PARTE 44

32 10 0
                                    

No dije nada en todo el camino, al momento de bajarse, me dijo: Me envías un mensaje cuando llegues.
Solo asentí y mire hacia otro lado, no sabía que pasaba no quería volver a caer en lo mismo, no podía perdonarle el haber hecho que perdiera mi embarazo; no le importo que estuviera esperando un bebe suyo, me golpeo de todas formas, mi único objetivo debía ser buscar respuestas a todas mis dudas.
¿Realmente él me había amenazado?
¿Porqué las amenazas pararon tal como él lo dijo?
¿ fue capaz de hacer todo eso?
¿Qué tan enfermo podía estar?

Llegue a mi casa y pase todo ese finde con mi familia, todos dijeron que me veían diferente con un cambio de actitud radiante; más feliz, más sonriente, con más ganas de vivir la vida y es que no podía negar que mudarme de ciudad, empezar de cero en un lugar donde no conocía absolutamente a nadie, donde no tenía familiares cerca era algo que me estaba ayudando a encontrarme conmigo misma.

Me sentía independiente, cada finde hacía mi súper para la semana, era fantástico sentirme útil, importante, conocer nuevas amistades me ayudo mucho, en especial conocer a Michi: era como mi otra mitad, mi media luna, mi rayito de luz en mis días grises, siempre estaba conmigo, me acompañaba en cada locura, en cada ida al súper, me animaba, sobre todo sostenía mi vida en momentos depresivos, me entendía tan bien y es que nuestras vidas eran tan similares, teníamos tantos dolores en comunes, tantas lágrimas compartidas, me hizo parte de su vida y no solo eso, también me hizo parte de su familia, me ofreció su casa muchas veces, siempre cuando estuve allí rodeada de su familia, me sentía en casa.
Ese amor de familia, ese calorcito que te hace sentir segura y protegida, era feliz.

Ella sabía parte de mi vida, tenerle confianza era muy fácil, era leal, sobre todo incondicional.

Así que efectivamente mi familia tenía razón, era otra; con más amor propio, con más ganas de vivir, con metas claras, era una chica sanando heridas y renaciendo nuevamente.
Cumpliendo la promesa que le hice a ese angelito que vivió por unos instante en mí interior, esa promesa que le cumpliría costara lo que costara.

Y claro que no me estaba resultando fácil, mi cambio fue a base de golpes, maltratos, abusos, humillaciones, etc.
Eso bastó para entender que valía mucho más de lo que un día pudiera imaginar, que no importaba quien estuviera en mi vida, por que al final del día lo único que importaba era tenerme a mi misma, por que era mi propia compañía la que me ayudaba a las 3:00am mientras despertaba muriéndome con un profundo dolor en el pecho sintiendo que no merecía vivir.

Estaba empezando a crecer yo sola, sin nadie que me hiciera compañía en mis días oscuros. A veces deseando acabar con todo y otras queriendo salir adelante a pesar del caos.

Y bien dicen <<después de la tormenta viene la calma>>

La vida de Caroline.Where stories live. Discover now