Capítulo 14: Protagonista enamora a papá.

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Aún cuando Athy empezó a vivir en el Palacio Esmeralda, Claude siguió comportándose extraño. No se veían tan seguido como antes porque con Athy en el palacio Taña estaba allí en cada paso que daba y Claude no estaba dispuesto en encontrarse de nuevo con ella.

Como resultado, Félix empezó a ser el escolta de ambas. Él iba de aquí allá con Athy en brazos o con Taña, en son de complacer su capricho de turno o aligerarles la caminata. Y así fue como su estilo de vida pasó de la austera rutina del Emperador a adaptarse la ajetreada vida de un tío consentidor.

—Félig, ¡aguiba!— pedía Athanasia cuando quería que le cargara.

—Félix, juega conmigo al té—Taña insistía.

—Félig, pegota.

—¡Félix! ¿Lo pinto de rosa o azul?

—Félig, ¡chocogate!

—¡Félix, prueba esto!

Al final del día, terminaba tan cansado que Lilian y Rimma debían despertarlo del sofá de la sala de juegos.

De esas entretenidas tardes de juego, irremediablemente llegaban recuerdos para Claude.

—Athy ha pintado hoy un dibujo de Félix, no encontró el rojo. ¡Pero pintó su cabello de rosa!

Claude no decía nada, pero tampoco la paraba. Él solo tomaba de su té y le observaba, aletargado por el cansancio. Ser Emperador debía ser agotador y Tatiana sospechaba que los únicos momentos en los que descansaba era cuando ella estaba con él.

—Padre.

—¿Mmm?

—¿Es eso Paradise?—Nunca se había envalentonado para preguntarlo pero esa tarde Claude parecía tan relajado que lo intentó.

Él parpadeó, y miró su tasa, nada asombrado de que Tatiana supiera algo que, se suponía, no debería saber.

Ventajas de la clarividencia, suponía.

—Creo que es así como se llama.

—¿La Princesa quiere probarlo?—preguntó Félix, listo para pedir otro servicio.

Taña negó con una sonrisa.

—No me gusta el té—sonrió, dándole otro sorbo a su chocolate—, Taña sólo se preguntaba si padre no está cansado de olvidar.

La sorpresa cruzó por el rostro de Félix pero, más importante aún, lo hizo en el rostro de Claude.

—Papá, sentir dolor está bien—ella le susurró, regalándole una lastimosa sonrisa.

—Princesa, no creo... —empezó Félix, pero Claude le paró, una de sus manos elevadas en el aire para que Tatiana siguiese hablando.

—Athy y yo estaremos aquí para ti cuando te duela, ¿sí?

Él no dijo nada, sólo le miró con aquellos ojos imposiblemente claros y suspiró.

—Sé más como una niña—sólo dijo.

Taña aún no entendía a que se refería pero al día siguiente Claude las visitó a ambas en la sala de juego por primera vez. Estuvo allí, silencioso, observándolas jugar a acomodar cubos de colores.

Pero estuvo allí.

Athy a veces se volteó a mirarlo con nerviosismo, y Taña le sonrió todas esas veces.

"Solo se adorable, Athy. Él te va a amar" la voz de Tatiana se repetía en su cabeza, ella había sido una buena hermana mayor todo ese tiempo, por lo que Athanasia confió. Ella se puso de pie sobre sus regordetas piernas de bebé y caminó hasta Claude con un cubo en la mano.

Ella le miró a los ojos, de nuevo, azul contra azul, los ojos imperiales observándose uno al otro, y Claude pudo ver en esa niña parte de él.

—¡Papá!—Athanasia exclamó, con su mejor sonrisa de bebé adorable. Y le tendió el cubo.

Claude no hizo ningún gesto, no sonrió, ni tampoco habló, pero tomó el cubo, lo observó y lo guardó sobre su regazo.

"¡Sí!" exclamó Taña, para sus adentros.

Probablemente Athanasia no lo entendió enseguida, pero Claude la había aceptado ese mismo día.

Pasaron el resto de tarde jugando para celebrar el triunfo, y ambas cayeron dormidas sobre la alfombra de juego al finalizar la tarde. Esa fue la primera vez en la que Rimma y Lilian las dejaron dormir juntas.

—Athy—susurró Taña, a la media noche cuando ambas despertaron a la luz de la luna—, ¿te dolió morir?

Athy negó, era tan pequeñita, tan frágil. A su edad, Tatiana ya se quedaba sola en casa, no quería que Athy pasara por ese tipo de soledad, no otra vez.

—A mi tampoco, pero sí que me dolió dejar mi vida—suspiró—, ¿sabes? Aunque no lo creas ahora, tú eres la Athanasia original, moriste y volviste porque la historia no debió terminar como en un principio, no estaba en la novela pero lo leí en un comic. Por eso a veces... me pregunto si así fue conmigo. Si en verdad tengo un motivo para vivir más allá de tú y Nette.

—Taña—balbuceó Athy, poniéndole una manito en la mejilla, pobrecilla, estaba más dormida que despierta.

Tatiana rió—Lo siento—susurró—, pronto estaremos las tres, juntas.

Y, con esa promesa, ambas durmieron.

Y, con esa promesa, ambas durmieron

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Corregido: 02/08/21.  Disponible en la versión Esmeralda del Patreon un fragmento extra y en su versión diamante  una ilustración extra de Claude y Athanasia.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora