Prohibido Enamorarse de Dulce ©

Capítulo 44 | Julie

:(((

Dulce

— ¡Hija!

El grito de papá desde la planta baja se escuchó fuerte, tanto que fue suficiente para levantarme a regañadientes.

— ¿Qué pasa? —susurré apenas, obligándome a salir de mi cama.

—Preparé el desayuno. —se escuchó otro grito que me hizo sentir mejor, la comida me hacía sentir feliz por alguna extraña razón. —Por favor baja a desayunar.

Sonreí y sin quejarme, baje al primer piso.

Hoy debía ser el mejor día de mi vida después de todo hoy regresaba Julie de sus extra largas vacaciones. Y aunque Damon no estaría aquí porque aun estábamos distanciados, quería tomarme el día para hablar con Julie.

Sabía que había mucho de qué hablar. Debía contarle mis mil y un locuras.

— ¿Y esos ánimos, primita? Espero que no sea por el idiota de Damon —Darren apuñaló sus panqueques para darle un bocado rápido y feliz.

Arrugue la nariz y le saqué la lengua.

—Hoy regresa Julie —Mire a papá, cambiando de tema rápidamente —Y no te ofendas papi, pero ella cocina más rico que todos los que estamos en esta sala.

Todos reímos un poco antes de que papá comenzara a hablar lleno de entusiasmo, hasta él la extrañaba.

—Bueno debemos ser realistas...—admitió después de hacer una mueca y dejar caer su tenedor en su plato. — ¿Ustedes irán a recogerla? Su Avión llegará en una hora.

— ¡Sí!—grité afirmando, mientras me atragantaba con los panqueques deformes de papá y corría a mi habitación para cambiarme.

—Dios, Dulce y cómo quieres que no me ofenda si comes el diez por ciento de cada cosa que preparo. —gritó papá a mis espaldas.

Bueno tenía razón, no era que no cocinara rico sin embargo la sazón de Julie era simplemente único. Ella era... ella.

Después de casi una hora, de cambiarnos y alistarnos para ir a recoger a Julie nos encaminamos al aeropuerto.

Hoy estábamos todos de buen humor y mientras nos estacionábamos cantábamos canciones de Lady Gaga a todo pulmón. Creo que esta mujer era lo más bonito que me había pasado en mis gustos musicales. Era increíble.

— ¿No crees que está tardando? —preguntó Darren ya después de minutos de llegar al aeropuerto.

—Quizá solo fue un retraso —le quité importancia. —Ya llegará.

1 Hora después...

—Deberíamos regresar a casa, ya está oscureciendo, Dulce. —avisó Darren mientras se ponía de pie.

—Pero...

—Dulce...

—Va a llegar, Darren, esperemos un ratito más ¿Si? —insistí lo suficiente para que él aceptara quedarse y lo hizo.

Esperamos por una hora pero...

Julie jamás llegó.

Durante ese tiempo estuvimos en un constante debate si ir a casa para llamarla porque estos primos dementes habían olvidado sus celulares, era eso pero de tan solo pensar que cuando nos fuéramos ella llegaría, así que nos quedamos con la opción C, esperar.

Suspiré cansada cuando se cumplieron las dos horas, no quería rendirme pero tuvimos que irnos. Luego de regresar a casa, nos pusimos a buscar nuestros celulares como locos, incluso papá también buscaba el suyo aunque él lo encontró primero así que dejamos la comunicación en sus manos.