Capítulo 57| Promesas rotas.

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Dulce

Una luz cegadora me levantó, el olor horrible a hospital me puso alerta.

Pestañee un par de veces para adecuarme a la luz de la mañana. En el instante que comprendí que efectivamente estaba recostada sobre la cama de un hospital traté de levantarme pero algo me lo impidió, el dolor.

Me dolía todo el cuerpo.

—Hija —la voz de mi papá me dio un susto y alivio al mismo tiempo.

—Papá... —mi voz se quebró al igual que mi corazón al comenzar a recordar—Damon ¿Dónde está Damon?

El simplemente agachó la mirada mientras negaba con la cabeza.

—Papá, por favor, dime donde esta Damon...—las lágrimas caían desesperadas — ¿DONDE ESTA? ¡NECESITO VERLO!

—Hija, él...

Mordí mi labio y cerré los ojos con fuerza, sabía lo que se venía.

—Llegamos muy tarde hija... El auto ya había explotado, no pudieron hacer nada.

En ese instante, mi mundo entero se detuvo incluso mi corazón, entonces los recuerdos comenzaron a atacarme, las tonterías que habíamos hecho estos últimos días.

Las veces que Damon se preocupaba por mí, las veces que durante nuestros viajes había cuidado de mí, sus tonterías, su sonrisa, sus hermosos ojos ¿Ya no los vería jamás?

Mi corazón y alma estaban al borde del colapso.

—No puedes decirme eso...—trate de levantarme mientras las lágrimas nublaban mi vista por completo—Él está bien, debe estarlo... ¡Él debe estar vivo!

Papá solo se acercó a mí y me abrazó tratando de reponerme pero ya no podía, con la muerte de Julie quizá funcionó pero ahora no, ya no podía reparar lo roto que se sentía mi corazón.

Esto sobrepasaba los límites, era como si algo dentro se hubiera roto para siempre y ese algo era mi corazón.

Duele...duele tanto.

—Se fue hija...—sobó mi cabeza —Lo lamento pero Damon se ha ido.

No él no...

Lloré con desesperación tratando de apartarme de su agarre, Damon no se podía haber ido.

— ¡Todo es tu culpa! —Grité alejándolo de golpe dolida—Tu enviaste a los policías...

—No, yo no envié a nadie.

—Tú... —Lo señalé pero no pude quedarme firme, mi labio temblaba dando paso al llanto.

—Sabes muy bien que no fueron ellos...

— ¿Qué dices?

—Que los que te persiguieron no fue la policía, dulce —se acercó nuevamente —Te dije que corrían riesgo al salir de la ciudad...

—Que...

—Fueron los hombres de la persona que estaba demandando a Damon, el padre de su ex novia...

—Me estás diciendo que esa maldita bomba la puso ese hombre...

—Eso es lo que creo, aun debemos hacer investigaciones pero esa es la opción más acertada.

Mi corazón no pudo más, me cubrí el rostro y comencé a llorar, ese dolor había vuelto, me dolía hasta el alma, esto no podía ser peor. ¿Por qué me pasaba todo esto a mí? Porque la vida se encargaba de quitarme todo cada vez que creía tener por fin lo que necesitaba.

Julie, Damon...cuanto los necesitaba ahora...pero ya no estaban.

—Hija...

Pero había algo, algo que me dolía mucho más.

—Le dije que lo iba a odiar —llore —Que si me soltaba, lo odiaría.

—Él te soltó para salvarte.

—No quería ser salvada, no si eso no lo incluía —grité.

—Hija...

—Me duele —llore —Me duele no tenerlo, me duele no haberle dicho que lo amaba, me duele vivir...

—El dio la vida por ti.

Esas palabras resonaron en mi mente una y otra vez.

Yo no quería ser salvada, no quería vivir si eso significaba que Damon me dejaría, que el moriría, jamás lo pedí, jamás pedí que me arrebatarán su sonrisa, sus hermosos ojos.

"Te quiero"

"Seremos la mejor pareja de viejitos y todos en el asilo nos tendrán envidia"

"Jamás olvides lo mucho, mucho que te quiero"

"No sé qué haría sin ti"

Y ahora yo no sabía lo que haría sin él.

— ¿Dónde está ahora? —murmure con un nudo en la garganta.

—Sus padres están un piso arriba —comunicó papá.

Entonces tomé todas las fuerzas que me quedaban y me levante, al principio tambalee un poco pero eso no me detuvo, salí corriendo de la habitación.

Me dolía todo el cuerpo y era un dolor tan indescriptible pero eso no me importó...solo quería verlo.

Corrí el piso arriba mientras escuchaba los gritos de papá por detrás, arranque las venditas y punzadas que tenía en el brazo y con la bata corrí sin detenerme. El aire comenzaba a faltarme y el dolor en el cuerpo era máximo hasta que llegue al piso que me había indicado papa minutos antes.

Al ver a las personas que tenía en frente, mi corazón no aguantó y se quebró aún más.

Harry esperaba afuera de la sala con una mano en su boca, disimulando el llanto mientras que dentro de la habitación se escuchaban gritos.

Era Gema.

— ¡Mi hijo! ¡No! —Sus gritos solo torturaron más mi corazón, se sentía tan horrible estar viva — ¡Mi bebe! —Gritaba con desesperación — Ese no puede ser mi niño.

Verla sujetar la bata del doctor con fuerza, clamando por su hijo solo me dolió más.

—Por favor...— suplicó antes de caer — ¿Dónde está mi bebé, mi hijo?

El doctor solo negó con la cabeza, mientras que Harry se metió a la habitación sin poder aguantar más y abrazar a su esposa.

Ada lloraba en una esquina mientras que su madre era sostenida por Harry completamente desmoronada, gema lloraba y gritaba sin parar, hasta que me vio.

Nuestras miradas se conectaron y en ese instante lo comprendí todo.

Sentir mi corazón romperse una vez más. Era la peor sensación del mundo, en ese instante caí en la realidad y el impacto fue tan duro. Era verdad, Ya no lo volvería a ver. No volvería a ver a Damon, a mi demonio.

Mis piernas cayeron sobre el frio suelo del hospital mientras que todo de mí se rompía, había llegado a mi límite y con este también se rompió mi corazón, hoy había perdido un pedazo de mí para siempre.

Ya no lo volvería a ver.

No lo volvería a escuchar

No lo volvería a sentir

No lo vería sonreír

No volvería a mi lado

Él no volvería.

Damon había muerto

"— ¿Estarás siempre para salvarme? —Él besó mi frente y respondió.

—Estaré para ti, cada vez que me necesites"

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora