Capítulo 19| Desaparecido

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Dulce

Han pasado dos días desde aquel error.

Dos días sin saber nada de la presencia de Damon.

Empezaba a preocuparme e incluso mi padre, debo admitir que al principio me daba igual, en realidad fingía que no me importaba pero nadie sabía nada desde aquel día.

Así que con los nervios a mil decidí encaminarme a su casa, al menos a la casa de su madre, mi misión solo era averiguar si estaba bien y eso sería todo, no necesitaba encontrarme con él.

Deje mi auto estacionado y me caminé hasta la puerta principal de su casa.

Cuando toque una señorita con vestimenta de servicio me atendió con una sonrisa, me dejó pasar y me dijo que esperara en la sala. Había sido más fácil de lo que esperaba.

Por otro lado, no me cansaría de repetir que la casa de Damon o bueno de su familia era muy hermosa, los detalles, la estructura, absolutamente todo era llamativo a la vista y el color blanco le daba ese toque elegante a esta posiblemente antigua mansión.

—Dulce... —una voz varonil se escuchó por toda la sala—Que sorpresa tenerla aquí.

Harry se hizo presente frente a mí.

Lucía una camisa azul marico, esta tenía el primer botón abierto en el pecho además de las mangas remangadas y un pantalón negro que le daba juego a su estilo elegante y casual ¿Cómo demonios hacía para verse joven?

Bueno, Dulce, concéntrate.

—Señor Harry...—apenas pronuncié aquello supe que había sido un error.

—Puedes llamarme solo Harry...—me sonrió tranquilo —Que me llamen señor me hace sentir viejo —admitió —Además tengo solo un par de años más que tu padre.

Sonreí igual de nerviosa para asentir con la cabeza mientras lo veía sentarse frente a mí.

—No quisiera molestar —comenté apenada.

—Oh, no te preocupes, justo ahora acabo de terminar una reunión —contó con calma, sin dejar de mirarme —Así que soy todo oídos.

—Yo...—mierda, solo di algo —Este...

— ¿Estás aquí por Damon, no es así?

Lo vi sorprendida para asentir.

—Sí, yo venía por él.

—Lamento decirte que no está aquí, en realidad no se presenta hace ya poco más de dos días —contó conservando la calma y la postura.

—Usted ¿Tiene alguna idea de donde podría estar? —pregunté de nuevo.

Harry no tardó en negar con la cabeza.

—No —soltó una pequeña risa nerviosa —Creo que no lo sabes pero Damon y yo no tenemos una buena relación que digamos.

— ¿En serio? —fingí sorpresa.

Claro que lo sabía solo que estaba tan desesperada por saber su paradero que ya ni pensaba lo que decía.

—Si, en realidad no creo que yo te sea de mucha ayuda pero quizá la indicada para decirte su paradero es su madre, está en el segundo piso.

— ¿Podría subir a hablar con ella?

—Claro, como te dije, está en el segundo piso, tres habitaciones a la izquierda.

Asentí de igual manera para ponerme de pie y comenzar a caminar hacia las escaleras.

—Y Dulce... —llamó una vez más Harry, deteniendo mis pasos.

— ¿Si?

—Damon está bien, de eso estoy muy seguro.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora