Tras la muerte de su madre, Amber Parker tiene que dejar toda su vida para comenzar desde cero con su padre biológico, el politico Daniel Underwood. Nueva casa. Una madrastra y medios hermanos quienes nunca había conocido.
Las cosas comienzan a pon...
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No sabia si habían pasado horas, minutos o tal vez segundos. Solo sabia que de un momento a otro mi mente volvió adquirir sentido, pero mi cuerpo no. Era como tener nuevamente conciencia y continuar viendo todo negro, por lo que podía deducir que mis ojos continuaban cerrados, y no era capaz de abrirlos.
Hasta que de un momento a otro, una caricia sobre lo que parecía ser mi mejilla, hizo que un largo escalofrió volviera a recorrerme el cuerpo. Y gracias a esa reacción, logre desplegar mi mirada, encontrándome con unos ojos café que estaban sobre los míos.
Me observaban atentos, más negros de los que recordaba, como si no fuera capaz de distinguir el iris de sus corneas. Pero en cuanto otra caricia volvió hacia mi, recordé. Recordé todo. Mi malestar, mi miedo, mi adversidad ante lo que estaba sintiendo. Y me intenté incorporar, y me di cuenta que no podía, que me costaba terriblemente y que creía que solo podía lograrlo haciendo un esfuerzo sobrehumano. Mire a mi alrededor y a pesar de que el cuerpo de Derek me tapaba gran parte del panorama, llegaba a calcular que estaba sobre su cama.
¿Cómo había terminado aquí? ¿Cómo de un momento a otro mi cuerpo había reaccionado tan extraño? ¿Cómo era que no me podía valer por mis propios medios? A pesar de que mi mente era una laguna, algo me decía que tenia que hacer todo lo posible por mantenerme alerta, dentro de lo que podían mis facultades.
Cuando me intente incorporar, me di cuenta que no podía hacerlo. Mis músculos los sentía débiles. Reaccionaban poco y nada, como si estuviera en una de aquellas pesadillas donde intentas correr con todas tus fuerzas y no puedes dar mas que pequeños pasos. Esto solo me podía hacer recordar una sola cosa...más bien...una noche.
Y fue ahí que todo cobro sentido.
Volví mis cansadas pupilas a las que tenia junto enfrente de mi, las que me seguían observando como si de un animal de zoológico se tratara.
-Despertaste mi ángel durmiente-musito contra mi oído cerrando sus ojos a la vez que depositaba un beso contra mi frente.
<<Se trata de eso, mi angelical Amber. No puedo describírtelo con palabras, así que tendrás que sentirlo>> como si de un flashback se tratara, las imágenes del moreno cayendo sobre mi y susurrando esas cosas sobre mi cuerpo, inundaron mi memoria.
-¿Qué...-traté de decir algo agitada producto del nerviosismo en el cual había entrado. Y otra vez comenzaba a sentir como bombeaba mi corazón de manera rápida y rítmica-...que me hiciste?-logré articular intentando remojar mis labios con mi lengua, los sentía extremadamente secos, como si no hubiera bebido liquido en horas.
-Perdón mi cielo, pero ¿Que dijiste? ¿Oí bien? ¿Qué te hice?
Aún postrada en ese colchón, con mi cuerpo en un estado de bajo presión, que apenas me dejaba comunicarme, noté como el moreno paso de estar sentado junto a mi para ahora pasar a recostarse en la cama. Apegándose más y más a mi cuerpo.
