Capítulo 41: La malvada Lady hace su aparición.

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—¡Lucas!—Tatiana corrió para alcanzar al mago de la torre, él la miró con ojos aburridos, algo de su perfume mezclado con el suave de Athanasia, aún si no hubiese sido por ese detalle Tatiana ya sabía que él venía de practicar danza con la menor de las princesas.

Resulta que, como estaba destinado a pasar, los dos empezaban a repelerse menos a medida que pasaba el tiempo. Aunque, en retrospectiva, Lucas también estaba empezando a ser agradable a los ojos de Jennette, la princesa de pelo castaño normalmente iba por allí mirando a Lucas con ojos grandes de admiración y él le respondía con una débil irritación plagada de cariño fraternal.

Incluso le había puesto un apodo de hermano mayor a la niña. "Pulga" le decía, cuando creía que Tatiana no estaba escuchando.

Lucas, después de todo, empezaba a encariñarse, y ni siquiera lo sabía.

—¿Qué quieres?—él gruñó.

—¿Sabías que cure a alguien de una maldición oscura? ¡Ella estaba durmiendo por años hasta que yo llegue!—ella saltó con entusiasmo, mirando a los ojos al aburrido mago. "¡Felicítame!" decía su rostro.

—Umm. ¿Y eso es importante por qué?— fue lo que Lucas dijo.

—¡Porque significa que avancé! ¿No debemos entonces avanzar en las lecciones?—Tatiana chilló. ¿Por qué el simplemente era tan denso?

—¿Eso ya no era obvio? Ahora que ya tienes lo básico para curar, te ensañare a hacer predicciones más precisas y a consultar los hilos del destino a voluntad. Aún no has consumido tu mana, así que será lo básico por ahora.

—¿Los hilos de... qué?—ella murmulló. Al voltear, Lucas la miró como si fuera una tonta.

—Esas voces que oyes. Son los hilos del destino, se aferran a ti como garrapatas, pero puedes hacer que las cosas estén bajo tu control al menos un poco con esas malditas cosas. Eran un infierno cuando era joven.

Tatiana paró de caminar, mirando a Lucas con grandes ojos de sorpresa.

—¡¿Tú también las oyes?!—exclamó, su chillido hizo que él se tapara los oídos.

—No grites—él bufó—, por supuesto que lo hice. Mi magia es absoluta, pero la magia de curación y adivinanza es tan rara que incluso en mi es débil. Sólo tengo un cuarto o un poco más de lo que tú, al menos ahora que mi mana está tan frágil.

Con frágil, Lucas se refería a una magia tan poderosa como para destruir el castillo entero y transformar a Tatiana en conejo, todo sin lucir alterado en lo más mínimo.

—¿Y tú si puedes verlos? ¿Esos hilos?—ella curioseó.

—Sí, están siempre cantando cosas. Lo único bueno de que mi mana este débil es no tenerlos cerca todo el tiempo—él murmuró, mirando por la ventana, paró y frunció el ceño. Cuando Tatiana se asomó, se dio cuenta de que lo que Lucas veía con tanto disgusto era a Jennette, temprano en la mañana, tomando sus clases de equitación—, su fuerza mágica se vuelve más fuerte con cada día que pasa—él dijo, de forma distraída—, será más poderosa que cualquier otra en el Imperio.

—¿Incluso más que tú?—Tatiana bromeó, sabiendo que una fuerza tan grande no podía existir. Sin embargo, Lucas le miró con rostro serio que le hizo estremecerse—. No estarás insinuando...

Simplemente no podía existir un poder más grande que el que Dios le había otorgado a Lucas.

De ser posible, si Jennette lo conseguía... ¿Lucas le haría algún daño por su orgullo?

—Lucas, por favor. Prométeme que no le harás nada a Jennette. Prométemelo por Athanasia—ella suplicó, poniendo su mano en el hombro del mago. Él frunció el ceño.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Where stories live. Discover now