Capítulo 51: Aprender a cocinar

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Abrí mis ojos y mi corazón dió un vuelto al ver a Adam. Mis mejillas se supieron rojas al notar que por primera vez él y yo habíamos pasado ¡toda la noche en la misma cama!

Él me contó que no era el tipo de hombre que le gusta despertar al lado de alguien y al principio me daba igual pero luego de aclarar mis sentimientos era doloroso, por decirlo de alguna manera.

¿Yo lo hice cambiar de opinión?

No se lo diría a la cara pero me gusta pensar que lo que hemos pasado hizo que algo en él cambiara como para despertar esta mañana a mi lado. Sonreí al pensar en esas tonterías románticas. Tapé mi cara con mis manos y sacudí mi cabeza mientras no dejaba de pensar en lo qué pasó anoche.

Miré cada detalle de su rostro y era muy lindo cuando parecía indefenso, nunca lo había visto dormir pero sin duda quisiera despertar así todos los días, a su lado...

Con mi mano recorrí su mandíbula bien definida para luego con mi dedo pulgar acariciar sus labios. Me acerqué y dejé un tierno beso sobre ellos. Lamentablemente la tranquilidad no duró mucho ya que Adam atrapó mi cintura y pegó mi cuerpo al de él. Me sonroje al instante por la sorpresa.

-No me digas que ahora tienes vergüenza- Me quedé inmóvil al escucharlo. Me hice bolita y me escondí bajo las sábanas.

¡¿Qué se debe hacer después de perder la virginidad?! Mis amigas nunca me contaron si había un orden que seguir o algo parecido.

Piensa Marian, recuerda algo de las películas. Como en esa donde...¡Oh Dios desde aquí puedo ver sus bóxers!

-¿Piensas quedarte allí abajo?- Ni siquiera yo sé porque ahora mismo tengo vergüenza, no es la primera vez que nos vemos de esta forma-Entonces te haré compañía- Adam también se escondió bajo las sábanas y se acercó a mi para atraparme entre sus brazos.

Traté de alejarme pero lo único que logré fue que cayera de la cama-¡Auch!-Tomé las sábanas para envolverme torpemente en ellas.

-Te ves linda cuando te pones nerviosa- Adam sonrió de lado y trató de contener la risa.

Salí corriendo al baño y estando dentro cerré la puerta con seguro. Después de confirmar que estaba cerrada me incliné sobre la puerta y me dejé caer al piso. Mi pecho subía y bajaba por la conmoción.

-Arruiné mi primera mañana con Adam- Junté mis rodillas para apoyar mi cabeza sobre estas.

Pase unos minutos en esa posición mientras me maldecía internamente por mi reacción. Mi recuerdo de la primera vez será difícil de olvidar.

Aún arrepentida dejé las sábanas en el piso y me dispuse a tomar un baño pensando qué tal vez podría despejar mi mente con un cálido baño. Al terminar busqué una toalla pero olvidé que las había dejado en mi maleta, solo encontré la bata de Adam así que no me quedó de otra más que usarla, aunque me quedaba grande.

Me miré al espejo y respiré hondo para tomar valor. Salí del baño tratando de hacer el menor ruido posible pero inmediatamente llamó mi atención al ver a Adam en el balcón, parecía pensativo. Al notar mi presencia dió la vuelta y me dedico una sonrisa de lado.

-¿Estás bien?-Su voz era suave y eso me hacía sentir aún más culpable. Asentí con la cabeza como respuesta a su pregunta.

Me era difícil verlo a los ojos, no podía verlo después de hacer esa escena llena de vergüenza. Además se veía muy sexy recién levantado.

-¿Estás actuando así por lo de anoche?- Se acercó aún más con una expresión de preocupación- Marian como lo siento, yo no debí...- Pasó su manos por su cabello- Fui muy imprudente.

Mi Pequeño PecadoWhere stories live. Discover now