Caítulo 4[Contrato]

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No olviden comentar y darle una estrellita al capítulo. ;)

***

Janelle Bullrich

En cuanto puse un pie en la casa me di cuenta que mis padres estaban en la sala consolándose el uno al otro. Soy mala consolando, y no sé si el que yo se los pregunte haga que se sientan mejor. Algo dudosa, pero segura de mi intriga comienzo a acercarme hacia ellos. Nunca los había visto así de mal. 

Se siente extraño.

Alzan la mirada y realmente me preocupan, no dejan de ser mis padres después de todo... 

Y al darme cuenta que ellos no dirán nada, hago el intento de hablar cautelosamente:

—Mamá, papá ¿Qué pasa? 

—Hija tenemos que hablar contigo— su rostro denota preocupación por donde se lo vea.

Sucedió algo malo. Bueno no recuerdo haber hecho nada malo, o no, más de lo normal, a menos que...

—¿Le sucedió algo a Amelia? — pregunto asustada.

—No hija tranquila, ella esta con Megan en su habitación, es sobre las empresas—responde.

Bueno al menos esta vez no es sobre mis terquedades. Dudo que me sorprendan con algo más loco que lo de mis amigos.

—Ya hablen, jamás me habían mencionado nada de las empresas, es más no deberían estármelo mencionado. Apenas tengo diecinueve años, aún tengo tiempo para analizar esa situación tan desastrosa en la que me voy a encontrar en algunos años— digo y observo como mi papá me mira como si estuviera harto de que le hable tantas tonterías.

—Mira hija... estuvimos a punto de caer en bancarrota, hicimos un mal trato y salimos perdiendo—señala y no entiendo que tiene que ver esto conmigo. Frunzo el ceño al darme cuenta que se lo sigue pensando como si estuviera buscando las palabras correctas para seguir­— Pedimos ayuda Anton...

—¿Al señor Strauss? — le corto, sintiendo como me late el corazón con el simple hecho de la mención de su nombre.

—Si, hija. Al principio no nos quería ayudar, cuando estuvimos en el aniversario de los Bringston estuvimos hablando de eso y nos hizo un trato, que en el momento de desesperación aceptamos— se aclara la garganta mientras mi madre se levanta dirigiéndose a la cocina.

La tensión en el ambiente es demasiada. La incomodidad de este momento me molesta de alguna forma. Después de un momento de silencio mi madre llega con un vaso de agua en sus manos, pero esta vez con el rostro empapado de lágrimas.

—Lo siento mucho, hija—susurra mi madre.

Y desde ya, sé que esta conversación está a punto de irse a la mierda.

—¿Qué es lo que hicieron? — pregunto empezando a molestarme.

—Hija esta semana intentamos arreglarlo, pero no se dio y ahora le debemos mucho dinero, y no tenemos de donde pagarle...— dice mamá empezando a llorar.

Respiro hondo intentando tomar paciencia.

—Papá...

—Es... un trato—murmuró y se volteó a mirar al ventanal.

Lo miro y aprieto los dientes. Las manos me comienzan a temblar y las empuño intentando calmarme. «Ahora no una crisis»

—¿Qué maldito trato hicieron? ¡Hablen! — me exaspero observando como el hombre no se voltea a mirarme.

Empiezo a arder de rabia, espero que no sea lo que me estoy imaginando, no creo que sean capaces...

—Hija. Aceptamos que te cases con él por un año solamente—habló como si nada, me quedé estática y miré a mi madre. Esta no hacía más que llorar y no mirarme— y así no tendríamos que pagarle un solo centavo—terminó mi padre bajando la mirada, volteándose.

RULER Libro I  (+21)Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon