Temporada 2. Capítulo 26: Dos Blackies por el precio de uno.

7.9K 942 174
                                    


Si alguna vez Tatiana tuvo un lazo especial con Athanasia, palideció por completo al compararse con el lazo que establecieron Athy y Nette con el pasar de los años. Las princesas menores de Obelia eran muy distintas, pero sabían complementarse. Mientras Athy era intrépida y muy cordial, Nette era dulce y tímida, pero lo compensaba con su amor por la pintura, el canto y su absoluto don de solidaridad.

Athanasia a menudo se frustraba con la ingenuidad de su hermana, pero Tatiana siempre estaba allí para recordarle que Jennette era una niña en toda regla, sin recuerdos de una vida pasada y mucho más confundida por descubrir un mundo desconocido.

Jennette a veces se sentía decaída por no entender cosas que su hermana menor y mayor sí, entonces Athy y Taña debían sentarse y explicarle con paciencia.

Con cinco años, estaban creciendo con demasiada rapidez. Tanto, que Claude y Tatiana se encontraban más a menudo mirándolas con resignada pena.

Hace poco, Athy había comenzado a estudiar los antiguos manuscritos de Siodonna, y Nette había compuesto su primera canción, muchos decían que era una obra de arte y Taña suspiraba, ¿cómo sus niñas estaban creciendo tan rápido? ¡Se sentía una anciana!

A veces, atrapaba a Claude mirándola a ella con la misma expresión con las que miraba a sus hermanas menores.

¿Acaso Claude la quería lo suficiente como para extrañar que estuviera creciendo?

Nunca le preguntó, él tampoco dijo nada.

Él mundo a veces parecía perfecto, Athy y Nette estaban creciendo fuertes y Claude no tenía ni un signo de su maldición, parecía que simplemente su plan había funcionado, porque durante esos dos años las voces disminuyeron cada día más y nada pareció ir mal en la familia imperial.

A veces Taña se sentía más cuerda, un poco menos triste, sin los recuerdos de la Tatiana original invadiendo su mente. Mermaba el resto de su magia conteniendo a Jennette y manteniendo estable a Claude.

Pero, a veces, ni siquiera todo ese trabajo lograba mermar las insipientes voces en su cabeza. "Ten cuidado, ten cuidado" susurraban, con ahínco.

Y, entonces, tenía miedo de que las voces volvieran a ser tan fuertes como antes. Esos días unía sus manos y, de forma inadvertida, pedía: "Lucas, por favor. Por favor, despierta y no dejes que eso suceda. Hazlo por Athy, hazlo por Nette, hazlo por mí"

—Papi—esa era una de esas tardes, y se dispuso a distraerse con un pequeño festejo. Tocó a la puerta del estudio de su padre, Athy y Nette aferradas a sus faldas—, ¿puedo tomar el té con mis hermanas afuera? Ya finalice con mis lecciones de economía y política.

Claude no se sorprendió por verlas entrar, sus ojos azul pálido las miraron a las tres, todas bien vestidas, hermosas y saludables.

—¿Y las demás?—dijo simplemente, volvió a dirigir su mirada a los papeles que escribía.

—¡Athy ya terminó su examen de Anatoliano!—exclamó Athanasia, sonriendo con gracia.

—La institutriz ya despidió a Nette—a su vez, dijo Jennette, con una dulce sonrisa.

Fingiendo pensárselo, Claude murmuró algo entre dientes.

—Bien, díganle a sus amas de llaves. No podré acompañarlas hoy, tengo papeleo.

—¡Bo-hoo!—Athanasia se quejó, Jennette sólo fue capaz de desanimarse pero Tatiana, por alguna razón, estaba realmente ansiosa por hacer esa tarde de té, con o sin Claude.

—Te extrañaremos, padre—ella sacudió su mano como despedida y sus desanimadas hermanitas la siguieron.

—¡Adiós, papá!

¿Quién me convirtió en la hermana mayor de las princesas?Where stories live. Discover now