Capítulo 28: ¡Papi! Recogí un mago. ¿Puedo quedármelo?

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Esa misma tarde, Tatiana se introdujo en el estudio del Emperador con Lucas a su lado.

—Padre—ella llamó, para que él levantara la vista de su papeleo —, no tengo palabras suaves para esto, pero tú y mis hermanas están enfermos y necesitan ser curados.

Claude la miró con ojos grandes, completamente tomado por sorpresa. A su lado, Lucas frunció el ceño.

—¿De qué estupidez estás hablando?—al emperador se le escapó—, ¿y quién es él?

—Me presento, Su Majestad, soy un mago contratado por la joven Princesa para tratar su salud, ella ha sido amable en decirme que el Emperador sufre por una maldición de magia oscura y que sus hijas menores justo ahora tienen un mana creciente que no podrán soportar en pocos días.

—¿Qué demo-

Claude estuvo a punto de levantarse, con sus ojos brillando por el enojo, a gritar improperios, pero la expresión suplicante de Tatiana le paró.

—Padre, por favor, créenos. Lo he visto todo—y, acercándose a él, rodeó el escritorio y le abrazó—, por favor, por favor, no quiero que mis hermanas o tú mueran.

"Por favor, cae con mis encantos, Claude" rezó muy dentro de sí.

Él suspiró y, masajeándose la nariz, la apartó con delicadeza.

—Que molesto—él barbulló, aceptando a regañadientes—. Bien, dime qué es lo que viste.

Tatiana sonrió dispuesta a explicarlo todo.

—Papá ha corrompido su magia con el hechizo que le hizo olvidar—con cierta pena, habló. Era incomodo hablar sobre algo que le atuviera a Diana—, Athy tiene demasiada magia en su interior y está a punto de matarla. Nette la estaba ayudando porque... bueno, aquellos que les concibieron hicieron cosas horrendas con su mana, para que absorbiera la magia de otros, pero no conté con que mi mana era tan fuerte como para que ella terminara igual que Athy. Pensé poder ayudarlos, pero no hice nada ¡Lo siento, en verdad lo siento! Lucas es el único que he encontrado capaz de ayudarnos.

Tatiana no había reflexionado por completo en todo el peso que había llevado sobre sus hombros todos esos años, hasta que las lágrimas salieron de sus ojos de forma espontanea.

Un poco perplejo, Claude aceptó que se apoyara en su regazo y le acarició la cabeza.

—¿Lo has sabido todo el tiempo?—preguntó, con voz ronca y calmada.

—¡Sí!—Taña sollozó—, no quería que te preocuparas.

Algo incomodo, Lucas carraspeó.

—Entonces, ¿has dicho que tus hermanas ya tienen criaturas de su mana sobrante?

—No puedes comértelas, Lucas

Él bufó.

—Entonces, cuando menos deben mantenerse lejos de ellas si no quieren remover todo ese mana acumulado antes de que las estabilice. Si a Su Majestad le parece, me gustaría estabilizar a Sus Altezas como ya hice con la Princesa y luego examinarlo a él.

Claude apenas lo pensó, se levantó y tomando a Tatiana de la mano, se dispuso a acompañarlos.

—Quiero estar presente durante todo el proceso.

Como Tatiana esperó, sus hermanas menores estuvieron realmente tristes de que sus nuevas mascotas debieran estar restringidas a ser vistas una sola vez a la semana pero su decepción aminoró cuando se percataron de que Claude no insistiría más en asesinarlos si regulaban sus visitas. Ambas, aún llorosas, fueron sentadas y examinadas por Lucas que, sin mucho teatro, absorbió el mana que les sobraba.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Where stories live. Discover now