Capítulo 9: Explicaciones

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Los días que vinieron después de la fiesta se sintieron de lo más raros

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Los días que vinieron después de la fiesta se sintieron de lo más raros. Lorena y Tatiana no me dejaban sola en ningún momento mientras estábamos adentro del colegio y aunque me hacía sentir reconfortada también me incomodaba un poco.

Gastón no había vuelto a hablarme ni en persona ni por mensaje. El trabajo de biología al parecer le importaba poco y nada, y yo le interesaba menos todavía. Pero lo peor de todo era Javier. Se comportaba de manera distante y fría conmigo, me frustraba no poder descifrar el porqué de su actitud. Por supuesto hablábamos pero se sentía diferente el ambiente y la tensión que se formaba al rededor nuestro cuando nos veíamos en persona. Casi ni podía mirarme a la cara.

Comencé a pensar que tendría que ver con la cercanía que experimentamos en la fiesta del sábado, ya que en un punto se llegó a sentir como si nos fuéramos a besar. Tal vez estaba arrepentido o avergonzado. Después de todo yo también sentía un poco de ambas cosas, por más que una vocecita en el fondo de mi cerebro me repetía que en cierto punto lo había disfrutado.

Se me ocurrió que lo mejor era enfrentarlo y hablar en persona con él. Hablábamos todo el tiempo de cualquier tema y la confianza entre ambos abundaba constantemente, no tenía porqué ser lo contrario en este caso. Sabía que los miércoles eran día de clase de manejo así que iba a pedirle un momento a solas apenas terminara con Mateo.

Para mi sorpresa eso llegó más rápido de lo habitual. Resultó ser que Mateo salía con Delfina y lo encontré oportuno para hablar con Javier tranquilos y solos. Creo que de manera ingenua pensé que las cosas tal vez terminarían cercanas igual que en la fiesta. Nada pudo haber estado más alejado de eso, pero yo todavía no lo sabía.

—Esperá Javi, ¿ya te vas? — pregunté ansiosa al ver que se acercaba a la puerta de manera apresurada y saludándome solo con la mano.

Se giró de pronto mirándome por sobre su hombro, con el picaporte todavía en la mano. Lentamente se dio vuelta del todo y caminó hacia donde estaba yo mirando fijo el piso. Sentía que no podía sostener mi contacto visual.

—Javi, ¿qué te pasa? Mirame — solté riendo. No me parecía gracioso por supuesto. Era una risa causada por la incredulidad de como se estaba comportando.

—Pri, perdón. Quería hablarte sobre lo que pasó en la fiesta pero no me...

—Yo también quería hablar de eso. Lo que no sé es porqué estás tan nervioso. No pasó nada, estábamos bailando nada más.

—No, no hablo de eso. Hablo de — seguía sin mirarme a la cara y me estaba poniendo tan nerviosa que lo volví a interrumpir.

—Vení vamos a sentarnos al sillón.

Lo agarré de la mano con suavidad y lo fui llevando al sillón donde nos sentamos uno en cada punta.

—Pri, necesito que dejes de interrumpirme — pidió sonriendo un poco.

Un año con Priscila | ✓Where stories live. Discover now