Capítulo 38: Me gustas

2.6K 154 4
                                    

Mi corazón se aceleró cuando logré ver el nombre del contacto.

Adam...

Antes de poder siquiera tomar mi teléfono Adrián lo tomó y contestó, no me hubiera importado si hubiera sido otra persona pero en este caso me hubiera gustado contestar personalmente.

-¡Adrián! Gran idiota, devuélvemelo- Adrián ya se encontraba con mi teléfono a un lado de su oreja.

-Hola- Seguía tratando de alcanzar mi teléfono pero me era muy difícil por la estatura de Adrián- Esta justo a mi lado- Di un salto y le arrebaté mi teléfono bruscamente- Tranquila pequeña escurridiza- Aveces puede ser muy idiota.

-¿Hola?- Acerqué el aparato a mi oreja pero no escuchaba nada a través de la línea.

-¿Ya puedo hablar con la verdadera tú?-Al escuchar su voz mi corazón latía aún más rápido.

-Ah eres tú- Traté de sonar lo más normal posible aunque mi respiración estaba algo agitada- ¿A qué debo tu llamada Señor Pierre?

No quería sonar como si hubiera esperado que me llamara. Si lo hubiera hecho antes me gustaría más. No sé porque se le ocurre ahora, el día anterior me humille al dejar tantos mensajes. Espero una explicación.

-Estaré en tu casa por asuntos de negocios con tu Padre y...- Creí que diría: ¿Cómo estás? Perdón por lo qué pasó. Tengo una muy buena explicación de porque no respondí ninguna maldita llamada que dejaste en el correo de voz. Me estoy desviando.

-Adam si solo es para decirme que hoy me arrancarás la ropa en mi habitación, no creo que sea el mejor momento- Dije sarcástica y estaba dispuesta a terminar la llamada.

-Solo quiero hablar contigo. Y entiendo que estes molesta- Su voz se suavizó. Me hizo sentir mal por ser tan cortante y descortés con él.

-Te veré entonces. Sabes dónde encontrarme- Me resigné a mi actitud "mala".

Adam también tiene su versión de los hechos y sería injusto juzgarlo sin antes escuchar lo que sea que tenga que decir.

-Nos vemos- Término la llamada y lancé mi teléfono a mi cama. Me senté nuevamente en mi escritorio.

-¿Era tu juguetito?- Adrián sonreí burlón mientras se acercaba a mi con sus brazos cruzados.

-Ya te dije que no lo llames así- Advertí y levante mi mirada al techo de mi habitación.

-Me dijiste que él era solo un juego. ¿Ahora tienes sentimientos por las persona a las que te coges?- Estaba a punto de darle un puñetazo en su rostro.

-Es complicado- Inhalé y exhalé para mantener mi paciencia.

-Él y tú cogen- Si, me esta desesperando. Pero aún así lo seguía escuchando detenidamente-Luego tú desarrollas sentimientos románticos mientras él sigue pensando que solo es atracción sexual. Y cuando él ya no quiera más de ti, te va a romper el corazón en muchos pedazos- Hizo un corazón con sus manos y luego lo separo lentamente- Así...

Odio que me hagan críticas, en especial cuando tienen toda la razón. Ya le había dado muchas vueltas a todo este asunto y creo que ya he esperado demasiado.

-Es verdad que Adam me gusta y mucho- Pusé mis manos sobre mi rostro y moví mi cabeza en modo de negación- No se siquiera como me empezó a gustar, no sabemos mucho él uno del otro- Solté una risa sarcástica.

-No pierdes nada en intentarlo. Déjale tus intenciones claras- Adrián se acercó y se acuchilló frente a mi- Y si es tan idiota de dejarte ir solo porque tú quieres algo serio pues él no era el indicado- Se levantó y me abrazó por detrás de mi espalda.

-Gracias Adrián- Me levanté y le sonreí, aunque eso me dio mucho en que pensar.

(...)

Ya estaba en mi cama terminando de leer mi libro cuando escuché a alguien tocando la puerta.

-Pase- Di un gran suspiro. Cerré mi libro y lo puse en mi mesa de noche.

En cuanto lo vi entrar mi corazón se aceleró y mis manos estaban sudorosas. Cerró la puerta detrás de él y se acercó lento pero seguro hasta mi cama.

Estábamos a menos de un metro pero ninguno decía palabra alguna, solo nos mirábamos a los ojos. Sus lindos ojos...

-Marina yo...Te contaré todo y no tienes que decir nada, todavía- Se veía pensativo, como si planeara meticulosamente que sería lo que diría.

-Te escucho- Me senté sobre mi cama con las piernas cruzadas. Estaba ansiosa por escucharlo y por qué él me escuchara a mi.

-Lo qué pasó en el estacionamiento del restaurante se salió por completo de control y no tengo una excusa para ello, acepto que empeoré la situación con el fotógrafo y acepto también que jodi todo contigo. Lo qué pasó ese día fue que no estaba del todo bien, el trabajo me tenía comiendo la cabeza y el paparazzi fue la gota que derramó el vaso- Adam jugaba con sus dedos y ahora más que pensativo se veía preocupado- Después de que te fuiste yo llamé a William, un buen amigo, y le conté lo que había pasado. Me aconsejo que negociara con el paparazzi y eso hice, le pagué para que no mostrara esas fotos a la prensa y también pagué por los gastos médicos.

-¿Y por qué no respondías mis llamadas?- Bajé la mirada y comencé a jugar con las tiras de mis shorts.

-No lo sé. Creo que estaba asustado- Rió bajo e hizo una mueca.

-¿Asustado de qué?- Nos miramos nuevamente a los ojos y por un momento me distraje con sus hermosos labios.

¿Qué haces Marian?

-Asustado de perderte- Mi corazón dio un revolcón al escucharlo decir eso. Le importo aunque no lo diga con palabras- Cuando te grité pude ver el miedo en tus ojos, y también como si en cualquier momento las lágrimas fueran a caer de tus hermosos ojos azules y me odio mucho por eso. No podía creer que por mis estupideces te hiciera llorar. Por eso no respondía a tus mensajes o llamadas, no podía darte la cara después de lo que te hice pasar- Ahora lo entiendo, y también ahora sé qué debo hacer.

-Adam- Me llené de valor y tomé su rostro entre mis manos para así unir nuestros labios, Adam puso sus manos sobre mis caderas. Nos separamos unos cuantos centímetros y para entonces mis mejillas estaban completamente rojas- Tal vez no fue el mejor momento- Sonreí temerosa y baje mi mirada.

-Tus besos no tienen tiempo ni lugar para ser perfectos- Levanté nuevamente mi mirada y Adam ya se encontraba sonriéndome con su perfecta sonrisa. De nueva cuenta nuestros labios se unieron pero ahora más lento, nunca había besado a alguien de esta forma, era como si el resto no fuera importante, ahora mismo los problemas parecían insignificantes.

Nos separamos y dije- Yo también tengo algo que decirte- Su mano se posó en mi mejilla y la acaricio suavemente.

-¿No eres Virgen?- Ambos reímos.

-Si lo soy- Rodeé mis ojos sin dejar de sonreír- Adam no sé como te vas a tomar esto pero creo que es tiempo de decirte lo importante que eres para mi, y ni siquiera sé cómo contarte esto-Su mirada era penetrante, estaba analizando cada palabra y cada parte de mi, es intimidante-Me gustas, me gustas mucho y no puedo seguir fingiendo que no tengo sentimientos amorosos por ti, me mata la idea de pensar que nuestro único lazo es que nos acostamos y que eres el amigo de mi Padre cuando yo te quiero como algo más- Cerré mis ojos por un momento y suspire- Quiero que seamos algo más, conozco las reglas que tienes y solo quiero dejar en claro que yo no solo te veo como alguien con quien pasar el rato. Y si todo esto es un problema para ti creo que no voy a obligarte a fingir tener sentimientos por mi, solo seguiremos siendo conocidos- Adam no decía nada. Baje mi mirada a mis manos las cuales temblaban.

Carajo, carajo, carajo, arruiné todo, de nuevo.

Mis ojos empezaron a escocerme y mi garganta se cerraba.

-Pequeña- Adam levantó mi barbilla con suavidad. Lo miré al rostro y parecía muy tranquilo- Tú también me gustas- Sonrió y no pude evitar sonreír de felicidad. Nos abrazamos y recordé lo que mi abuela alguna vez me dijo.

"Cuando dos amantes están juntos sus corazones se sincronizan para latir con el mismo ritmo"

Pues eso era exactamente lo que sentía en este momento...

Mi Pequeño PecadoWhere stories live. Discover now