Capítulo 18: El tiempo pasa rápido para los niños.

10.5K 1.3K 216
                                    


Con el pasar del tiempo Athanasia creció y así también el amor de Claude hacia ella. Todos en el Imperio lo comentaban, lo mucho que el Emperador protegía a sus dos hijas y cuan hermosas eran esas dos niñas, a las que nunca les faltó atención, seguridad o cariño.

Jennette también estaba creciendo, pero estaba sola. Tatiana la sentía, anhelándolos, aferrándose a muñecas en las noches, fingiendo que eran sus hermanas y su padre. Era difícil explicarlo, pero ella empezaba a ver cada vez más, todo al mismo tiempo, conglomerándose unos sobre otros, verdades, mentiras, todas confundiéndose entre sí.

También empezó a soñar más con la anterior Tatiana, aquella que lloraba cuando estaba sola, aquella que amaba a un hijo que nunca daría a luz.

Athanasia ya tenía tres años y medio cuando lo sintió.

Algo estaba cambiando, no solo la infancia de Athy y Nette, o la de Taña. Algo grande, mucho más poderoso que ella o que Claude, estaba cambiando.

Era amenazadora, colosal, incontrolable. Una fuerza de la naturaleza inconmovible.

Y provenía de su interior.

"Cuídate del hombre que ames" le susurraba.

"Cuídate, Cuídate, Cuídate"

Tatiana a veces quería gritar, pero perder la cordura no era algo que se debía permitir. Meditaba esos días en los jardines, y se perdía sintiendo la tranquilidad bajo sus pies.

Apenas era una niña de ocho años, pero empezó a esforzarse más en sus clases de magia, dejó de destacar mucho en matemáticas y ciencias naturales, en vez de ello, se volvió un genio en sus clases de magia, de arte, administración y economía.

Sería una Emperatriz después de todo.

Una Emperatriz que podía proteger a los demás pero no protegerse a sí misma.

Una Emperatriz inútil.

"Cuídate del hombre que ames"

—¿Taña?

—¡Ah!—Tatiana gritó, Athy estaba a su lado, mirándole con sus ojitos preocupados, ella lucía un divertido conjunto lleno de estampados de conejitos y, bajo su brazo, estaba Bunny, su peluche de conejo preferido

—Taña dejo de tocar—la niña señaló. Tatiana miró el piano frente a ella, sus dedos estaban suspendidos sobre las teclas y parpadeó. ¿Qué había estado tocando?

—Lo siento, Athy. Me distraje, sólo pensaba...

—¿ En Jennette?—ella hizo un puchero, Tatiana ya conocía a reticencia de Athanasia por traer a Jennette al palacio, habían discutido eso por años. Todo lo que se podía discutir con una nena de dos y tres años.

—Sabes que no pasará nada malo. Nette también merece estar con la familia. Encontraré una manera en que Lady Rosalía no nos alcance, además, ahora soy yo la heredera, deberá matarme a mi primero si quiere a Nette en el trono.

Por supuesto, nunca le había dicho a Athy que Lady Rosalia debía de morir un poco después de su introducción en la sociedad a causa de los estragos que Lucas causaría. Cosas como aquellas eran mejor ser calladas.

Nada contenta con esa resolución e ignorante de su obvia ventaja, Athy infló las mejillas. Era una suerte que su lenguaje fuera tan fluido, a pesar de tener tres años, porque lo siguiente fue en definitiva una exposición de sus más intimas inseguridades.

—¿Y Anastasio? Hermana dijo que Anastasio seguía vivo.

—No aparecerá hasta que tengas catorce—aseguró, volviendo a tocar—, recuerda. La hermana mayor lo sabe todo. ¡Oh! salud.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Where stories live. Discover now