Capítulo 49: Controlarme

2.5K 135 5
                                    

-Gracias pero te he dicho que no es necesario que me compres ropa- Adam me entrego un bikini color azul pastel.

-El otro día lo vi y no pude resistirme a comprarlo para ti- Poso sus manos en mis caderas para atraerme a él y dar un fino beso en la comisura de mis labios- Te veo en la piscina- Sonrió de lado al mismo tiempo que salió de la habitación.

Miré con más atención el bikini y mis ojos se abrieron como platos al ver que la parte de abajo era minúscula, era casi como un hilo de dientes.

-Por supuesto que pensantes en mi- Suspiré tratando de verle el lado bueno, el color es precioso.

Después de cambiarme baje a la terraza de la piscina para reunirme con Adam.

-Te ves hermosa- Alzó sus lentes de sol y me recorrió de arriba a abajo con la mirada mientras mordía su labio inferior. Obviamente me sonroje.

-No estoy muy acostumbra a estos bikinis tan...expuestos- Traté de cubrir mi cuerpo expuesto con mis manos. Adam dió una risita, su mirada era como si él quisiera violarme ahora mismo.

-Déjame verlo más de cerca- Se levantó de su asiento y caminó con paso decidido hasta mi-No creo que pueda controlarme la próxima vez- Atrapó mi cintura con sus manos para luego deslizarlas hasta mi trasero. Mi respiración de atasco.

-¿Controlarte?- Decidí seguirle su rollo. Puse mis manos por arriba de las suyas, las cuales seguían en mi trasero- Sabes que me encanta cuando eres rudo- Hice que apretara aún más mis nalgas- No sabes cómo me pones cuando pierdes el control y me haces subir del infierno al cielo- Acerqué mi boca a su pecho para así repartir besos húmedos y mordidas.

-Espera...- Aparto sus manos de mi para retroceder un par de centímetros.

Que tierno. Me recuerda al asustadizo Adam de algunos meses atrás. Recuerdo con orgullo cuando con mis toques y movimientos lo ponían nervioso, como si estuviera haciendo algo indebido o incluso mortal. Recordar cómo lo ponía hace que mi entrepierna se humedezca.

- La próxima vez quiero que me folles cuando yo te lo diga- Dije en tono sexy. Adam tenía sus labios un poco separados y me abalancé contra ellos para así explorar su hermosa boca.

Las lenguas chocaban e incluso nuestras propias respiraciones empezaban a ser asfixiantes. Al quedarnos sin aire nos separamos.

-Marian- Posó sus manos en mis hombros haciendo que nos separáramos repentinamente. Lo miré confundida- No te voy a obligar a nada. Me contaste de tus ideales y no quiero interferir en ellos- Lo decía más firme de lo que pensé.

-Pero yo quiero. Quiero sentirte por completo- Adam sonrió de lado mientras movía su cabeza a modo de negación- Yo deseo entregarme a ti y que tú tomes mi...primera vez- Baje mi mirada a mis manos con una total vergüenza- ¿Tú no quieres?- Pregunte cabizbaja.

Estaba siendo cien por ciento sincera. Nunca me había sentido lista para este paso tan importa como lo estoy ahora con Adam. Con cada uno de sus toques me hace desearlo aún más, él es como mi mayor adicción.

-Escucha Marian- Se acercó nuevamente para así unir nuestras frentes. Cerré mis ojos con fuerza para dejarme llevar por sus palabras-No hay cosa que más deseo en este mundo que tomarte en todos los sentidos posibles. Pero también es verdad que no quiero presionarte- Dió un suspiro- No me molesta el King out que llevamos manejando, ambos lo disfrutamos ¿no?- Con algo de vergüenza moví mi cabeza a modo de afirmación- Y si en verdad lo quieres y no lo haces por complacerme, quiero que tu primera vez sea especial- Eso último lo dijo con un tono más suave y calmado. Levantamos nuestras cabezas para chocar nuestras miradas. Adam continuó con un beso en mi coronilla, un beso con dulzura pura.

