Capítulo 46 (1).

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La semana estaba comenzando a llegar a su final, y junto a ello, mi fatídico accidente con Derek en el cual casi descubre toda la verdad. Debía admitir que sentía que tenia un ángel a parte en estas cuestiónes, o simplemente suerte. 

Ya empezaba a razonar que al fin de cuentas las mentiras si servían para algo, pero no por lo del moreno, si no por el caos que había detonado en la mansión Underwood, generando como consecuencia, que ninguno de los miembros que quedábamos habitando aquella casa, se dirigiera la palabra. Quizás tan solo si tendría que haber aguardado silencio y callar mi estupida boca, ya que  nada parecía haber  mejorado o cambiado de todo esto, mas bien...todo lo contrario.

Resulto ser para peor.

Ahora, exactamente nos encontrábamos desayunando los cuatro en silencio en el comedor. Y el silencio sepulcral que se mantenía desde mi comportamiento del martes, seguía tan intacto que hasta daba pena agregar bocado. Resultaba hasta incomodo, para ser sincera. Solo eran miradas, miradas entre Nicolas y Cloe, miradas enfurecidas entre ella y Daniel...y después esta yo, quien parecía que desde aquel día había dejado de existir en este lugar. Podía captar en ocaciones a Nicolas atento ante mis movimientos, pero en cuanto yo quería contacto visual, el con suma lentitud se apartaba.

<<Quizás...al fin y al cabo la petición de Derek no resultaría tan difícil como pensaba...>>

-Traten de desayunar rápido, chicos.-quien se había animado a romper con el sigilo de la sala, era obviamente Daniel.-Hable con la escuela, los dejaran entrar un rato más tarde para que puedan ver a su madre. -pero ninguno de sus hijos objeto palabra.-¿Pueden contestarme si quiera?

Nicolas solo se limito a terminar de un solo trago su jugo de naranja mientras que Cloe quien parecía jugar con sus hot cakes, apoyo de lado sus cubiertos.

-Ya termine. Con permiso-dijo la morena una vez que se deslizo de su asiento para incorporarse y subir, seguramente por sus cosas.

Daniel simplemente bajo su rostro y unió sus manos llevándoselas a la linea recta que mantenían sus labios.

Pero lo que me llamo la atención fue que mi hermana,  no había comido nada. Y no era la única que lo notaba, ya que Nicolas se encontraba apreciando lo mismo que yo.

Me determine por hacer a un lado mis pensamientos y concentrarme en por fin terminar mi desayuno cuando el sonido del timbre nos llamo la atención por completo, puesto que no siempre nos venían a visitar personas.
El que se puso de pie y fue a abrir la puerta, era Nicolas, quien en cuanto vio por demás atareada a Margarita le hizo señas de que se quedara en su sitio y fue él.

-¿Ya vez porque a veces es mejor cerrar la boca? -pronuncio Daniel con el rostro pensativo. No me hablaba con enfado, si no que podía ver hasta un poco de angustia en su tono de voz.

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