Fin de temporada 1. Capítulo 25: ¡Papi!

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La primera vez que la vio, Claude pensó que era una pequeña cosa que el viento se podría llevar con facilidad. La delgada niña llamada Tatiana Le Foy parecía casi una aparición frente a sus ojos. Pensó en condenarla a muerte cuando supo de su existencia... ahora no podría vivir en un mundo sin su risa.

Además...

...tenía los ojos de ella.

Cuando la carta llegó a él, pensó que era un farsante, no era la primera vez que una plebeya o la hija de un noble de baja cuna intentaba engañar al linaje imperial con falsos hijos bastardos, pero cuando miró sus ojos, cuando escudriñó en ellos, supo que no era una mentira.

Además del brillo de un alma vieja en sus ojos, de una niña reencarnada por Dios, había algo más en ellos, algo que desvaneció las ansias de venganza en su ser.

Nadie lo había notado hasta ahora, pero Tatiana tenía un toque de azul aguamarina en el zafiro de sus ojos.

Se parecía a ella.

Había tantas cosas que Claude había olvidado, tanto dolor y sufrimiento, pero ese pequeño fragmento de su infancia seguía allí.

"Pequeño Claude, mi pequeño Claude" una risa de mujer resonó en su consciencia y luego desapareció.

¿Cuál había sido el nombre de esa chica? Por más que intentara, no lo recordaba. Sabía que había sido alguien importante, lo había sido para él, para toda su familia. Una estrella brillante en la cúspide de su dinastía que luego cayó, fragmentándose en pedazos.

Claude recordaba las razones y a los culpables, pero no la recordaba a ella, y la sensación era amarga y desesperanzadora.

Tampoco recordaba por qué tomaba tan a menudo el té Paradise ni porque, al ver crecer a Athanasia y verla más adulta, sentía nostalgia en su corazón.

De igual forma, no entendía por qué sentía amargura al ver a Jennette parecerse más a los Judith con cada día que pasaba, o al ver Tatiana sonreír, estrechando sus soñadores ojos de un forma que se le hacía familiar.

Justo como ella.

¿Quién había sido? ¿Qué había sido para él? Claude casi sentía la respuesta en la punta de sus dedos y luego se escapaba.

Suspirando, desestimó todo.

—Su Majestad, Su Alteza la Princesa Tatiana lo espera en la sala de música para la hora del té con la Princesa Jennette y la Princesa Athanasia. ¿Desea que me retire?—la pausada voz de Genevieve, su única mucama, lo despertó de sus meditaciones.

Claude la miró. Ella era una mujer delgada, de rostro pálido y rasgos comunes que no llamaban mucho la atención, era un rostro que estaba grabado en su memoria por los años de convivencia.

Al menos de ella si recordaba algo, había estado junto a él justo luego de que su madre se volviera paranoica y violenta, la joven Emperatriz que había llenado de amor y jubilo el Palacio Granate se encerró en su sufrimiento para convertirse en una oscura cascara de dolor justo después de los eventos que moldearon a su familia para el desastre.

Anastasio la mató apenas pudo.

A su propia madre, la madre de ambos.

"Es más fácil así" dijo él, justificando el hecho de que su madre ya estaba loca. Claude tuvo que apretar fuerte sus puños y tragarse el llanto ese día.

Genevieve, una plebeya arrancada de su mismísima infancia para atenderle, ya estaba allí para entonces. Taciturna, humilde y sumisa, Claude pudo haberle pedido que tomara un cuchillo y se lo pasara por el cuello y ella lo haría. Es por eso que, incluso siendo Emperador, Claude la había mantenido para sí.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Where stories live. Discover now