¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?

Capítulo 51: ¡La señorita Gene ha vuelto!

Lucas estaba harto. Conseguir las plumas fue un reto, estabilizar las malditas runas, otro, luego tuvo que caminar por días a través del pasaje inter-dimensional para llegar a él y allí estaba ese maldito árbol del demonio diciéndole que... ¡que no podía darle uno solo de sus frutos!

Necesitaba esa estúpida fruta para reponer su mana, averiguar cómo sanar el inútil Árbol de la Promesa y encima curar al estúpido Emperador.

Lucas casi podía sentir a su antiguo maestro reírse en su oído, de hecho, lo estaba haciendo, porque el maldito espacio inter-dimensional estaba lleno de las almas que aún no reencarnaban.

Entre ellos... oh, su irritante maestro.

—Yo te lo dije, un día...

—Lo sé, lo sé. Conseguiría a alguien que me haría arrepentirme de decirte que los humanos comunes no valen la pena. Ya cállate, ahora tú, maldito árbol. ¡Suelta la fruta!

El árbol negó.

"¡La fruta es sólo para los dignos!"

—¿Los dignos? ¿Cuán más digno quieres que sea? ¡Tu maldito Dios me eligió en todas las malditas dimensiones para reinar una de sus malditas más grandes naciones! ¡Al menos dame una excusa válida, estúpido deshecho de leña!

Justo en ese momento, el temperamento y la apariencia de Lucas como un joven de once años estaban por completo en sintonía.

Todo pudo haber sido una situación por la cual reírse si la magia del poderoso mago, de hecho, no hubiese chispeado con enojo cada vez que alzó la voz.

Aún así, el Árbol de los Mundos se negó.

—¡Maldita chatarra!—gruñó, al otro lado, la risa del espectro de su maestro sonó ligera y burlona.

El Árbol también se rió de su frustración.

¿Ah? ¿Con que así era? Bien, Lucas invocó una llama ardiente en su mano derecha, riéndose entre dientes.

—Vamos a ver cuánto soportas un poco de tortura, Árbol mimado y pretensioso.

En ese momento, el Árbol de los mundos tembló y grandes calamidades se desataron por toda Obelia a su causa.

Mientras tanto, en la dimensión del Lucas que peleaba con el árbol, las mucamas y princesas escucharon con asombro la explicación de Lady Luciel.

—¿Ambas? ¿Quieres decir que ambas están allí dentro?—exclamó Tatiana.

—No del todo, después de ser envenenada, desperté en el cuerpo de Lady Luciel, luego me enteré de que la Princesa Tatiana fue quién curó a Lady Luciel. Aunque soy yo quien maneja el cuerpo la mayoría del tiempo, ella apareció unos días después, Lady Luciel sólo vuelve algunos días y otros desaparece. Le aterra mucho  cuando pasa y me fastidia cuando vuelve, porque teme no volver algún día. Lo que sucedió con Anastasio, creo que ella tomó control del cuerpo—luego hizo una mueca—, justo ahora ha gritado que no ha sido ella. Al parecer ha cambiado de opinión sobre el antiguo Emperador.

Hablar sobre Anastasio no era un tabú para ese momento, desde que Luciel hubiera confesado verlo, los sirvientes más cercanos a la familia Imperial y dignatarios de más alto rango estaban al tanto de la resurrección del hombre.

Todas en la habitación tenían una mala opinión de él, pero la Lady Luciel original era quién lo veía con peores ojos.

"¡Fue ese egoísta quién me hizo enfermar! ¡Ese estúpido! ¡Estúpido egoísta lo hizo apropósito! ¡Y aún quiere tomar algo que dejó dentro de mí! ¡Primero haré que se muera antes de que me vuelva a tocar! ¡Estúpido egoísta! ¡¿Cómo pude amarlo alguna vez?!"