Tras la muerte de su madre, Amber Parker tiene que dejar toda su vida para comenzar desde cero con su padre biológico, el politico Daniel Underwood. Nueva casa. Una madrastra y medios hermanos quienes nunca había conocido.
Las cosas comienzan a pon...
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Dejándome sola...
Y se mantuvo en esa postura por semanas. Dos, para ser exactos. Porque si, las tenia contadas. Hasta este momento nunca había experimentado algo así en mi vida, el sabor amargo que me producía su rechazo, su poco interés en mi, el estar sentados en la misma mesa enfrentados y no poder conectar con sus ojos ni una sola vez, en fin...su ignorancia, era todo nuevo para mi. Por las noches, podía sentir el ruido de su cuarto ser cerrado con llave, como producto de mis primeros intentos en querer entrar de madrugada a solucionar las cosas. No se estaba comportando como Nicolas y eso...me dolía, y mucho. Estaba tan arrepentida de como lo había tratado, pero sabia que era la única forma para hacerlo entrar en razón y tal vez así, se calmara con Derek. Ahora todo estaba cabezas para arriba y no tenia forma en que confiara que yo no deseaba lo mismo que habían objetado mis palabras.
-¿Ocurre algo?-inquirió el moreno sacándome de mis pensamientos. No me había dado cuanta pero tenia frente a mi el platillo de fideos chinos ya casi fríos.
Después de varias insistencias por parte de Derek, accedí en venir a su casa, ya que si me seguía negando levantaría sospechas o simplemente seria extraña tanta negación por mi parte. ¿Que clase de supuesta novia se opondría a pasar tiempo a solas con su pareja? Solo una que lo inventa, claro... Así que después del instituto, y aprovechando que Nicolas hoy había faltado, accedí a venir aquí con él. Ya era demasiado para el rubio tener que ver el cuerpo del moreno todo el tiempo junto a el mío, o nuestras bocas en constante contacto. Sabia lo que dolía, sabia lo que molestaba. Yo misma había presenciado sus escenas con Amanda, solo que para ese entonces aun no ocurría nada entre nosotros, aunque en el fondo me dañaba igual. Por eso mismo me podía dar una idea de su infierno y hasta podía llegar a comprender su rechazo...solo que ya no lo toleraba más.
-Solo pensaba.-respondí al fin.
-Ultimamente te noto pensar demasiado.-inquirió levantando seductoramente su ceja izquierda.-¿Segura que no te ocurre nada? Puedes confiar en mi, lo sabes. -añadió ahora tomando mi mano que descansaba sobre la mesa.
<<Ay Derek...tu no sabes lo que en verdad me gustaría confiar en ti y no hacerte todo esto.>>
Su extremidad acariciando la mia con tanta ternura y a su vez con un dejo de preocupación, me hizo sentir poco a poco como se formaba un nudo en mi garganta para después notar mis ojos lagrimear. Derek lo presintió enseguida y corrió su silla de lugar para venir hasta donde estaba sentada y abrazarme.
Si, me estaba consolando indirectamente por Nicolas, y el no tenia la menor idea.
-¿Por que lloras?
¿Como decirle que me dolía la ignorancia de mi hermano? ¿Como explicarle que lloraba porque extrañaba su tacto sobre mi piel? Su manera de besarme y de...tocarme.
