Capítulo 2 - Bastardos

12.9K 1.1K 1.1K
                                    

________

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

________

-Estoy aquí para validar su testamento.

<<¿Testamento?>> repetí en mi cabeza. Sentí mis piernas flaquear, más continué rígida en mi postura, rígida agachando levemente mi cabeza y cerrando fuertemente los ojos para que las dolorosas imágenes de aquel recuerdo, de aquella etapa de mi vida...no regresaran.

Pero era imposible. Las imágenes de Daniel seguían tan nítidas en mi cabeza como si hubiera sido ayer que me había dado paso a vivir y estar en su casa.<< Antes de arruinarlo todo, aún más de lo que ya lo estaba>>Así como también su expresión de asco y repulsión al darse cuenta del error que había cometido, aquel que jamás en su vida se habría imaginado. <<Y tampoco, perdonado>>

Mis últimos años me había acostado todas las noches implorando nunca más volvérmelo a cruzar, ¿Es qué lo había deseado tanto que se había convertido en realidad?

Volviendo nuevamente a la tierra, entre el agobio de mi cabeza y el peso semejante de sus palabras, no hice otra cosa más que alejarme dando pasos en falso hacia atrás, buscando como mucho tiempo atrás recuperar el aliento, y al ver que no podía hacerlo, volví a cerrar la madera frente a él. 

Si, sin dar respuesta alguna.

Logre ver por el pequeño ventanal de cristal esmerilado, la confusión en su entrecejo, para volver a acercarse e insistir con su presencia.

-¡Ya váyase!-exclame girándome, adelantándome a su acción y depositando mi espalda sobre la fría puerta.

Si no lo veía, no tenia porque ser real.

-Por favor señorita Parker, necesito hablar urgentemente con usted-insistió del otro lado. 

Y no lo culpaba, era su trabajo. Los abogados eran fríos, calculadores, y en su gran mayoría, amigos tanto de dios como del diablo. Personas que solo se movían con un único objetivo, dinero. Pero para su no fortuna, a mi lo que menos me interesaba era eso.

-No deseo nada que provenga de ese sujeto.

-¡Es su padre!-argumentó algo eufórico, de tal manera que hizo llamar poderosamente mi atención- , y usted...debe hacer valer sus derechos.

-Los estoy haciendo valer cuando le ordeno que se vaya de mi propiedad-no razonaba lo que decía, solo actuaba de manera programada, de la misma que había sostenido todos estos años negándole la oportunidad a aquel sujeto, de vernos.-, si no se marcha ahora mismo, llamaré a la policía.

Y como era de esperar, tras un gran bufido de derrota, vi deslizarse entre mis pies una pequeña tarjeta que procedía de la hendija de la puerta de entrada. La recogí con mis manos aún temblando mientras volvía a escuchar la voz del otro lado.

BastardaWhere stories live. Discover now