Capítulo 21: No lloren, dulces bebés.

9.8K 1.1K 182
                                    

Athanasia tenía un defecto, tal como Claude, expresar sus sentimientos le era muy difícil.

La pequeña lo intentó mucho durante toda la noche de pijamada. Hicieron a la tímida Jennette comer botanas, ponerse su camisón y jugar tontos juegos apenas aptos para una nena de tres años. Era obvio que Athanasia no le tenía mucha simpatía a la tímida Jennette, pero nada en aquella noche de juegos se le dificultó más que el hecho de pararse, ya vestida en camisón, y tomar la manito de su media hermana.

—Jennette, disculpa a Athy. No fue intensión de Athy reaccionar así. Nette es bienvenida porque Nette es mi hermana.

Nette, la dulce niña, solo se sorprendió, tan conmovida que resolvió por llorar.

Tatiana no había visto venir eso.

—¡Nette!—exclamó, tomando a la niña de un brazo.

—Dis-discul-disculpen a Jennie—ella lagrimeó, aferrada a la mano de Athanasia— Tío Roger dice que no debe llorar. P-pero... Jennie siempre quiso... siempre quiso una familia y aho-ahora tiene una tan grande.

Y se echó a llorar abrazada a Tatiana, su mano aún firme contra la de Athanasia. Tatiana no lo había notado, pero Jennette también hablaba demasiado bien para ser solo una nena de tres años, ¿no habían sido demasiado duros instruyéndola hasta ese día? Athy y ella habían reencarnado en sus cuerpos de bebés, por eso eran muy buenas en el aprendizaje, pero Nette era sólo una niña.

—Tranquila—Tatiana le arrulló, ella cubrió a Athy con su otro brazo y las abrazó a ambas—, ahora nos tienes a nosotros. Lo prometo, cuidaré de mis dos hermanitas hasta el último día de mi vida. Esta es una promesa de Tatiana Day Obelia.

Esa noche, Jennette y Athanasia conocieron lo que era tener hermanas

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Esa noche, Jennette y Athanasia conocieron lo que era tener hermanas.

Esa noche Sarah, y no Tatiana, extrañó a su hermana mayor. ¿Qué estaría haciendo ella ahora? ¿Estaría bien el hijo que iba a dar a luz cuando ella murió? Y su hermano ¿Estaría feliz con su matrimonio? ¿La sobrina que le había dado estaba creciendo fuerte y a gusto?

Luego estaban sus padres, ¿la extrañarían? ¿Habían llorado su muerte? Él chico que le había gustado, ¿se dio cuenta de su puesto vació en clase luego de que muriera?

Con Jennette y Athanasia abrazadas en su gran cama de princesa, Tatiana lloró, recordando al fin y al cabo porqué era una niña triste desde el primer día que nació.

¿La extrañaría su familia allá en el mundo real? ¿O la habrían olvidado ya?

Las voces no le respondieron.

No había respuesta a sus preguntas más allá de las páginas de esa novela.

Al día siguiente, tres princesas trasnochadas se presentaron al desayuno.

—Vaya—rió Félix, al verlas llegar con un ánimo alicaído. Lilian, Rimma y la nueva nana de Jennette, Marya, se apresuraron a sentarlas—, parece que a nuestras princesas se les salió de las manos la celebración.

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora