Tras la muerte de su madre, Amber Parker tiene que dejar toda su vida para comenzar desde cero con su padre biológico, el politico Daniel Underwood. Nueva casa. Una madrastra y medios hermanos quienes nunca había conocido.
Las cosas comienzan a pon...
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-¿No piensas siquiera decirme donde estabas?
Era de madrugada y me estaba enfrentando a un segundo regaño por parte de mi padre. Eran aproximadamente las dos de la mañana cuando llego del medico con su mujer y llamo a mi habitación. Se lo notaba furioso en verdad. Yo trataba de mirarlo indiferente para molestarlo aun mas, ya que el venia haciendo lo mismo conmigo hace días. Lo miraba a la cara y no podía creer como una persona podía ser tan cínica. Seguramente adquirió la habilidad de hacer sentir temor a los demás con sus años de abogado, pero lo que el no sabia era que eso no funcionaba conmigo.
-Púdrete-lo insulte sin remordimiento alguno.
Se sentó en su gran sillón de cuero negro, en el mismo que Nicolas se había sentado con anterioridad para intentar consolar lo que este monstruo ocultaba. Apretaba sus cienes de una manera que me hizo pensar que se podría causar algún daño. Si eso ocurría, me tendría sin cuidado. Sabia que Daniel Underwood estaba entre la espada y la pared, no tenia demasiadas cosas que reprocharme porque las de el pesaban aun mas.
-Se que no estabas en la casa de Tokio, Nick te encubrió. ¿Donde te metiste? -dijo ahora quitándose sus gafas de leer, tratando de buscar paciencia cuando en verdad, no le quedaba mas. ¿Yo en la casa de Tokio? Nicolas no era un buen mentiroso- ¿Te pregunto a ti? O ¿Se lo pregunto a el? Te informo que si es a tu hermano, se quedara sin deporte alguno por un mes.
¿Que mierda? Abrí mis ojos en cuanto metió a Nicolas en esto. Suficiente enojado estaba ya él conmigo como para dejarlo castigado por mis problemas.
-¿Disculpa? ¿Mencionaste la palabra hermano? ¿Sabes que no tengo buena relación con Nicolas porque nos apartaste por casi veinte años? Nos vemos como dos completos extraños, no como hermanos. Y tengo suerte con Cloe intentándome querer como quiere a su mellizo.
-No cambies el tema. ¿Donde estabas?
Ya me estaba riendo irónicamente. ¿En serio no sabia interpretar que le quería decir con ello? Solo me observaba como si estuviera demente.
-Fui al centro de niños de Forswill. A ver a Ethan, mas bien, a comprobar que siguiera estando en ese maldito lugar. Ya que tu, te quieres deshacer de el y a su vez impedirme ser su hermana, lo mismo que hiciste con tus propios hijos.
Mi padre se quedo blanco como el papel. Con su movimiento de manos me di cuenta que intentaba localizar la carpeta color crema con la información del pequeño. <<Ja!>> tarde.
-No te tomes la molestia. Los documentos los tengo conmigo -añadí con veneno en mi voz.
-¿Sabes que hurtaste material importante? Ademas de que estas hablando estupideces.
