora