PARTE 28

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El dolor era insoportable, me sentía tan sola, necesitaba un abrazo, alguien que me dijera que todo estaría mejor aunque eso fuera algo irreal, pero estaba sola, completamente sola y rota. Me sentía culpable, culpable de confiar y creer en él.

Deseaba con todo mi ser que aquel dolor desapareciera, así que intenté acabar con todo, era la única solución que encontraba en ese instante.

Tome un bote de cápsulas y sin pensarlo empecé a ingerir una por una hasta ingerirlas todas, recuerdo esos mareos fuertes, poco a poco deje de sentir mi cuerpo y lo último que recuerdo es que veía todo borroso.

Cuando desperté estaba en el centro médico, mis padres estaban sentados cerca esperando a que despertara.
Cuando me vieron despierta me preguntaron por que lo había echo, que si que tenía y muchas preguntas más.

Simplemente mentí, les dije que tenía un fuerte dolor de cabeza y solo quería que se me calmara y por ello había tomado todas esas cápsulas, es obvio que no me creyeron, pero dejaron de cuestionarme.

Y es que como decirle a mis padres que su hija quería morir, cómo explicarles todo aquello que estaba sintiendo, cómo hacerlo si no confiaba en ellos, si nunca habían estado para mí.

Me dieron de alta al día siguiente, el doctor me dejó reposo y una seria de medicamentos, me hicieron un lavado estomacal y eso llevaría una dieta.

Cuando llegue a mi casa, me fui al cuarto y seguí llorando, solo deseaba estar sola, que aquel dolor terminara.

Cada día se convertía en un pantano gigantesco el cual me estaba consumiendo hasta el fondo, no salía de mi cuarto, no comía, me la pasaba  llorando.

Esa semana pasó rápido, llegamos a viernes, ocho días habían pasado desde que había pasado todo aquello con Santi.
Cuando fui al baño en la mañana noté unas pequeñas gotas de sangre, pensé que era mi periodo, sin embargo no era así ya que no duró mucho tiempo.
Ese fin de semana me la pase mal, con mareos y náuseas, era raro, pero imaginé que eran secuelas de la toxicación que había tenido.

Mis padres se la pasaron regañándome, diciéndome que estaba loca; que no tenía nada mejor que hacer que hacerles perder su tiempo. Hasta dijeron que si era mi <<forma de querer llamar su atención>>, había fracasado, por que lo único que les mostraba era mi inmadurez.

Sus regaños no me ayudaban en nada, ojalá hubieran podido darse cuenta que necesitaba ayuda, que la pedía a gritos. Pero para ellos era más importante sus trabajos y mi hermana.
Cuando dejo el país por ir en busca de sus sueño, ellos se pusieron muy triste, se notaba la falta que les hacía. Por que su presencia era más fácil de notarla que la mía.

Mis padres eran incapaces de ver que aquello que había echo, era una alerta y de cierta forma un aviso de que ya no deseaba vivir, de lo sola que me sentía, más aún de la falta que ellos me hacían.

Pero no fue así, mi vida estaba a punto de cambiar radicalmente....

La vida de Caroline.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