Capítulo 42: Una Lady aquí, una Lady allá, una Lady en Anatolia encontrarás.

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Aunque las visitas de Lady Luciel no pararon durante los siguientes días, algo en particular revolucionó a la corte aún cuando el compromiso entre la familia Imperial y el ducado Alfierce estaba jugándose tras puertas cerradas.

Nuevas noticias surgían en Obelia como emergidos de los abismos más oscuros.

Todos susurraban en voz baja, cavilando con asombro y gran secretismo.

—Es increíble.

—Asombroso.

—La han encontrado en Anatolia ¡Tal como decía el rumor!

—La última de las Whestern.

—Entonces es cierto. ¡Asteria Whestern está viva! ¡La leyenda era cierta!

—La hija de la casa de la luna, vive.

—¿Quién es Asteria Whestern?—Tatiana, realmente confundida, preguntó a sus mucamas mientras le servían el almuerzo, después de una mañana plagada de murmullos de la corte sobre una misteriosa mujer de la que no conocían. Athy y Nette también elevaron la mirada de su comida para atender a la respuesta, ya que también estaban curiosas—, por más que intento. No logró saber quién es. ¿Quién es ella y qué hacía en Anatolia?

—Ah... bueno. Su alteza... yo- yo debo hacer la colada—Lady Rimma se excusó.

—Yo debo ordenar los libros de la biblioteca, con permiso—Lily se inclinó, yendo tras Rimma.

—Planchar los vestidos—Seth dijo.

—Acomodar las muñecas—Lady Marya también se unió.

—Comprobar las cocinas—Lady Anna mintió.

—¡Desempolvar las bibliotecas!—Hannah rió de forma nerviosa.

Se fueron unas tras otras y ninguna mucama quedó en el comedor privado de las princesas. Sólo Félix, sonriente, quedó allí como una estatua rígida que pedía a gritos no ser increpada.

—Félix... —Athanasia intentó, pero Félix elevó sus manos y rió, realmente nervioso.

—Creo que será mejor que me retiré, Sus Altezas deben comer con tranquilidad—y él también se marchó.

Vale, aquello era extraño.

Tatiana ya había escuchando antes de la familia Whestern, cuando Lucas la envió sin cuidado alguno a una aventura a través de dimensiones paralelas, en donde una pequeña Tatiana era oculta como una hija de una casa de marqueses con aquel mismo apellido. Pero, en su universo, Tatiana había sabido una sola vez de una tal Asteria Whestern al curiosear las actas de compromiso de los nobles y encontrar una vieja acta adjudicada a Roger Alfierce y a la misteriosa Lady.

Del resto, no había una sola pista de la desaparecida familia, y a Tatiana eso en verdad la intrigaba.

—Nos ocultan algo—concluyó Jennette.

—Y algo importante—convidó Athanasia.

—Por más que intento, no logró saber nada. Nette, hoy no tomarás de mi mana, quiero enterarme, no puede ser algo más desastroso que Lady Luciel, pero siempre hay que mantenerse informado.

Athy, a la cual tampoco le acomodaba mucho la repentina aparición de Lady Luciel, frunció el ceño.

—Ella vino hace unos días otra vez, cuando Taña estaba tomando lecciones de equitación. La vi rozando el brazo de papá, luego se sonrojó, como si en verdad no hubiera querido hacerlo—enfadada como estaba, Athanasia masacró a una pequeña alubia con su tenedor.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Opowieści tętniące życiem. Odkryj je teraz