Dios, su mirada de ese característico color verde me absorbe por completo.

-Yo en serio quiero hacerlo contigo- Tragué duro mientras trataba de sonreír.

-Hare que tu primera vez sea inolvidable, pequeña- Se inclinó para besar de nueva cuenta mi coronilla- Solo necesito tiempo.

-Okey. Creo que puedo esperar un poco más- Lo abracé con firmeza.

-Ahora creo que debemos controlar esa calentura- Adam se alejó de mi y sonrió con picardía. Mi cuerpo tembló por imaginar su siguiente movimiento.

-¡Ah!-Pero lo único que hizo fue lanzarme a la piscina que estaba helada.

Lo voy a matar en cuanto salga de aquí.

Salí del agua exaltada mientras tosía por haber tragado algo de agua durante la caída- ¡Esta helada idiota!- Grité y me di un abrazo a mi misma para así aligerar el frío. Él rió a carcajadas como si hubiera hecho la mejor broma del año.

-Ven te ayudo- Se acercó a al borde de la piscina y extendió su mano para ayudarme a salir. Dude por unos segundos pero al final dejé mi orgullo a un lado y acepté su ayuda.

-¿Más tranquila?- Y su tonta sonrisa seguí en sus labios. Si no fuera él quien me hizo esta broma de mal gusto, juro que ya estaría con un golpe en su parte más noble.

-Dame una toalla- Hice un puchero y lo miré con desaprobación. No entiendo como su piscina está tan fría, ¿o solo soy yo?

-Di las palabras mágicas- Vamos, su manos ya estaba a escasos centímetros de tomarla. No puede ser así de cruel.

-Dame una toalla- Dije con un tono más duro que lo hizo sonar más como una orden. Adam lo pensó un poco pero al final me entregó la toalla.

-Lo hice solo porque estabas temblando- Dió un guiño y sonrió mostrando sus dientes perfectos.

(...)

-Me voy a mi habitación sus besos me están empalagando- Rodé mis ojos mientras Ximena y Marco rieron por mi expresión de cansancio. Es que no ven que estaban casi teniendo sexo a un lado mío.

Me levanté del sillón y caminé para ir a la habitación a descansar un poco, en cuanto llegue cerré la puerta con mi pie.

-Mi cuerpo duele- Dije para mi misma cuando mi cuerpo ya estaba recostado en la cama. Sonreí al recordar la razón.

De cierta forma entiendo que Adam no quiera tener sexo conmigo pero cuando se lo dije en medio de la acción me frustré ya que pensé que lo haría sin pensarlo. No quiero que lo piense y lo planifique, así ha sido toda mi vida, solo esta vez me hubiera gustado que fuera algo más espontáneo, que las cosas fluyeran por si solas.

¿En serio estoy lista para esto? Mi cuerpo lo pide a gritos y mi corazón no se queda atrás, sus caricias, su sonrisa, su mirada y todo de él hace que cada día esté más convencida que Adam es el hombre a quien quiero en cuerpo y alma, solo a él.

La puerta de la habitación se abrió dejando ver a Nath entrando por esta. Se veía algo raro.

-Hola- Dijo en un tono casi inaudible.

-Hola- Respondí su saludo pero no dejaba de notarlo triste. Se notaba en su mirada cabizbaja, él no suele estar así- ¿Todo va bien?- Me senté sobre la cama para verlo mejor.

-Si, no te preocupes- Trató de sonreír pero era más como una mueca.

-Sabes que pueden contarme lo que sea- Ni siquiera me dirigió la mirada y lo único que hizo fue quitarse sus tenis para acostarse en la cama de Zaida.

No me gusta verlo así. Pero él no es de quedarse callado y no quiero abrumarlo con mis preguntas, tal vez solo quiere descansar.

Mi Pequeño PecadoWhere stories live. Discover now