RULER Libro I (+21)

Capítulo 29 [Dolor]

Janelle Bullrich

Julio 12

Este lugar es hermoso. A lo lejos observo el lago de "Sweet Janelle" y sonrío.

Camino y me reviso el cuerpo de pies a cabeza «no tengo ninguna herida» frunzo el ceño dándome cuenta el atuendo que llevo encima; un vestido amarillo floreado y sandalias, como antes... Visualizo un rayo destellante de luz al fondo. Camino hacia ese lugar, pero una mano me detiene.

­—Jane—esa voz...

Me quedo estática, inundándome enseguida el rostro de lágrimas. Volteo y ahí está ella; su rostro, sus ojos y su hermosa sonrisa.

—Amelia—susurro, la acerco a mí y la abrazo con fuerza al igual que ella. Siento su cabello dorado suave entre mis manos, su perfume—te extrañé hermosa—lloro apretándola hacia mí.

—Siempre estoy a tu lado Jane, solo que no me ves —habla sonriente. Jadeo con las lágrimas cayendo en su atuendo color cielo. Siento felicidad mezclada con dolor.

—No te volveré a dejar sola—murmuro. Me aparta y desliza sus dedos por mi cabello.

—Lo tendrás que hacer por un tiempo más—murmura y niego.

—No Amelia, ellos no me dejarán en paz, ellos volverán a cortarme la piel—sollozo negando frenética.

—Ellos ya no están. Tienes que volver—vuelvo a negar con las lágrimas resbalándome por el rostro.

—Amelia no puedo. Sé lo que me espera, ellos no me dejarán...—caigo al piso apretándome el pecho y ella se arrodilla.

—Tienes que ser feliz por la dos. Te vas a casar—dice con los ojitos turquesa brillosos, con solo una lagrima resbalándole.

—Pero tú no estarás, tú me lo prometiste—se me entrecorta la voz—me haces falta niña hermosa.

—Y tú a mí, pero no te puedes quedar. Él te está esperando—dice acariciándome el rostro y cierro los ojos jadeando por la tristeza que me quema.

—Él no me necesita. Tu sí—le hablo en un hilo de voz. Se levanta y me tiende la mano, la observo por breves segundo y la tomo levantándome.

Aprieto los labios observando su rostro, delineándolo con mi dedo índice. Ella me sonríe y grabo por última vez; cada gesto suyo, sus ojos brillosos de ese turquesa hermoso, sus pestañas, sus cejas levemente fruncidas cuando sonríe y el tacto, porque sé que no la volveré a tocar ni mucho menos a verla.

—Eres fuerte Janelle, jamás lo olvides—dice agarrándome fuerte de la mano y llevándome a una casita que no había notado que estaba allí—vuelve, lucha, sobrevive y se feliz por nosotras, por ti—me aprieta el pecho.

—Te amo mucho, mucho. Perdóname, lo siento tanto. Todo fue mi culpa, de lo contrario estarías conmigo y no aquí—jadeo en medio del dolor que me causa el volver a perderla.

—Y yo a ti Jane, te amo y tranquila nada fue tu culpa—sonríe—. Aby y yo te guardarnos un puestito a nuestro lado, o será otra vida en la que nos encontremos, te lo prometo.

El que mencione a Abigaíl me arranca un pedazo del alma. Jamás tendré un vida plena junto a los que quiero.

—Esta vida no fue suficiente para ustedes—murmuro y la abrazo, cerrando los ojos con fuerza, apretujándola hacia mí, deseando que ella vuelva conmigo. Pero no lo hará...

Nos separamos, coge mi mano y me conduce a la casita, entra conmigo, pero su toque desaparece al instante, volteo a ver y no hay nadie, todo está oscuro.

Al fondo escucho murmullos, las voces se hacen más fuerte, pero apenas y solo escucho dos «tiene pulso» y algunos pitidos de máquinas. Tropiezo con algo y caigo a un fondo vacío.

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Julio 02

Apenas y abro los ojos una luz da directo a mi rostro. Me siento mal, el cuerpo me duele. Intento moverme, pero no puedo. Detallo la iluminada habitación y a mi lado encuentro la máquina a la cual estoy atestada de cables; desde mi pecho y en los brazos. Me aprieta la máscara de oxígeno, las manos me duelen, las piernas apenas y las siento.

Escucho la puerta abrirse y cierro los ojos, no quiero que me vean en este estado. No sé cuánto tiempo llevo aquí, pero me siento amortiguada, demasiado inmóvil, inútil.

Acarician mi cabello y distingo el toque de inmediato.

—Deberías despertar, ya pasó tu boda. Por muy raro que parezca, Yun y yo nos atrevimos a escoger un bello vestido de bodas, con la esperanza de que despertaras. Pero no lo haces y... sabemos que te quedará perfecto. Tienes que despertar pronto hermanita...