Capítulo 44 [Génesis 3]

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Tercera Persona.

La noche infernal había comenzado. El reloj reluciente en la muñeca de Anton marcaba las seis, mientras respiraba con dificultad pensando en una manera viable para que esto salga mejor de lo planeado. Algo con lo que él pueda estar seguro que no dejará solo a su demonio. La misma hora marcaba en el móvil de Janelle mientras su cabello estaba siendo peinado y arreglado por Yun, la cual revisaba peinados que luzcan lo más parecido a la gran Daliha Kavakova.

La tensión en el ambiente en el cual se encontraba Anton era mucho más fuerte que la tensión la cual sentía Janelle. Y no por el hecho de que uno de los dos podría correr más peligro que el otro al ir a un lugar en donde no saben que realmente les depara el destino, sino porque Anton presiente los problemas, aún sin saber la magnitud. Mientras que Janelle hace el intento de prever algo de lo que no está segura.

Megan por otro lado intentaba comunicarse con Sang para informarle de su llegada y que de alguna manera él pueda cubrirlas. Porque ella, aun cuando no es del todo consciente de su alrededor, sabe que en esto se están jugando la vida, lo cual puede salir tan bien como mal. Pero a medida que pasan lo minutos no consigue hablar con él.

Sang por otro lado está preparándose para la envalentonada pelea. Planeando e intentando calmarse para ayudar a Anton en caso de que llegue a perder la cabeza, y mucho más ahora que Jonathan no está como total apoyo a menos que se trate de una de las Bullrich.

—¿Sang? —lo llamó desde el umbral de la puerta, con el rostro y los ojos enrojecidos por el llanto.

—¿Cómo estás Meil?

—Ya me siento mejor—suspiró —. Esto medicada al cien. Esto durará las doce horas, pero sé que no podré hacer mucho si ella vuelve.

—No dejes que lo haga. Sabes muy bien que no funcionamos si no estás tú, esto no funcionará sin tu ayuda. Y te pido que no olvides que yo estoy contigo en todo momento, confía en mí. No tienes porqué sentirte sola.

Él sabe que ahora que Anton apenas y tiene las riendas de ella, es él quien tiene que convencerla de que todo está bien. Él debe hacer que se crea el papel de bueno en esta parte de su vida. Porque él, al igual que todos, se encuentra exhausto de no poder avanzar de la misma guerra desde que tiene memoria, y menos lo hará cuando Mark se entere que su mujer está viva y deduzca que Anton no pudo haberla cuidado solo. Porque no es tan idiota para pensar eso, lo sabe. Y es entonces, cuando todo el peso de las deducciones de Mark recaerá sobre su padre y por ende su familia entera.

Mark deduciría que los Hiroshi son los únicos los cuales la podrían haber mantenido con vida, y por ende los infelices que le vieron la cara de idiota por tanto tiempo, dejando que él sufra.

Y por muy apático que logre ser Sang en su vida, le importa su familia, antes que nada.

Es por esa razón por la cual no entiende el que Anton esté dejando a la que será su familia, sola. No entiende como no ve en su amigo de años un ápice de remordimiento al haberlo hecho, y eso le molesta, pero sabe que no es quién para juzgarlo demás. No le compete.

Pero también sabe que tiene que apoyar a Anton en esto, para poder cortar todo de raíz. Como siempre lo hicieron.

Meil caminó a su lado con cautela para arreglarle la camisa junto con el corbatín.

—Perdón por lo que te hice hacer anoche.

Sango solo rio y negó. Él cambió por una sola mujer que le ha interesado más que ninguna otra, pero no lo suficiente para dejar de ser lo que ha sido por tantos años.

—Meil, no eras tú. Por lo tanto, lo que hice a noche no lo tomes en cuenta.

—Pero no te sentí.

RULER Libro I  (+21)जहाँ कहानियाँ रहती हैं। अभी खोजें