Capítulo 20: Principiante

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Me desperté y abrí mis ojos con cansancio. No sabía que hora era pero de algo me percaté, Adam no estaba conmigo. De hecho, la habitación lucía ordenada, incluso mi ropa estaba doblada.

-¿Qué hora es?- Mire un reloj que estaba sobre la pared. Eran las 9:20 am, todavía tengo tiempo de sobra- Dónde esta Adam?

Salí de la cama con la sábana envuelta en mi cuerpo y entré al cuarto de baño para cambiarme. Guarde el regalo de nuevo en la caja y salí de la habitación.

-¿Adam?, ¿Estás aquí?- Pregunte bastante alto pero no había respuesta.

Recorrí algunas habitaciones en busca de Adam hasta que llegue a una habitación más grande de la casa. Se escuchaba claramente el agua corriendo del cuarto de baño, así que decidí echar un vistazo.

-¿Adam?- Pregunte mientras abría la puerta y el humo del agua caliente había empañado todos los vidrios, incluso el de la bañera, el cual cubría parcialmente el cuerpo de lo que creo es Adam.

No respondió pero cerró la llave de la ducha y abrió la puerta de vidrio, dejando ver su cuerpo recién bañado. Estaba desnudo, Dios sólo mátame...

-Eres una niña muy traviesa- Dijo por fin mientras rodeaba su cintura con una toalla blanca.

-T-te dejo sólo- Traté de salir lo más rápido posible de aquel cuarto. Mi cara comenzaba a arder, pero, Adam me retuvo sujetando mi muñeca a lo que yo di un grito de dolor.

-¡Auch!- Al parecer si había salido lastimada de ayer.

-¿Estás bien?- No lo se, si tan solo alguien no hubiera estado con sus ideas raras, tal vez yo no tuviera lastimada mi muñeca.

-Si. Es solo que sigue doliendo un poco- Di pequeños toques en la zona adolorida a modo de reducir el dolor.

-Tal vez quieras esperar fuera, para que hablemos más tranquilos- Se escuchaba preocupado, tal vez no fue su intención que me lastimara.

Salí de aquella habitación y regresé a donde estaba inicialmente. Al entrar escuché el sonido de mi celular, era una llamada de Ximena.

-Hola

-Ximena: Buenos días para ti también-

-No tan buenos-

-Ximena: ¿No estás con Adam?-

-Si. De hecho ayer pase la noche con él.

-Ximena: ¿Y qué tal?-

-Pues...al parecer algo no salió tan bien-

-Ximena: ¡¿Se rompió el condón?!-

-¡¿Qué?! Por supuesto que no-

-Ximena: Pues dilo de una vez, la curiosidad me esta matando.

-Pues es complicado de decir- Adam había entrado a la habitación. Ya estaba vestido con su típico traje negro.

-Ximena: ¿Qué es complicado?

-Tengo que irme, él está aquí- Se estaba acercando hacia mi.

-Ximena: Okey...pero regresa antes de las 11:00 am, ya sabes, por tus padres.

-Si, y gracias. Besos- Termine la llamada.

-¿Con quién estabas hablando?- Tenía el ceño fruncido, tal vez pensó que era  Nath.

-Con una amiga. Ya que tuve que mentirle a mis padres para venir aquí- Dije algo molesta.

-Déjame ver tus manos- Gire hacia su dirección, pero su altura me obligaba a alzar mi cabeza para poder verlo a los ojos.

Le mostré mis manos y las sujeto delicadamente, las miraba detalladamente, como si tratara de averiguar algo.

-No es algo tan grave- ¿Pudo haber sido peor? No gracias- La fricción hizo que se lastimaran superficialmente. Pero no te preocupes no quedará ninguna marca y en un par de horas se debería de quitar el dolor.

-¿Cómo estás tan seguro?- Aparte mis manos de su agarre. Al parecer este también es doctor, al menos espero que sea verdad lo que dice.

-Recuerdo haberte dicho anoche que no te movieras porque puedes lastimarte- Acarició suavemente mi mejilla- Habrá cosas peores pequeña- Que diablos está diciendo- Esto solo es el principio, la clase de principiantes- Se acercó a mi cuello y repartía besos en el, daban un poco de cosquillas- Quiero mostrarte todo mi mundo- Posicionó sus manos sobre mis pechos, aún cubiertos con por la tela de la camisa, su otra mano bajo a mi falda y acarició mi punto débil.

-No puedo esperar para que lo hagas- Solté un gemido.

-Pronto pequeña- Detuvo sus acciones y se alejó- Ahora debes alimentarte.

-De hecho- Adam paro en seco y solo me miró de reojo- Me puedes llevar a un lugar? Mis padres se pueden preocupar, y se supone que pase la noche con una amiga.

-Claro. Dame 5 minutos- Sonrió de lado y salió.

Tome la caja con mi "regalo" y baje las escaleras, me senté a esperarlo en la sala. Luego de un par de minutos Adam se encontró conmigo.

-Es hora de irnos- Asentí, tome la caja y ambos salimos de su casa.

Adam me ayudo a entrar y luego el hizo lo mismo para por fin encender el auto.

-Ayer no tuve tiempo de preguntarte, ¿te gusto el regalo?- Sonrío pícaro. Yo abrí un poco la ventana.

-Si. Es muy bonito y elegante, pero casi no acostumbro a vestir ese tipo de "conjuntos"- Dije con un tono sarcástico mientras apoye mi codo sobre la ventana.

-Creo que tendrás que acostumbrarte. Me encanta la lencería sexy, pero con un toque de clase. Aunque tampoco me opongo a la lencería con colores infantiles- Giro a verme- Como la que llevas ahora puesta- Adam sonrió victorioso mientras mi cara se sonrojaba.

-¿C-cómo sabes eso?- Por alguna razón la noche antes de salir al partido de Nath decidí vestir unas bragas azules con nubes combinado con un sujetador con el mismo estampado. Maldición...

-Cuando te quedaste dormida organice tu ropa y no pude evitar notar tu tierna lencería- Adam soltó una risa. Ahora mi cara estaba roja a más no poder- Pero no te preocupes, a ti todo te queda genial- Me guiño un ojo y yo solo pude desviar mi mirada hacia la ventana- Que linda eres cuando eres un sexy tomate.

-¡Oye!- Dije molesta. Lo se, cometí un error de moda con mi lencería. Sería genial si aprendieras a vivir con eso.

-Okey pequeña. No más burlas- Adam seguía con su risa y yo solo fruncí el ceño- No te enojes pequeña- Entrelazó su mano que no estaba en el volante con mi mano izquierda.

 No más burlas- Adam seguía con su risa y yo solo fruncí el ceño- No te enojes pequeña- Entrelazó su mano que no estaba en el volante con mi mano izquierda

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Seguimos así hasta llegar a mi destino.

-¿Puedes dejarme una cuadra antes?- Pregunte ya que no quería que los padres de Ximena se enteraran de nada, además que sería muy sospechoso.

-Claro- Dijo sin más.

Salí del auto y tome la caja.

-Espero verte pronto pequeña- Me dedicó su sonrisa moja bragas.

-Yo también señor Pierre- Guiñe mi ojo y me alejé moviendo mis caderas, aunque estaba riendo en mis adentros.

Es un completo tonto...

Mi Pequeño PecadoWhere stories live. Discover now