Extra I | Un padre ausente-presente

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Meses atrás

Arthur

—Debería hablar con ella, señor.

La voz de Julie entrando a mi despacho me sacó de mis pensamientos, le sonreí en agradecimiento cuando dejó mi café sobre el escritorio.

—Ella es muy terca, jamás me entendería.

—Me imagino de quien habrá heredado eso. —dijo ella mientras soltaba una pequeña risa a lo que me uní.

—Me declaro culpable. —me incliné hacia atrás, cansado. —Pero incluso con cosas mías, ella es única en su clase, mi hija forjó su propio carácter, parece inquebrantable y aunque es bueno frente a otros, no puedo competir contra sus murallas.

—Habla de ella como si fuera una extraña con poderes. — Julie volvió a reír. —Yo conozco a una chica que se pone a llorar si sus panqueques se le queman o si no recibe su dosis diaria de helado que por cierto ya se acabó.

Sonreí al imaginar a mi pequeña hacer berrinche.

—A este paso creo que mejor debería comprarme una fábrica de helados. —solté con una sonrisa. — ¿Cómo puedo hablar con ella sin hablar?

—Señor, usted se parece a ella más de lo que cree, ese espíritu aventurero y retador es de usted, debe confiar en su hija, ser sincero, contarle lo de su madre y decirle la verdad de una vez.

—Pero y si no me perdona el que haya alejado a su madre con dinero, se oye horrible.

—Melissa se fue porque así lo decidió, usted solo fue un medio, además tardar más tiempo en confesar su engaño no lo hará real.

—Dios te escuche, Julie, ojala y cuando le cuente no me tire por la ventana.

—Pues si no lo hace, yo lo tiraré a usted. —rió de nuevo. —Su hija es un amor, solo sea sincero es lo único que falta en esta casa.

—Tienes razón.

Asentí entusiasmado. Dulce podría comprenderme, comprender el hecho de que yo la había elegido a ella por sobre su madre, que aunque ella no estuviera siempre me tendría a mí.

—Por cierto, señor, vino el Joven Damon a dejar unos documentos.

Su mención me hizo detener de golpe.

Damon Vans, él se parecía tanto a su padre físicamente que a veces me asustaba verlo tan seguido, mi buen amigo estaría tan feliz de ver como su hijo se había convertido en todo un hombre.

Aunque no hay que dejarnos engañar por las apariencias, a pesar de que Damon se pareciera a su padre, no era él, sabía muy bien que se diferenciaban bastante en carácter. La personalidad de Damon era indescriptible, un chico muy capaz y astuto.

Alguien para desconfiar.

—Julie ¿Qué opinas de ese chico?

Ella me miró un poco confundida pero aun así me respondió de forma sincera.

—Pues no sé nada de él pero sé que hace feliz a su hija, se están haciendo muy amigos a su manera.

— ¿No crees que tenga algo malo?

— ¿Acaso no confía en él? Usted mencionó que era hijo de su único amigo.

—Lo es pero después de haber pasado por tanto y haber desaparecido estos últimos años, no sé qué tan dañado puede estar ese chico y lo último que quiero es que lastime a mi Dulce.

—Dudo que eso llegue a suceder, a veces las personas más dañadas pueden dar más amor que una que no lo está. Todos aprendemos de nuestros errores, señor.

Prohibido Enamorarse de Dulce ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora