Tras la muerte de su madre, Amber Parker tiene que dejar toda su vida para comenzar desde cero con su padre biológico, el politico Daniel Underwood. Nueva casa. Una madrastra y medios hermanos quienes nunca había conocido.
Las cosas comienzan a pon...
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Era él, Nicolás.
Pude notar que su expresión estaba tan asombrada al igual que yo en este momento, sin embargo, la del rubio cambio en el instante en que poso su visión ahora en el chico que me acompañaba y que empeoró en cuanto se percato que tenia a Ethan en sus brazos.
<<Dios...esto no va a terminar bien>> pensé en el momento que vi al rubio furioso acercarse hacia nosotros, pero no podía culparlo, no era para menos. Yo hubiera reaccionado de la misma forma si veía a Ethan en los brazos de alguna de sus zorras.
-¿Que haces aquí?-pregunte sorprendida antes que comenzara a destilar veneno.
-¿Que hago aquí? Que yo sepa vengo a ver a mi hermano -respondió como si el bebé fuera de su propiedad.
Quien ahora se lo notaba por demás incomodo era Derek quien aún seguía sosteniendo al pequeño.
-Nosotros igual-se atrevió a contestar Derek pero lejos de ofender.
Aún que a juzgar por la reacción de Nick, le había molestado igual, como todo lo que saliera de la boca del moreno.
-Mira que casualidad, pero lamentablemente permiten visitas de a dos -podía notar el esfuerzo que estaba haciendo para no mandarlo al demonio. Esto ultimo que dijo hizo que el pequeño Ethan levantara su cabeza en dirección a su hermano, lo miro y en cuanto lo reconoció sus bracitos no pararon de señalar en su dirección con la esperanza de que este lo agarrara, cosa que Nicolas hizo de inmediato.
Con el niño una vez en su poder se alejo de nosotros para ir al área de juegos con las cosas didácticas.
-En ese caso te espero afuera -dijo el moreno volviendo hacia mi y plantando un rápido beso en mis labios, el cual mi hermano observó de reojo.
Una vez que se retiro dejándome otra vez sola con él, me senté como una tonta junto a ellos solo para verlos jurar. Era extraño, el que Nicolas este en la misma habitación que el Ethan, era suficiente para que el bebé no le preste atencion a nadie más que a él. Y como la ultima vez que estuvimos aquí, no paro de disfrutar de la compañía de su hermano mayor hasta que pareció comenzar a ponerse mal humorado producto del sueño, y no era para menos puesto que siempre presenciábamos el comienzo del horario de la siesta. Lo cual estaba en lo cierto, no demoro mucho en ponerse a llorar por la mínima tontería y ante el primer sonido me acerqué hacia él para por fin tenerlo un rato.
-Descuida, yo puedo con él-expreso negándomelo-Si quieres ve a continuar con tu papel de novia ficticia.
-Por favor, no empieces Nicolas.-conteste volviendo a insistir con que me de al pequeño cosa que termino haciéndolo. Pero algo que no esperaba era que Ethan comenzara a llorar peor.
