Capítulo 45: ¿Te irás?

1.9K 129 10
                                    

Libertad, dulce libertad...no más tareas y no más clases. Ya había pasado una semana desde la graduación y se siente bien no tener nada de responsabilidades, aunque sea algo momentáneo es muy relajante.

Mis Padres organizaron una "pequeña" fiesta en honor a mi reciente graduación, me tomó por sorpresa pero ya tenían todo preparado y no podía decir que no. Además, entre los invitados esta Adam y no perdería la oportunidad de verlo.

Las horas pasaban y no veía ni rastro de Adam. Le escribí algunos mensajes pero no los leía... Apenas ayer me dijo que no faltaría, él no me mentiría.

-¿El viejo no te responde los mensajes?- Preguntó Adrián mientras bebía champán y yo lo fulminaba con la mirada.

Adrián sacrificó una noche de borrachera para acompañarme a sobrellevar esta aburrida fiesta de señores. Y gracias a Dios cedió a mis súplicas porque si no ya estaría vuelta loca con tantos hombres mayores en trajes.

-Tal vez solo está retrasado- Mire por última vez el chat de Adam y pagué el teléfono con una mueca.

-El periodo tiene retrasos. Pero que tú chico ni siquiera te de una explicación, eso es raro- Terminó de beber el resto de champán de su copa- Deberías llamarlo.

-Si no responde mis mensajes es probable que tampoco responda una llamada- Adrián hizo una seña al camarero y pidió otro trago.

-Necesitaré más que simple champán para no morir de aburrimiento. Ya escuché a dos hombres hablando de la banca de inversión y créeme, no es divertido- Debió el líquido de forma apresurada. Reí por su comentario pero seguía pensando en Adam.

Ya eran las diez y mis esperanzas de ver a Adam habían desaparecido, estaba dispuesta a irme a mi habitación cuando la voz de mi Madre me hizo girar mi cabeza hacia ella. Y vaya sorpresa que me lleve cuando vi a Adam sosteniendo el brazo de una mujer castaña por su hombro.

Una punzada en mi corazón se hizo presente cuando vi como ambos se acercaban sonrientes hacia mi. Mis ojos ardían y ese inconfundible nudo en la garganta solo hacía más evidente mis eminentes ganas de llorar.

-Buenas noches Señorita Marian- Adam estiró su brazo para saludarme, sonreía de lo más normal, como si esto no fuera algo doloroso para mi. Correspondí el gesto con la mayor tranquilidad posible.

-Disculpe nuestro retraso pero como comprenderás el trabajo consume mucho tiempo- Por fin la chica habló y sonrió con una linda sonrisa que cualquier hombre caería rendido a sus pies.

En serio me estoy conteniendo para no salir corriendo ahora mismo.

-No se preocupen. Mejor pasen y disfruten la fiesta- Mi tono de voz era cada vez más bajo y el dolor en mi pecho no era de mucha ayuda.

-Muchas felicidades Señorita Marian- Dijo Adam y en mí parecer sin el más mínimo remordimiento.

-G-Gracias Señor Pierre y Señorita...- Espere a que la chica completara mi oración con su nombre ya que no tenía ni idea de quién era ella. Jamás la había visto antes.

-Giselle- El nombre me es conocido pero no sé de dónde lo escuché antes.

-Pásenla bien- Ya no podía más pero aún así sonreí cortésmente. Sentía la mirada de Adam sobre mi pero no era capaz de verlo a los ojos.

Y sin más la pareja se alejó caminando para reunirse con mis Padres.

Como pude caminé hasta el interior de la casa y al estar completamente sola rompí en llanto.

Es tan cínico como para llegar a mi casa con una chica en brazos. No proceso nada de lo que acaba de pasar. Por eso no respondía mis mensajes, estaba con esa mujer.

Sabía a lo que me sometía cuando comencé a sentir cosas por Adam, sabía que lo nuestro no sería fácil y sabía que lo nuestro era algo que debía mantenerse en secreto. Pero no pensé que él me hiciera algo así, todo iba tan bien pero como siempre todo lo que formo se destruye.

Limpié mis lagrimas y corrí escaleras arriba hasta mi habitación, dentro de esta me desprendí de mis zapatos y mi vestido, me tiré en mi cama mientras las lágrimas no dejaban de salir y el rímel se había corrido por completo pero no me importaba manchar las sábanas. No sé cómo describir esta impotencia y este dolor que está en mi pecho.

¿Fui tan estúpida como para siquiera pensar en tener algo serio con Adam? De seguro se aburrió de mi y en cuanto vió a esa tal Giselle no dudo ni un segundo en invitarla a salir. Ella es una mujer hermosa, joven y con un cuerpo espectacular, nada que ver comparada conmigo. Es una mujer de verdad.

Era obvio que yo solo era un pasatiempo para él, que tonta soy por enamorarme de un hombre mayor...

Pase varios minutos sollozando en mi cama cuando el sonido de la puerta abriéndose hizo que girara mi mirada a la dirección de esta.

Maldición...

-¿Qué demonios haces aquí?- Me levanté bruscamente de mi cama y encaré a Adam.

-Lo qué pasó allá abajo no es lo crees- Sus manos estaban en sus bolsillos, su mirada se encontraba cabizbaja.

-A mi no me cuentes tus mentiras ni tus justificaciones. Ya sé cómo son las disculpas de idiotas que no aceptan que todo este tiempo solo te estuvieron usando- Mi voz estaba quebrada y mis ojos cristalizados por la rabia que ahora sentía en mi interior.

-No vengo con mentiras. Vengo con la verdad- Me crucé de brazos esperando a escuchar la mentira que se había inventado. Vaya, si que no quiere perder a su juguetito- Esa mujer ya no es nada para mi. Solo es una colega del trabajo y por simple cortesía la invité a tú fiesta, no suponía que eso fuera un problema para ti- Adam pasó una mano por su cabello haciendo que se despeinara un poco.

-Ya me han engañando Adam y sabes que, ¡no te creo nada!- Mis mejillas estaban otra vez mojadas por las lágrimas que caía- Te escribí varios mensajes y no pudiste contestar ninguno de ellos- Levante mis manos ante la desesperación de mis palabras- Si no querías nada serio conmigo creo que era mejor decírmelo en el momento que te dije te quiero- Comencé a golpear su pecho con desesperación. Adam no movía ni un músculo.

-¡Yo si te quiero!- Su voz retumbó en toda la habitación y sujeto con firmeza mis manos. Me hizo verlo a los ojos pero lo veía algo borroso por las lágrimas acumuladas- Entiendo que estes enfadada pero necesito que también me comprendas. Ahora mismo el trabajo es agobiante porque quiero que todo sea perfecto y es por eso qué Giselle me está ayudando a la organización de este nuevo proyecto- Soltó mis manos mientras posaba su mano derecha en mi mejilla- En algunas semanas tendré que irme a Londres para ser el nuevo presiente de la compañía- Dijo ya más tranquilo mientras se alejaba de mi dándome la espalda.

-¿Qué?- Mi corazón se detuvo por un segundo al escucharlo decir que se iría del país- Adam, ¿por qué no me dijiste nada?- Adam giro su cabeza hasta que nuestras mirada chocaron. Sus ojos verdes se veían apagados.

-No sabía cómo decírtelo ya que tú también te irás cuando inicies la universidad- Se acercó de nuevo a mi hasta hacer que nuestras frentes estuvieran juntas- Solo quería disfrutar de tu compañía algunos días más y sin nada de preocupaciones. No sé lo que nos espera en el futuro pero quiero que tú seas parte de él- Apreté mis ojos con fuerza para dejar todo mi orgullo a un lado. Abracé a Adam por sobre sus hombros con toda mi fuerza.

-Ahora yo me siento como una estúpida- Susurré en voz baja. Adam correspondió mi gesto pasando sus brazos por mi cintura y atrayéndome a él con suma suavidad.

No quiero que se valla, no ahora que todo esta en su lugar. No hay nada que hacer, la vida nos esta llamando a caminos diferentes pero sé que de alguna manera u otra lo nuestra va a salir a flote, lo siento en mi corazón. Nunca antes había estado tan segura de algo en toda mi vida.

Realmente espero que después de que acabe el verano lo nuestro no haya sido una simple aventura...

Lo amo.

Mi Pequeño PecadoWhere stories live. Discover now